ISEGORÍA. Revista de Filosofía moral y política, N.º 64
enero-junio,  2021, e17
ISSN-L: 1130-2097 | eISSN: 1988-8376
https://doi.org/10.3989/isegoria.2021.64.17

Espacio social: creación dialéctica entre campo y habitus*El presente artículo es producto de la investigación terminada (2014-2017): Experiencias sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín. Investigación adscrita a la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellín, Colombia. La misma se deriva del trabajo doctoral, en el doctorado de Ciencias Sociales en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, de uno de los investigadores (Roldan Salas) titulado: Prácticas sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín durante el periodo 2004-2014. Habitus de resistencias en AMI, Sal y Luz y Casa Kolacho.

Social space: creating dialectic between field and habitus

Paula Andrea Ramírez Monsalve

Universidad Autónoma Latinoamericana

https://orcid.org/0000-0003-4541-9027

Hernando Roldán Salas

Universidad Autónoma Latinoamericana

https://orcid.org/0000-0002-5888-1838

Resumen

El siguiente ejercicio parte del supuesto de espacio social -campo de acción y de influencia en el que confluyen una serie de relaciones sociales, que se diferencian y distribuyen en el universo social formulado por Pierre Bourdieu-, y las dimensiones del mundo social cuando operan los principios de diferenciación y distribución, e hipotéticamente, el conjunto de propiedades que a partir de ellos actúan en el universo social, para dar paso a prácticas que describen experiencias, tanto objetivadas como subjetivadas, de resistencia contra la violencia.

Palabras clave:  
Experiencias de resistencia; violencia simbólica; campo; habitus; agente y espacio social.
Abstract

The following exercise start from the assumption of social space-the field of action and influence in which a series of social relations converge, which differ and distribute in the social universe formulated by Pierre Bourdieu-, and the dimensions of the social world when the principles of differentiation and distribution operate, and hypothetically, the set of properties that act from them in the social universe, to give way to practices that describe experiences, both objective and subjective, of resistance anti-violence.

Keywords:  
Experiences of resistance; symbolic violence; field; habitus; Agent and social space.

Recibido: 02  junio  2017. Aceptado: 01  diciembre  2020.

Cómo citar este artículo/Citation: Ramírez Monsalve, Paula Andrea and Roldán Salas, Hernando (2021) "Espacio social: creación dialéctica entre campo y habitus". Isegoría, 64: e17. https://doi.org/10.3989/isegoria.2021.64.17

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

Se acude al sociólogo francés Pierre Bourdieu para visibilizar el sistema de relaciones que actúan en el universo social, tanto las históricamente constituidas como las que producen los agentes con sus prácticas dentro del campo social1Bourdieu, P. “Espacio social y génesis de las ‘clases’”, En: Sociología y Cultura, Grijalbo, México D.F., 1990, p. 281., al momento de resistir contra la violencia. Las experiencias que desde allí se estructuran cuestionan las relaciones dominantes y todo lo que le acompaña al representarse el pensar, el hacer y el sentir social de los sujetos resistentes. Es más, observa con detenimiento las subjetividades que surgen en la constitución de los agentes de la resistencia si se trata, verbigracia, de un acto de oposición2Vinthagen, S. & Johansson, A. “Everyday Resistance: Exploration of the Concept and its Theories”. Resistance Studies Magazine nº 1, septiembre , 2013, pp. 1-46. (comunidades que obstaculizan medidas políticas o intervenciones del Estado; incluso de la empresa privada, en defensa del medioambiente), un modo de acción insumisa3Scott, C. Los dominados y el arte de la Resistencia. Discursos ocultos. Ediciones Era, México D.F., 2000. (convocar a un evento cultural cuya finalidad es limitar el accionar de grupos armados legales e ilegales), una acción crítica frente a la legitimación del poder4O’Brien, K. “Rightful Resistance”. World Politics, vol. 49, no. 1 pp. 31-55, Cambridge University Press, 1996. (cuestionar la criminalización de la protesta social) o forma de desarticular vínculos de sometimiento5Ortner, O. “Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal”. Comparative Studies in Society and History, vol. 37, no. 1, Jan., pp. 173-193, Cambridge University Press, 1995. para estimar los usos y significados de la resistencia6Hollander J. & Einwohner, R. “Conceptualizing Resistance”. Sociological Forum, vol. 19, no. 4, dec., pp. 533-554, 2004. que vindiquen la libertad de pensar y actuar7Useche Aldana, O. “La Potencia creativa de la Resistencia a la Guerra”. Polis (en Línea 6), 2003. (lo que acontece con las prácticas feministas que buscan la igualdad material y crean relaciones donde no hay dinámicas de subordinación).

La idea es que los diferentes estilos de vida, interacciones y representaciones de los agentes -al momento de ocupar posiciones sociales para hacer que las estructuras funcionen, por ejemplo, al momento de suscribir derechos, bienes y servicios-, ponen en juego los capitales y privilegios de los que disponen8Rápidamente los capitales en Bourdieu pierden los límites del capital económico para ser definidos como un conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se invierten y se pierden. No se trata solo de bienes materiales tal y como la tradición occidental les entiende, son, a decir verdad, todos esos elementos culturales, simbólicos, religiosos y demás, provistos por los agentes y enmarcados dentro del espacio social. (nota aclaratoria de los autores).. En otros términos, al momento que sus historias, sus memorias, sus bienes y trayectorias sociales entran en juego, en medio de un proceso de luchas simbólicas donde se reconstruye el espacio social que comúnmente habitan.

Luchas simbólicas porque revelan relaciones de dominación inscritas en las estructuras mentales de los sujetos resistentes, de modo que los dominados perciben a los dominantes a través de las categorías producidas en la relación de dominación, donde es evidente que los intereses de los dominantes tienen mucho más peso que los intereses de los dominados. Dicha inconsistencia se revela en el espacio social, por ello los agentes interactúan con el ánimo de transformar los universos de discriminación, marginalidad, pobreza o dominación. Esto lo hacen desplegando diversas estrategias de reconocimiento de las estructuras sociales, en las cuales se ensanchan experiencias que resignifican prácticas e intereses concretos dentro de la distribución de los recursos sociales para la transformación del campo social9Evidentemente es lo que sucede en la comuna 13 de la ciudad de Medellín con el graffitour, un recorrido histórico, estético y político que cambió el espacio de la comuna. Ver https://telemedellin.tv/consolida-estrategia-ruta-13-medellin/184091/ .

Para los fines del argumento que se persigue, se representa el mundo social bajo la forma de un espacio con un sin número de agentes o grupos de agentes que en medio de relaciones de fuerza objetiva -construida por el conjunto de propiedades activas dentro de las generalidades de lo social; donde opera el poder, posiciones de clase, capitales, campos y demás-, nombran y construyen experiencias de resistencia social.

EL SENTIDO COMÚN DE LOS ESPACIOS

 

Los espacios buscan validar, primero, un nuevo sentido común proveniente de subjetividades aisladas, periféricas, discriminadas, humilladas e injustamente tratadas10Santos, B. de S. Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Palimpsesto, Derechos Humanos y Desarrollo, nro. 18, Editorial Desclée de Brouwer, S.A., Bilbao, 2000. de todos aquellos sujetos que perciben el mundo y actúan en él, y segundo, la vindicación de la diversidad y riqueza de prácticas sociales dadoras de expresiones emancipatorias dispuestas a visibilizar experiencias e impulsar las resistencias. Para validarlo se parte de las siguientes máximas. Una, referir la importancia de la realidad social en un término netamente relacional con las construcciones dialécticas que llevan a cabo los agentes y sus organizaciones dentro del espacio social. La otra, articular esos procesos dialécticos con los acontecimientos de la subjetividad, aludiendo al plano de la inmanencia, es decir, lo que permanece en el interior del agente, y las estructuras externas, objetivadas y trascendentes que en la sociedad vinculan las relaciones sociales con quienes se resisten a la violencia. En esta dirección se propone comprender la realidad social como una producción histórica y habitual de los agentes sociales que a partir de sus experiencias se oponen a la dominación.

Se resiste, entonces, desde dos dimensiones estructurales: las externas y las internas. Externar porque se parte de lo social hecho cosa (lo objetivado en instituciones, normas, formas de relacionamiento y valoraciones); e internas, porque coincide con lo social hecho cuerpo (lo subjetivado a través de emociones, pasiones, creencias, referencias de actuación o performance). Por lo menos es lo que intentan demostrar los autores al momento de dar cuenta de los acontecimientos vividos en el proceso de transformación y decantación de las experiencias de resistencia dentro de un espacio que a partir de ahora se reconocerá como C-13 y el cual aproxima experiencia de resistencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín11Para efectos de claridad ver el video-documental realizado en el marco de la investigación: Experiencias sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín (2014-2017) y que servirá de ejemplo a lo largo del escrito para relacionar la teoría de Bourdieu con las prácticas de resistencia contra la violencia. En él se infiere como el espacio social es el resultado de relaciones de tensión entre las formas de dominación del poder constituido y las capacidades creativas de las resistencias sociales de los sujetos resistentes que participan en el video. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=THm_wg-v96U, Resistencias Contra La Violencia, canal Paula Andrea Ramírez Monsalve. .

Desde allí se propone dar cuenta de esos usos provistos de cotidianidad, como elementos que ayudan a discernir la importancia de la construcción de esa realidad que en medio de procesos de representación -o subjetivación de la realidad obrada-, reaccionan provocando prácticas que no dejan de interactuar para recordarnos que en medio de experiencias de resistencia los agentes tejen historias para la transformación del campo social.

No debería dejarse pasar por alto que los procesos de subjetivación en el intento -deliberado o no-, de visibilizar eso que cimienta prácticas vistas todas desde y para la inclusión del otro diferente, diverso y desigual, en medio de un contexto de exclusión e intimidación, trae consigo la disposición de resistir, persistir e insistir12Como lo afirma Socorro Mosquera, en el video-documental sugerido en pie de página anterior, minuto 4:52 a 4:59. . Pareciese que desde estas líneas se lee que resistir es oponerse al poder, y a su vez a la fuerza y dominación13Pastor Martín J. & Ovejero Bernal A. Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación. Ediciones de la Universidad de Oviedo, España, 2007, p. 107., puesto que los discursos de resistencia, por regla general, versan contra aquel.

Sin embargo, la resistencia se vincula con las soberanías opresoras o; si se quiere, los poderes hegemónicos, y en tal sentido, a veces significa contrapoder, resistencia a la dominación o contra una fuerza física o simbólica por la capacidad creativa de resistir del agente y las nacientes relaciones que proyecta para ir contra la violencia, la fuerza y la dominación. Podría referirse al respecto las experiencias de resistencia contra la violencia de la Asociación de Mujeres de las Independencias14Organización que hace parte de la Ruta Pacífica de las Mujeres y se asume como defensora de los derechos humanos. -AMI-, los jóvenes de Casa Kolacho15Corporación que promueve experiencias culturales urbanas a partir del hip-hop: el rap, break dance, MC, DJ y el graffiti. y la organización Sal y Luz16ONG que promueve ejercicios de participación ciudadana y comunitaria en la C-13. .

De una u otra manera aquellas suponen que el poder es negativo en tanto busca el control del cuerpo social17 Ortner, op. cit. silenciándoles a través de las dinámicas del miedo; o positivo, en tanto deja ver la resistencia como potencia creativa de otras formas de relación social18Calhoun, C., Lipuma, E. & Postone, M. (eds.), Bourdieu: Critical Perspectives. Polity Press, Oxford, 1993. que se tejen en las calles de la C-13. Desde allí se deslegitiman las formas abusivas y controladoras del poder violencia, poder fuerza coercitiva y represiva del cuerpo social.

Al respecto podría inferirse cómo Foucault19Foucault, M. Microfísica del poder, la Piqueta, Madrid, 1979. insiste en que el poder somete los cuerpos y por ello la necesidad de resistirse y reproducir significados que naturalicen la autonomía y así, como lo diría la gramática foucaultiana20Foucault, M. Hermenéutica del sujeto, Ediciones Akal, S.A., Madrid, 2005., dar paso a otras formas de construcción del sujeto por fuera del constructo disciplinar, al igual que mutilador, de las instituciones frente a los cuerpos sociales. No es extraño pues que las lógicas hegemónicas del espacio social que buscaron disciplinar la sociedad introdujeran nuevos modos de regulación para hacer irrelevante: la diferencia, las subjetividades-otras, el intento por reconfigurar la diversidad y el reconocimiento del otro y, más bien, gravitaran en medio de formas privadas, legítimas o ilegítimas, de regulación del cuerpo y el espacio.

Así las cosas, la resistencia es otra forma de reconstrucción del sujeto por fuera del constructo disciplinar, y a nuestro entender, no existe un solo concepto de resistencia, lo que hay son nociones plurales que adquieren la forma de los cambios estructurales de las experiencias abiertamente reconocidas, y por cierto, condicionadas en la cotidianidad del diverso, del diferente, del desigual. Ahora, en términos relacionales, el lugar para hacerlo es el espacio social por tratarse de una categoría que vincula la estructura total de la sociedad con agentes cuyo hacer, en Bourdieu21Bourdieu, P. Cosas Dichas, Gedisa, Barcelona, 1988. , incluye la representación crítica de lo que sucede al momento de poner en crisis la tradición y generar otras tradiciones. Entonces, desarrollar otras prácticas, otros habitus, solo es posible dentro del espacio y los subespacios sociales, diría Koessl, cuando los agentes ponen en juego sus capitales para ocupar mejores posiciones en el campo22Koessl, M. Violencia y habitus. Paramilitarismo en Colombia, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2015, p. 34. y a partir de ahí sus acciones constituyen resistencias no violentas frente a la opresión. Los líderes y lideresas de la C-1323Por solo nombrar algunos: Sebastían Castro representante de Ruta 13, Socorro Mosquera de AMI, Jeihhico vocalista del grupo Rap C15, Camilo Mosquera integrante de la Corporación Sal y Luz, etc. , al empoderarse de los espacios, legitiman rupturas que simbolizan su “capacidad de reinvención”.

Para ello es necesario reconocer la resistencia como habitus de afirmación, en el entendido que despliega las capacidades creativas y capitales acumulados en trayectorias de persistencia y proyectos dispuestos a incrementar, establecer o conservar posiciones en el campo social. Tal y como lo resaltan Françoise Proust y Oscar Useche al indicar: la primera, que existir es activar las potencias que animan, impulsan y hacen existir por cuanto se resiste a fuerzas que se proponen negar o impedir la afirmación del ser24Proust, F. “Potencia y resistencia”, Revista Internacional de Filosofía Política, nro. 12, 1998, p. 139. , y el segundo, cuando resalta la energía social de las formas subalternas de existir25Useche Aldana, op. cit. 2003, p. 4. contenidas en aquellas subjetividades-otras, y delante del último elemento enumerado, las estéticas juveniles en rebeldía (como lo evidencia la capacidad de resignificación de los jóvenes de Casa Kolacho), la construcción femenina y de género libre del condicionamiento sexual que desafía el destino patriarcal (como las formas rupturistas de AMI al considerasen guerreras que multiplican prácticas de inclusión a través de la escucha comunitaria), la determinación de las comunidades afrodescendientes, étnicas y campesinas para conservar sus tradiciones y cosmogonías aún con la negación de la tradición occidental.

La resistencia así vista cuestiona la dominación como posición suprema en el espacio social. De ahí que asuma múltiples expresiones, como también múltiples búsquedas, múltiples intensidades. Por lo menos así lo hacen ver las experiencias de resistencia de AMI, Casa Kolacho y Ruta 13. Enlazan una serie de agentes o grupo de agentes para “actuar en medio del existir”26Arias López, B. E. “La potencia de la noción de resistencia para el campo de la salud mental. Un estudio de caso sobre la vida campesina en el conflicto armado colombiano”, En: Salud colectiva, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 10(2), mayo-agosto, 2014, pp. 201-211. y habitar en horizontes que exaltan los sabores, los colores, los sentires, los espacios que construyen, los escenarios en los cuales despliegan estrategias que van desde las más minúsculas hasta las más elocuentes dentro del campo social.

CATEGORÍAS VINCULANTES PARA SUPERAR LAS BARRERAS DE LA DOMINACIÓN

 

Recordemos que el espacio social representa el mundo social bajo la forma de un universo con un sin número de agentes o grupos de agentes, que en medio de relaciones de fuerza objetiva nombran y construyen experiencias de resistencia para hacer frente a la dominación. Así mismo, vincula un nuevo sentir al transformar las prácticas sociales en expresiones de subalternidad prestas a visibilizar experiencias e impulsar resistencias.

Bajo esta lógica y junto con el propósito de acercarnos a una sociología reflexiva en las proyecciones teóricas de Bourdieu, es preciso fijar la atención en las categorías espacio social, campo, habitus, agente, trayectoria, capitales y prácticas como elementos vinculantes para superar las barreras de la dominación.

Para empezar se hace frente a la necesidad de señalar las diferencias dadas a los conceptos de actores y agentes (sujetos sociales producidos en la estructura), los diversos campos de los cuales disponen los agentes para ocupar distintas posiciones sociales de acuerdo con los capitales que les representan, y entre los cuales, se pueden crear solidaridades u homologías en tanto que se niegan a actuar siguiendo procesos dados a través de las dinámicas de dominación y sometimiento que representan, verbigracia, el dolor, el odio, la rabia que reúne la idea de soberanía opresora.

Así las cosas, actor(es) es quien actúa, en apego a la obediencia sosegada, a un contexto específico que definen las estructuras hegemónicas. Su actuar no es libre ni autónomo, de hecho, sus prácticas están condicionadas. De ahí que le sea propio realizar acciones atribuibles a un aspecto finalista que expresa el propósito, sentido y motivaciones de su actuar para objetivos concretos de la estructura social dominante. Posee como todo ser humano identidad, intereses y unos recursos disponibles para la acción sin mayores reparos. Ahora, no es casualidad que su experiencia articula estrategias diseñadas por otros para alcanzar beneficios que no logran romper los límites estructurales que condicionan su actuar, pues es visto como un individuo legitimado para acatar órdenes. Lo anterior trae como consecuencia que al realizar prácticas en el juego dialéctico habitus/campo, se le(s) considere un cuerpo socializado que participa sin transformar. Es, simple y llanamente, el soporte de la estructura.

Todo lo contrario sucede con los agentes sociales. A diferencia de los actores, sus expresiones impactan la sociedad. De hecho, tienen la capacidad de promover, desde el lugar que ocupa en la estructura, sus propias prácticas, ante todo, por las experiencias vividas y las decisiones a las que pueden llegar motivados por la necesidad de transformar su entorno. Es importante reconocer que los agentes se expresan en medio de una estructura que, habitada, no se replica. Sus comportamientos, sus preferencias, sus elecciones así lo hacen ver. Esa iniciativa hace que sus esquemas de percepción, pensamiento y acción no se limiten, pues es la manera como construyen la realidad social en la que participan.

A través de sus condiciones sociales diferenciales -que han sido producidas por la estructura estructurante-, participan de una serie de capitales políticos, sociales, culturales y simbólicos listos a garantizar la reproducción del espacio social que les define. También, y si es el caso, lo cuestionan e intentan superarlo por medio de representaciones y acciones internalizadas con formas críticas, reflexivas y propositivas. Las mismas que ayudaran a distinguir, por ejemplo, las categorías con las cuales se reconoce el mundo y sus dimensiones (percepciones), lo adecuado de lo inadecuado (apreciaciones) y la distinción entre lo bueno y lo malo (evaluaciones). Enseña Martín Criado al respecto, son los agentes quienes eligen, sin embargo, no son del todo libres de sus elecciones porque existen disposiciones no elegidas que dan lugar a distintas prácticas dentro de la estructura social27Ver Diccionario crítico de ciencias sociales. Disponi­ble en: https://webs.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/H/habitus.htm .

Pareciera que la posición de los diferentes agentes en sus respectivos campos, da paso a una dinámica de identidad comunitaria. La misma que se fija a un modelo de participación, que, en términos de resistencia social, caracterizan la experiencia estructurante del habitus. Presúmase la materialización del Estado social de Derecho en las comunidades urbanas.

Lo anterior se justifica, siguiendo a Criado y sus referencias bourdianas, desde el determinismo voluntarista y el subjetivismo voluntarista. El primero; afirma, desde el determinismo de la estructura (Estado Social de Derecho), los sujetos carecen de libertad y autonomía porque son producidos en estados anteriores del sistema de relaciones sociales. El segundo; por su parte, aunque continúa afirmando que el sujeto no actúa libremente, difiere del determinismo voluntarista porque las prácticas del sujeto están condicionadas por toda la historia anterior que ha sido incorporada en forma de habitus (representaciones del bienestar por las comunidades urbanas).

Los agentes, en la medida de lo expuesto, son quienes con su hacer, pensamientos, percepciones y acciones se facultan para actuar más allá de cálculos racionales, es decir, propician reflexiones lejos de la racionalidad práctica. En términos de Bourdieu, estructura estructurante que previamente se conforma e incorpora en estructuras sociales independientes de la conciencia y voluntad de los sujetos28Bourdieu, op. cit. 1988: 477.. Quizá por ello los agentes, dentro del campo social, dan paso a un sin número de elecciones que producen y reproducen distintas prácticas sociales dentro de la estructura social en forma de habitus29Bourdieu, op. cit. 1988: 128-130; 1991: 815.. Lo que quiere decir que el sentido común juega un papel trascendental al incorporar involuntariamente el habitus e indica que el cuerpo lo aprehende sin miramientos, más allá de la conciencia y el discurso que resigna el campo social30Después de todo, concluye lo anterior, que la idea de bienestar incorpora en los agentes nociones que dignifican su existencia con categorías de derechos, deberes, oportunidades y obligaciones del Estado..

Propone Bourdieu que el campo hace referencia a ese lugar común, lo social hecho cosa, donde se manifiesta la estructura social internalizada, a saber, los intereses específicos del cual dispone el agente, para incorporar en las relaciones sociales acciones y así puntear diferencias en el hacer práctico. De hecho, el habitus se presenta como una red de posiciones definida por la estructura social y cuyas diferencias naturalizadas en los agentes, corresponde al reconocimiento posicional que tienen en la estructura. En él, según Bourdieu, se descubren todo tipo de capitales simbólicos y específicos con referencias propias del reconocimiento del otro, más bien, de la sociabilización entre agentes a nivel individual, colectivo o social.

Concebido así, el habitus una vez se incorpora mediante un proceso de familiarización práctica del aquí y del ahora; donde se engendran todas las conductas del sentido común31Bourdieu, P. Esquisse d’une theorie de la pratique. Droz. Genève, 1984, Questions de sociologie, Minuit, Paris [trad. esp. como Sociología y cultura en Grijalbo, México, 1990]., propicia en los agentes un conjunto de relaciones de fuerzas que de acuerdo al lugar que ocupan, desarrollan estrategias y se implican luchas por ocupar mejores posiciones dentro de la estructura y, así acceder, a los diversos capitales que están en juego en el campo social. En voz de Bourdieu y Wacquant, en el campo puede definirse una trama de relaciones objetivas entre posiciones sociales32Bourdieu, P. & Wacquant, L. Una invitación a la sociología reflexiva, 2ª ed. 1ª reimp. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012, pp. 134-135. que sitúan diálogos de experiencias pasadas, depositadas en forma de historia incorporada, que se conservan en el tiempo y actúan en el presente33Bourdieu, op. cit., 1980, p. 94., para dar lugar a un buen número de disposiciones que representan dentro de la estructura social prácticas de resistencia.

Estas posiciones se definen objetivamente en la existencia y en las determinaciones que imponen los sujetos dentro de la clase social al dotarlos del mismo habitus y de una relación que varía en el espacio social porlas condiciones de existencia, condicionamientos de identidad y clase social objetivada e incorporada en los universos sociales donde se hallan los agentes conforme al juego que se juega dentro del campo34Bourdieu, op. cit., 1980, p. 100..

Se habla, por tanto, de lo que media entre acto y potencia35El intermedio entre acto y potencia Bourdieu lo denomina hexis, concepto que se remonta a la filosofía aristotélica y da cuenta de dos dimensiones de suma importancia. La primera, la transformación de las potencialidades inscritas en los seres y su capacidad de realizar actos. La segunda, la interiorización de esos seres de lo externo ligando una relación pasado/presente más allá de la conciencia y el discurso. Al respecto ver Bourdieu, P. Cosas Dichas, Gedisa, Barcelona, 1988, p. 477. en la estructura cuando se infiere la distribución de las diferentes especies de poder, cuya disposición comanda el acceso a los bienes específicos que están en juego en el espacio social. Como: reconocimiento, respeto, capacidad de movilización, disposición de recursos y demás. Al mismo tiempo, por sus relaciones objetivas con otros campos que se traducen en homologías, se amplían los capitales.

El capital por su parte, relaciona el conjunto de bienes económicos, sociales, culturales y simbólicos que se producen, se acumulan, se distribuyen y también, se pierden o amplían, en medio de un proceso de juego que no es directamente proporcional, en términos de Gutiérrez, a los procesos de producción, distribución y consumo provistos desde la tradición marxista36Gutiérrez, A. Las prácticas sociales. Una introducción a Pierre Bourdieu, Editorial Universitaria de Misiones, Córdoba, 1995, p. 34.. Es de ese modo porque Bourdieu los libera de su connotación económica: bienes susceptibles de acumulación. Queda así definido que el capital no se limita a sus atributos económicos como mercancía acumulable en forma objetivada. Es el trabajo acumulado, bien en forma material, bien en forma interiorizada o incorporada, que cuando se lo apropia exclusivamente por un agente o grupo de agentes, les capacita de una especie de energía social en la forma de trabajo vivo o reificado37Bourdieu, P. Poder, derecho y clase social, Editorial Desclée de Brouwer, Francia, 2001, p. 131. . Así, la fuerza inscrita en las estructuras sociales hechas cosas se relacionan con estructuras sociales hechas cuerpos para articularse en el mundo social.

PROPUESTA DIALÉCTICA DE LA OBJETIVACIÓN

 

Naturalmente es iniciativa de la práctica social, producto del correlato dialéctico campo/habitus, interactuar con estructuras sociales externas (lo objetivado en instituciones, normas, formas de relacionamiento y valoraciones) y estructuras sociales internas incorporadas por los agentes a lo largo de su historia a través de emociones, pasiones, creencias, referencias de actuación o performance. De hecho, son prácticas dispuestas a responder por los capitales disponibles y así mantener o mejorar la posición en el campo38Koessl, op. cit. 2015, p. 37., pues en él se lía la experiencia -trátese de una colectiva, individual o social- y el habitus asociado a las prácticas de los agentes.

Al respecto el sociólogo francés enseña que la práctica social se explica mediante procesos de generación, de representaciones de la subjetividad39Bourdieu, op. cit., 1991. , y en consecuencia, experiencias que corresponden a lo social hecho cosa (el poder) y lo social hecho cuerpo (prácticas de resistencia). Se trata en últimas de estructuras dispuestas a referir parte de un sistema de disposiciones estructuradas y estructurantes, constituidas en la práctica y orientadas hacia funciones que definen las trayectorias de los agentes. De esta manera, podría situarse la experiencia bajo la forma de historias, estructuras y habitus que trazan el espacio social.

Es de suma importancia recordar que el habitus es la forma como la experiencia se legitima en la práctica social. Su disposición a la legitimidad da cuenta de esa trayectoria que una vez instalada, oscila entre estructuras plenamente subjetivadas en el campo social a representaciones en tanto objetivación, y viceversa, si de las relaciones sociales se trata. Es de ese modo porque lo que se encuentra en el campo de lo subjetivado tiende a objetivarse en lo social hecho cosa y por ende, al convertirse en objeto, puede conocerse por la comunidad y sus agentes. Quienes por cierto, al apropiárselo, hacerlo suyo desde el campo de la inmanencia, cuando lo social se convierte en cuerpo, el ciclo se repite con cierta fuerza simbólica dispuesta a la transformación de las experiencias40Nos atrevemos a ejemplificar la inmanencia/trascendencia de la siguiente manera: en la C-13 ante el despliegue de estrategias de conservación violenta del orden social, surgió por parte de los amantes del Rap, mirada que se da desde el plano de la inmanencia: Revolución sin Muertos, festival musical de carácter estético-expresivo que buscó otras formas de intervenir el territorio en pro de la paz, la memoria y la no violencia de la comuna. Ahora bien, por incorporarse y celebrarse anualmente, trasciende del territorio a la ciudad para objetivarse. .

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Figure 1.  Trazo mental 1: Trayectoria dialéctica que subjetiva lo objetivado. Creación propia.

La razón es que lo que se objetiva es visto como un producto cultural y esto hace que cambie por completo la significación dada por el agente subjetivador. Sin embargo, la dificultad presente es que cuando el agente vuelve suyo un acontecer objetivado en el hacer colectivo, existe la posibilidad de que la transformación experimente alteraciones de la realidad. En pocas palabras, puede dar paso a profundas distorsiones de lo dado41Para algunos no es más que el Efecto don Quijote: el engaño que experimenta el noble hidalgo de la mancha, quien al ocuparse de sí y su entorno, la aberración del mal que conspira contra su existencia, le obliga a luchar y desgastarse en justicieras batallas con un escueto y estropeado molino. A esta idea volveremos más adelante.. A pesar de todo, lo que vale la pena significar es cómo lo que una vez fue del sujeto en el campo de las esencialidades, de lo social hecho cuerpo, del movimiento dialéctico cuyo producto es la subjetivación de lo objetivado; el agente trasciende a una conciencia especulativa con connotaciones que incorporan prácticas de resistencia en la interacción social.

Al respecto conviene decir, en palabras de Ortiz42Ortiz, R. Taquigrafía Social. 1° ed. Siglo XXI Editores, Argentina, 2004., que para revelar lo que está oculto, lo inconscientemente trascendente, es necesario hacer parte de la historia al sujeto que conoce. De ser así, se objetiva su conciencia crítica, la misma que en proyección representa al sujeto de la objetivación, esto es, al conocimiento proveniente de la conciencia de sí y al cual se accede por tratarse de un presupuesto histórico del agente que se representa en la construcción social de lo comunitario. Al representarse lo ocultamente subjetivado en el inconsciente, este toma la apariencia sintética de la objetivación. En cuanto a lo trascendente, lo objetivado una vez filtra las expresiones de la subjetivación, en analogía con el movimiento de reloj de arena43Asimilado en el trazo mental 1: trayectoria dialéctica que objetiva lo subjetivado., pero con una fuerte insinuación estética, expresiva y crítica, tiende de nuevo a lo inmanente, pero, transformado por un “nuevo sentido común”44Desde la propuesta epistémica de Santos, op. cit., 2000.; cuya trayectoria dialéctica tiene la capacidad de dar cuenta de experiencias de resistencia social.

A lo que se quiere llegar, verbigracia, es comprender cómo desde el habitus lo que fue en su momento una emoción, sensación, sentimiento, o lo que se le parezca para el agente que lo experimentó, diría Cadavid Guerrero “una subjetivación de una representación objetiva”45Cadavid Guerrero, I. El mito: En principio era el logos, Medellín, Ediciones UNAULA, 2013, pp. 73-74., tiene la capacidad de transformarse en un ejercicio de conocimiento, en donde este exige del sujeto el reconocimiento del espacio social y todo lo que le concierne: su historia, sus agentes, sus campos, sus capitales, sus relaciones, sus trayectorias, etc., y exige, además, una proyección relacional para quien desee acercarse a la realidad construida en medio de relaciones sociales identitarias. Sin embargo, ese agente en particular, debe sentirse un tanto distante de las representaciones dadas si intenta, desde su hacer, dar paso a lo social hecho cosa -o clase social objetivada- y lo social hecho cuerpo -o clase social incorporada-.

En las relaciones sociales, por ejemplo, la clase objetivada y la clase incorporada se interioriza y exterioriza en medio de movimientos disconformes que trasciende lo que hace el agente al actuar motivado por el sentido común, como ejercicio de la subjetivación humana (lo social hecho cuerpo) y lo que hace al momento de lograr consensos, unificar visiones y aceptarlas (lo social hecho cosa). En últimas se trata de la inscripción de prácticas sociales objetivadas que logran trascender el tejido social del resistente para transformar la sociedad y la historia de agentes concretos.

Entre el miedo y la esperanza que afronta cada agente resistente, y como consecuencia natural de la comunicación -la expresión simbólica de sus más profundas creencias, sensaciones, temores, olvidos, sabores y demás-, la objetivación trasciende al espacio comunitario en el momento en que lo social hecho cuerpo se resiste a sus más profundos temores y en medio de un relato avasallado por la cotidianidad “se convierte en elemento cultural, en una práctica social bien vista, valorativa, constructora de un entramado de acciones, formas, usos y costumbres46Ibid., p. 72.. En últimas se trata de una trayectoria que esgrime lo que un agente piensa para establecerse como un elemento cultural dispuesto a naturalizar las relaciones sociales donde se juega el juego del habitus. Donde el agente o grupo de agentes están dispuestos a jugar todo aquello que implica el conocimiento y el reconocimiento de las leyes propias del juego47Bourdieu, op. cit., 1990, p. 277..

Lo que sucede es la reconfiguración de las estructuras dominantes de interpretación y decantación del mundo por un lenguaje que constituye a la comunidad, deja por fuera al sujeto que juega sin transformar, da cuenta de un objeto éticamente organizado y comprometido con un lenguaje figurado capaz de reconstruir formas colectivas de apreciar la realidad. Se trata de un principio generador de experiencias que dialogan con las consecuencias vividas por los agentes en sus posiciones sociales. En este sentir, el habitus, sistema de disposiciones duraderas y transferibles, estructura estructurada predispuesta para funcionar como estructura estructurante, es decir, como principio generador y organizador de prácticas”48Bourdieu, op. cit., 1991, p. 92., tiende a representar algo que, por regla general, queda en la conciencia del agente o grupo de agentes49Es lo que sucede con el festival Revolución sin muertos en la C-13. Para efectos de claridad ver nota de pie de página 40. . Lo anterior se puede ilustrar con el proceso de la construcción de las resistencias en búsqueda de estilos de vida comunitario50como a bien lo enseña Jehhico, líder de Casa Kolacho, cuando habla de la pervivencia y con ella la capacidad creativa de la corporación para transformar las calles de la comuna a través de ritmos, versos, compases, mezclas, movimiento y color. .

Por cierto, es importante señalar que no se trata de una representación o actuar mecánico51Jurt, citado en Koessl, op. cit., 2015, p. 124.. Va más allá de las costumbres, incluso, se piensa, como Perrenoud, la guía práctica de las condiciones sociales e históricas que explican la regularidad del actuar una vez se integra con dimensiones estructurales del pensamiento52Perrenoud, P. Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y razón pedagógica, Editorial Graó, Barcelona, 2007, p. 143., o disposiciones interiorizadas, cuyas manifestaciones se captan a través de los actos y de las formas de ser en el mundo, es decir, del conocimiento en acto.

Se trata de la estructura oculta de la acción, una forma de memoria diferente de la memoria de evocación, una memoria del cuerpo; es, un conjunto de huellas que hacen visible la capacidad generadora, creadora, activa e inventiva del agente actuante53Ibarra, C. Elementos fundamentales de la Ética, Longman, Alambra, México, D. F., 1996. y todo lo que le acompaña: las historias que representan y los capitales en los cuales se desenvuelven. Dicho de forma breve por Bourdieu y Passeron, el habitus por tratarse de una estructura estructurante, es decir, un principio generador de representaciones que pueden ser objetivamente adaptadas por los agentes a sus metas, por tratarse de un esquema socialmente estructurador donde los sujetos producirán sus prácticas, hace que los agentes compartan una misma posición y trayectoria social54Bourdieu, P. & Passeron J. Los Herederos. Los Estudiantes y la cultura. 2ª ed., Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2009..

Así, “el habitus se define como un sistema de disposiciones durables y transferibles que integran todas las experiencias pasadas y funciona en cada momento como matriz estructurante de las percepciones, las apreciaciones y las acciones de los agentes frente a un acontecimiento que contribuye a producir”55Bourdieu, op. cit., 1992, p. 178., formas de subjetivación de los agentes y grupos sociales, su historicidad frente a la manera en que actúan, se comportan o se disponen para la acción o para dar respuesta a las exigencias del campo social.

EXPERIENCIA COMO HABITUS

 

Lo que acontece y con base a esa representación se actúa, es lo que trae consigo la experiencia. Es de esperarse que la experiencia dialogue con el habitus porque su naturaleza se define como un sistema de disposiciones adquiridas, permanentes y generadoras de relaciones sociales que se comunican entre sí. Es más, sugiere unos esquemas de percepción, de apreciación y de acción por medio de los cuales se aprehende el mundo práctico.

Por supuesto el habitus determina experiencias y trayectorias del agente o agentes resistentes para preservar una clase de orden social. En palabras de Bourdieu, es “el organismo, en cuanto apropiado por el grupo y acorde de antemano con las exigencias del grupo, que funciona como materialización de la memoria colectiva”56Bourdieu, op. cit. 1991, p. 88. . Lo cual ayuda a explicar por qué toda motivación de los agentes parte de una interiorización de la exterioridad, o como se vio en líneas anteriores, del paso de lo social hecho cosa a lo social hecho cuerpo para convenir representaciones del espacio social en términos de experiencias de resistencia.

Adviértase no se trata de tecnicismos puesto que al ser el habitus un sistema de principios generadores, hace posible la producción de pensamiento crítico aun incorporado en estructuras sociales objetivadas, claro está, acompañado de un nuevo sentido común cuyas formas depositadas en esquemas de historias incorporadas (en percepciones, expresiones y acciones) representan las condiciones socio-históricas necesarias para transformar prácticas sociales.

Fíjese bien que cuando el habitus y los acontecimientos se enfrentan, entendiendo “lo acontecido desde lo que se tiene en cuenta, lo que se representa o se vuelve un objeto de atención”57Maureira, M. Ethnos-ethos-estado: Moradas del quehacer, Biblos, Buenos Aires, 2010. , graba en la memoria del agente o grupos de agentes cambios significativos. Calvo Martínez asegura que las representaciones generadas se traducen en lenguaje, “en el sentido que tiene lugar lo que se hace, común e individualmente, y lo que se dice”58Calvo Martínez, T. De los sofistas a Platón: política y pensamiento, Paidós, Barcelona, 1995, p. 74..

Con esto ocurre que las acciones manifiestas a través del lenguaje, de las representaciones, de sus imágenes o signos son tales en la medida en que se las piensa. A propósito de esto, Sánchez de León Serrano59Sánchez de León Serrano, M. J. “Signos y sujeto lógico en Hegel”. En: Estudios de Filosofía, nro. 37, enero-junio, Instituto de Filosofía, Universidad de Antioquia, Medellín, 2008, p. 149., citando a Hegel considera, en efecto, son signos del pensamiento. Pero, como estamos situados en el pensamiento práctico, el del hacer, lo que se percibe es entonces una serie de contingencias capaces de fundar un sin número de soluciones, más bien, infinitas experiencias, inadvertidas todas por eso de no estar descritas en manuales, que sitúan el arte de actuar razonadamente.

Gracias a esa evidencia práctica, propia de nuestro sentir común, todo agente posee la capacidad de re-crear sus creencias, excluir sin violencia y negarse al sometimiento y dominación de sus cuerpos. La historia que incorpora y naturaliza el agente frente a esto último, es muestra fidedigna del capital acumulado de experiencias objetivadas por los cuerpos resistentes que adaptan su actuar en la comunidad. El término que apropia Bourdieu para esto es reactivación del sentido objetivado. A lo que hace referencia es a la manera como se habita en medio de relaciones sociales, se le apropia y, de este modo, se mantienen activas, vivas, vigorosas; o mejor, desfiguran el lenguaje mecánico y sistemático con el que normalmente se presenta para evitar así la paradoja de la información que se reinterpreta o de plano rechaza experiencias sociales.

HABITUS DE GRUPO O CLASE: UNA EXPERIENCIA DENTRO DEL CAMPO SOCIAL

 

Nótese que en el campo social existen códigos que dominan los acuerdos de unos con otros por tratarse de un juego históricamente determinado en el cual, los agentes luchan por un capital simbólico que otorga prestigio y autoridad, es más, a partir de estructuras objetivadas, comúnmente reconocidas, se establece una especie de interaccionismo simbólico de los sujetos que siguen sus propias leyes de interacción dadas las maniobras que vinculan el campo social (lo objetivo) con la percepción del agente dentro de ese campo (lo subjetivo). Se trata de leyes que tienen la capacidad de concentrarse en las acciones y pensamientos, se inclinan al subjetivismo, diría Simmel60Simmel, G. El individuo y la libertad. Ensayos de crítica de la cultura, Ediciones Península S.A, Barcelona, 2001. , o en términos de la gramática bourdiana, tendencias particularizantes para representar la estructura objetivante del habitus.

En ese interaccionismo simbólico se da paso a una especie de reproducción-objetiva-estructurante. Triada de los acuerdos dados por los agentes gracias a las acciones recíprocas que realizan, y que en últimas, se presentan como experiencias. De ese modo la experiencia es subjetivamente compartida sin necesidad de ser consensuada. Más bien da cuenta de las acciones de los agentes dentro del campo social.

Las prácticas que desde allí se ajustan y reproducen en forma de habitus, concurren al cambio de la situación social tal y como lo sugiere Velasco Castro61Velasco Castro, A. “Borrar la experiencia: De la experiencia individual a la memoria social”. Nómadas Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas nº 15, 2007. Publicación electrónica, Universidad Complutense. cuando estudia la manipulación de la experiencia a través de la memoria (que consiste en desestructurar la experiencia de tal forma que el acontecimiento tiene una significación no vinculada con la subjetividad y, por tanto, carente de sentido práctico). Asimismo, en concordancia con Sánchez Troussel62Sánchez Troussel, L. “La noción de experiencia en la investigación sobre formación y trabajo docente: Interrogantes epistemológicos”. Revista Educação e Políticas em Debate v. 2, n. 2 - jul/dez, 2012., al modo que las experiencias vividas incorporan en la realidad representada lógicas de acción que facilitan, al mismo tiempo, la negación del sometimiento e integración social con todas esas disposiciones adquiridas, permanentes, transferibles y generadoras de experiencias63Lo anterior se visibiliza cuando AMI, por ejemplo, ejecuta prácticas de escucha comunitaria donde la experiencia de violencia patriarcal estructura subjetividades críticas que asisten a la transformación de la vida cotidiana de las mujeres de las Independencias..

Desde luego la experiencia es resultado de una realidad material y sus distinciones sociales. Son generadoras de condiciones de existencia y comportamientos sociales que suministran especificidad e independencia para participar de conocimientos que se elaboran colectivamente. Sitúan un tipo concreto de entramado comunicacional -doxa- que se presenta como fundamental, porque coincide con homologías o correspondencias entre los agentes actuantes64Bourdieu & Passeron, op. cit., 2009, pp. 121-122.. Es más, podría interpretarse como identidad estructural donde se vinculan los correlatos de los distintos campos y, a través de ellos, se actúa65Bourdieu, op. cit., 1990, pp. 300-305.. Por ejemplo, todo esfuerzo de movilización social en la C-13 dirigida a organizar una acción colectiva necesita de agentes movilizadores y movilizados. Para convocarles, se precisa de un lenguaje que construya comunidad y un fin común -dirigido a los agentes que hacen que la estructura funcione-, y cuya relación con la organización (con su historia, escenarios, líderes, capitales, etc.) da paso a correlatos de integración en pro de la paz y la convivencia.

Efectivamente, las diversidades de los sujetos movilizados con la organización que les convoca se atan a una relación objetivada que refleja la diversidad característica de sus condiciones de producción: posicionamiento social y material en el sistema de relaciones sociales o universos de experiencias, prácticas, percepciones y apreciaciones de la clase social hecha cuerpo (habitus). En términos de Bourdieu, un sistema de disposiciones individuales con variantes estructurales que reúne a los agentes en una clase o grupo y hacen que el patrimonio se conserve o aumente, consciente o inconscientemente, para mantener o mejorar su posición en la estructura de las relaciones de clase.

Para que funcione, es importante evitar distorsiones, descompensaciones de percepción que desarticulen la relación existente del campo y habitus. A este fenómeno, Koessl66Op. cit. siguiendo a Bourdieu le llama: efecto don Quijote. Para él, es consecuencia de la falta de ajuste del sentir práctico una vez hace presencia el pasado y se anticipa el porvenir, pero, acompañado de errores de aprehensión. Para entenderlo Koessl enseña que la tendencia de las relaciones sociales al momento de asegurar su constancia y su propia defensa contra el cambio, consiste en seleccionar información, rechazar aquella que pueda cuestionar, la acumula en lugares, acontecimientos y personas. Asegura la adaptación del grupo a determinadas búsquedas, prácticas y explicaciones, sin embargo, en ocasiones se tiende a forzar la información dando lugar a desajustes de la realidad. En sus palabras: histéresis del habitus (si se trata de agentes) y escisión del habitus (si es de grupos de agentes).

En el efecto don Quijote las disposiciones dadas en la reproducción social, aparecen mal ajustadas, inadecuadas a las condiciones presentes porque están lejos de objetivarse. El cambio que se propicia es a lo que la gramática del sociólogo francés denomina cambio entre las condiciones de producción del habitus y las condiciones en que actúan los agentes o grupos de agentes. De ahí que se presente una mala interpretación de las posibilidades objetivadas en el plano de lo trascendente.

Desde aquí se justifica, por tanto, la histéresis del habitus, la escisión del habitus o ambas a la vez. Entonces, se sanciona que el campo y el habitus no den cuenta de lo objetivamente ajustado a la realidad. Bajo esta condición, las experiencias, capitales y agentes marchan a contratiempo, se hace casi imposible su adaptación y el resultado va desde la incredulidad hasta la diáspora, es decir, del adaptarse o no a las disposiciones, del resignarse o resistir a las relaciones sociales emergentes. Todo depende de la satisfacción de las necesidades y el deseo de los agentes, ante todo, de su percepción selectiva ante probabilidades específicas que imitan -e invitan a realizar- experiencias de resistencia social.

NOTAS

 
*

El presente artículo es producto de la investigación terminada (2014-2017): Experiencias sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín. Investigación adscrita a la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Medellín, Colombia. La misma se deriva del trabajo doctoral, en el doctorado de Ciencias Sociales en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, de uno de los investigadores (Roldan Salas) titulado: Prácticas sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín durante el periodo 2004-2014. Habitus de resistencias en AMI, Sal y Luz y Casa Kolacho.

1

Bourdieu, P. “Espacio social y génesis de las ‘clases’”, En: Sociología y Cultura, Grijalbo, México D.F., 1990Bourdieu, P. “Espacio social y génesis de las ‘clases’”. En: Sociología y Cultura, Grijalbo, México D.F., 1990, pp. 281-305., p. 281.

2

Vinthagen, S. & Johansson, A. “Everyday Resistance: Exploration of the Concept and its Theories”. Resistance Studies Magazine nº 1, septiembre , 2013Vinthagen, S. & Johansson, A. “Everyday Resistance: Exploration of the Concept and its Theories”. Resistance Studies Magazine nº 1, septiembre, 2013, pp. 1-46. Disponible en: http://resistance-journal.org/wp-content/uploads/2016/04/Vinthagen-Johansson-2013-Everyday-resistance-Concept-Theory.pdf , pp. 1-46.

3

Scott, C. Los dominados y el arte de la Resistencia. Discursos ocultos. Ediciones Era, México D.F., 2000Scott, C. Los dominados y el arte de la Resistencia. Discursos ocultos, Ediciones Era, México D.F., 2000. .

4

O’Brien, K. “Rightful Resistance”. World Politics, vol. 49, no. 1 pp. 31-55, Cambridge University Press, 1996O’Brien, K. “Rightful Resistance”. World Politics, vol. 49, no. 1 pp. 31-55, Cambridge University Press, 1996. https:///doi.org/10.1353/wp.1996.0022 .

5

Ortner, O. “Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal”. Comparative Studies in Society and History, vol. 37, no. 1, Jan., pp. 173-193, Cambridge University Press, 1995Ortner, O. “Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal”. Comparative Studies in Society and History, vol. 37, no. 1, Jan., pp. 173-193, Cambridge University Press, 1995. https://doi.org/10.1017/s0010417500019587 .

6

Hollander J. & Einwohner, R. “Conceptualizing Resistance”. Sociological Forum, vol. 19, no. 4, dec., pp. 533-554, 2004Hollander J. & Einwohner, R. “Conceptualizing Resistance”. Sociological Forum, vol. 19, no. 4, dec., pp. 533-554, 2004. https://doi.org/10.1007/s11206-004-0694-5 .

7

Useche Aldana, O. “La Potencia creativa de la Resistencia a la Guerra”. Polis (en Línea 6), 2003Useche Aldana, O. “La Potencia creativa de la Resistencia a la Guerra”. Polis (en Línea 6), 2003. Disponible en: https://polis.revues.org/6721 .

8

Rápidamente los capitales en Bourdieu pierden los límites del capital económico para ser definidos como un conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se invierten y se pierden. No se trata solo de bienes materiales tal y como la tradición occidental les entiende, son, a decir verdad, todos esos elementos culturales, simbólicos, religiosos y demás, provistos por los agentes y enmarcados dentro del espacio social. (nota aclaratoria de los autores).

9

Evidentemente es lo que sucede en la comuna 13 de la ciudad de Medellín con el graffitour, un recorrido histórico, estético y político que cambió el espacio de la comuna. Ver https://telemedellin.tv/consolida-estrategia-ruta-13-medellin/184091/

10

Santos, B. de S. Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Palimpsesto, Derechos Humanos y Desarrollo, nro. 18, Editorial Desclée de Brouwer, S.A., Bilbao, 2000Santos, B. de S. Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Palimpsesto, Derechos Humanos y Desarrollo, Nro. 18, Editorial Desclée de Brouwer, S.A., Bilbao, 2000. .

11

Para efectos de claridad ver el video-documental realizado en el marco de la investigación: Experiencias sociales de resistencia contra la violencia en la Comuna 13 de la ciudad de Medellín (2014-2017) y que servirá de ejemplo a lo largo del escrito para relacionar la teoría de Bourdieu con las prácticas de resistencia contra la violencia. En él se infiere como el espacio social es el resultado de relaciones de tensión entre las formas de dominación del poder constituido y las capacidades creativas de las resistencias sociales de los sujetos resistentes que participan en el video. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=THm_wg-v96U, Resistencias Contra La Violencia, canal Paula Andrea Ramírez Monsalve.

12

Como lo afirma Socorro Mosquera, en el video-documental sugerido en pie de página anterior, minuto 4:52 a 4:59.

13

Pastor Martín J. & Ovejero Bernal A. Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación. Ediciones de la Universidad de Oviedo, España, 2007Pastor Martín, J. & Ovejero Bernal, A. Michel Foucault, caja de herramientas contra la dominación, Ediciones de la Universidad de Oviedo, España, 2007., p. 107.

14

Organización que hace parte de la Ruta Pacífica de las Mujeres y se asume como defensora de los derechos humanos.

15

Corporación que promueve experiencias culturales urbanas a partir del hip-hop: el rap, break dance, MC, DJ y el graffiti.

16

ONG que promueve ejercicios de participación ciudadana y comunitaria en la C-13.

17

OrtnerOrtner, O. “Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal”. Comparative Studies in Society and History, vol. 37, no. 1, Jan., pp. 173-193, Cambridge University Press, 1995. https://doi.org/10.1017/s0010417500019587 , op. cit.

18

Calhoun, C., Lipuma, E. & Postone, M. (eds.), Bourdieu: Critical Perspectives. Polity Press, Oxford, 1993Calhoun, C., Lipuma, E. & Postone, M. (eds.), Bourdieu: Critical Perspectives, Polity Press, Oxford, 1993..

19

Foucault, M. Microfísica del poder, la Piqueta, Madrid, 1979Foucault, M. Microfísica del poder, La Piqueta, Madrid, 1979..

20

Foucault, M. Hermenéutica del sujeto, Ediciones Akal, S.A., Madrid, 2005Foucault, M. Hermenéutica del sujeto, Ediciones Akal, S.A., Madrid, 2005..

21

Bourdieu, P. Cosas Dichas, Gedisa, Barcelona, 1988Bourdieu, P. Cosas Dichas. Gedisa, Barcelona, 1988. .

22

Koessl, M. Violencia y habitus. Paramilitarismo en Colombia, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2015Koessl, M. Violencia y habitus. Paramilitarismo en Colombia, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2015. , p. 34.

23

Por solo nombrar algunos: Sebastían Castro representante de Ruta 13, Socorro Mosquera de AMI, Jeihhico vocalista del grupo Rap C15, Camilo Mosquera integrante de la Corporación Sal y Luz, etc.

24

Proust, F. “Potencia y resistencia”, Revista Internacional de Filosofía Política, nro. 12, 1998Proust, F. “Potencia y resistencia”, Revista Internacional de Filosofía Política, nro. 12, 1998, pp. 139-152. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2734312 , p. 139.

25

Useche Aldana, op. cit. 2003Useche Aldana, O. “La Potencia creativa de la Resistencia a la Guerra”. Polis (en Línea 6), 2003. Disponible en: https://polis.revues.org/6721 , p. 4.

26

Arias López, B. E. “La potencia de la noción de resistencia para el campo de la salud mental. Un estudio de caso sobre la vida campesina en el conflicto armado colombiano”, En: Salud colectiva, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 10(2), mayo-agosto, 2014Arias López, B. E. “La potencia de la noción de resistencia para el campo de la salud mental. Un estudio de caso sobre la vida campesina en el conflicto armado colombiano”. En: Salud colectiva, Universidad Nacional de Lanús, Buenos Aires, 10(2), mayo-agosto, 2014, pp. 201-211, pp. 201-211.

27

Ver Diccionario crítico de ciencias sociales. Disponi­ble en: https://webs.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/H/habitus.htm

28

Bourdieu, op. cit. 1988Bourdieu, P. Cosas Dichas. Gedisa, Barcelona, 1988. : 477.

29

Bourdieu, op. cit. 1988Bourdieu, P. Cosas Dichas. Gedisa, Barcelona, 1988. : 128-130; 1991Bourdieu, P. El sentido práctico, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1991.: 815.

30

Después de todo, concluye lo anterior, que la idea de bienestar incorpora en los agentes nociones que dignifican su existencia con categorías de derechos, deberes, oportunidades y obligaciones del Estado.

31

Bourdieu, P. Esquisse d’une theorie de la pratique. Droz. Genève, 1984Bourdieu, P. Esquisse d’une theorie de la pratique. Droz, Genève, Paris 1984,Questions de sociologie, Minuit, Paris [trad. esp. comoSociología y culturaen Grijalbo, México, 1990] , Questions de sociologie, Minuit, Paris [trad. esp. como Sociología y cultura en Grijalbo, México, 1990].

32

Bourdieu, P. & Wacquant, L. Una invitación a la sociología reflexiva, 2ª ed. 1ª reimp. Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012Bourdieu, P. & Wacquant, L. Una invitación a la sociología reflexiva, 2ª ed. 1ª reimp., Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012, pp. 134-135.

33

Bourdieu, op. cit., 1980Bourdieu, P. “The forms of capital”. En: J. G. Richardson (ed.), Handbook of Theory and research for the Sociology of Education; Greenwood, New York, 1986., p. 94.

34

Bourdieu, op. cit., 1980Bourdieu, P. “The forms of capital”. En: J. G. Richardson (ed.), Handbook of Theory and research for the Sociology of Education; Greenwood, New York, 1986., p. 100.

35

El intermedio entre acto y potencia Bourdieu lo denomina hexis, concepto que se remonta a la filosofía aristotélica y da cuenta de dos dimensiones de suma importancia. La primera, la transformación de las potencialidades inscritas en los seres y su capacidad de realizar actos. La segunda, la interiorización de esos seres de lo externo ligando una relación pasado/presente más allá de la conciencia y el discurso. Al respecto ver Bourdieu, P. Cosas Dichas, Gedisa, Barcelona, 1988Bourdieu, P. Cosas Dichas. Gedisa, Barcelona, 1988. , p. 477.

36

Gutiérrez, A. Las prácticas sociales. Una introducción a Pierre Bourdieu, Editorial Universitaria de Misiones, Córdoba, 1995Gutiérrez, A. Las prácticas sociales. Una introducción a Pierre Bourdieu, Editorial Universitaria de Misiones, Córdoba, 1995., p. 34.

37

Bourdieu, P. Poder, derecho y clase social, Editorial Desclée de Brouwer, Francia, 2001Bourdieu, P. Poder, derecho y clase social, Editorial Desclée de Brouwer, Francia, 2001, p. 131.

38

Koessl, op. cit. 2015Koessl, M. Violencia y habitus. Paramilitarismo en Colombia, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2015. , p. 37.

39

Bourdieu, op. cit., 1991Bourdieu, P. El sentido práctico, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1991..

40

Nos atrevemos a ejemplificar la inmanencia/trascendencia de la siguiente manera: en la C-13 ante el despliegue de estrategias de conservación violenta del orden social, surgió por parte de los amantes del Rap, mirada que se da desde el plano de la inmanencia: Revolución sin Muertos, festival musical de carácter estético-expresivo que buscó otras formas de intervenir el territorio en pro de la paz, la memoria y la no violencia de la comuna. Ahora bien, por incorporarse y celebrarse anualmente, trasciende del territorio a la ciudad para objetivarse.

41

Para algunos no es más que el Efecto don Quijote: el engaño que experimenta el noble hidalgo de la mancha, quien al ocuparse de sí y su entorno, la aberración del mal que conspira contra su existencia, le obliga a luchar y desgastarse en justicieras batallas con un escueto y estropeado molino. A esta idea volveremos más adelante.

42

Ortiz, R. Taquigrafía Social. 1° ed. Siglo XXI Editores, Argentina, 2004Ortiz, R. Taquigrafía Social. 1ª ed., Siglo XXI Editores, Argentina, 2004..

43

Asimilado en el trazo mental 1: trayectoria dialéctica que objetiva lo subjetivado.

44

Desde la propuesta epistémica de Santos, op. cit., 2000Santos, B. de S. Crítica de la razón indolente. Contra el desperdicio de la experiencia. Palimpsesto, Derechos Humanos y Desarrollo, Nro. 18, Editorial Desclée de Brouwer, S.A., Bilbao, 2000. .

45

Cadavid Guerrero, I. El mito: En principio era el logos, Medellín, Ediciones UNAULA, 2013Cadavid Guerrero, I. El mito: En principio era el logos, Medellín, Ediciones UNAULA, 2013, pp. 73-74.

46

Ibid., p. 72.

47

Bourdieu, op. cit., 1990Bourdieu, P. “Espacio social y génesis de las ‘clases’”. En: Sociología y Cultura, Grijalbo, México D.F., 1990, pp. 281-305., p. 277.

48

Bourdieu, op. cit., 1991Bourdieu, P. El sentido práctico, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 1991., p. 92.

49

Es lo que sucede con el festival Revolución sin muertos en la C-13. Para efectos de claridad ver nota de pie de página 40.

50

como a bien lo enseña Jehhico, líder de Casa Kolacho, cuando habla de la pervivencia y con ella la capacidad creativa de la corporación para transformar las calles de la comuna a través de ritmos, versos, compases, mezclas, movimiento y color.

51

Jurt, citado en Koessl, op. cit., 2015Koessl, M. Violencia y habitus. Paramilitarismo en Colombia, Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 2015. , p. 124.

52

Perrenoud, P. Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y razón pedagógica, Editorial Graó, Barcelona, 2007Perrenoud, P. Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar. Profesionalización y razón pedagógica, Editorial Graó, Barcelona, 2007, pp. 137-162., p. 143.

53

Ibarra, C. Elementos fundamentales de la Ética, Longman, Alambra, México, D. F., 1996Ibarra, C. Elementos fundamentales de la Ética, Longman, Alambra, México, D. F., 1996..

54

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Bourdieu, op. cit., 1992, p. 178.

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63

Lo anterior se visibiliza cuando AMI, por ejemplo, ejecuta prácticas de escucha comunitaria donde la experiencia de violencia patriarcal estructura subjetividades críticas que asisten a la transformación de la vida cotidiana de las mujeres de las Independencias.

64

Bourdieu & Passeron, op. cit., 2009Bourdieu, P. & Passeron J. Los Herederos. Los Estudiantes y la cultura. 2ª ed., Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2009, pp. 121-122.

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Op. cit.

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