ISEGORÍA. Revista de Filosofía moral y política, N.º 66
enero-junio,  2022, e20
ISSN-L: 1130-2097 | eISSN: 1988-8376
https://doi.org/10.3989/isegoria.2022.66.20

ARTÍCULOS

Ciencia moderna y capitalismo: notas en torno a un doble olvido del mundo de la vida

Modern science and capitalism: notes about a double forgetting of the world of life

Jorge Luis Quintana-Montes

Corporación Universitaria Rafael Núñez, Colombia

https://orcid.org/0000-0002-6978-5809

Resumen

En el artículo se desarrolla un diálogo entre las obras de Marx, Husserl y Heidegger, en torno al problema de la matematización en su doble perspectiva: científica y económica. En un primer momento, se expondrá el modo en que la ideación, así como la abstracción real, suponen un olvido del mundo de la vida. En un segundo momento, nos concentraremos en la disolución del patrón oro y en el capital ficticio, para mostrar la expresión contemporánea -en una economía obsesionada con la reproducción de la riqueza abstracta- del mencionado olvido.

Palabras clave:  
Mundo de la vida; capital ficticio; patrón oro; ideación; matematización; abstracción; Marx, Husserl; Heidegger.
Abstract

The article develops a dialogue between the works of Marx, Husserl and Heidegger, about the problem of mathematization in its double perspective: scientific and economic. At first, we show the way in which ideation as well as real abstraction involve a forgetting of the world of life will be exposed. In a second moment, we will focus on the dissolution of the gold standard and on fictitious capital, to show the contemporary expression-in an economy obsessed with the reproduction of abstract wealth-of the aforementioned oblivion.

Keywords:  
Life world; Fictional capital; Gold standard; Ideation; Mathematization; Abstraction; Marx; Husserl; Heidegger.

Recibido: 16  junio  2021. Aceptado: 29  noviembre  2021.

Cómo citar este artículo/Citation: Quintana-Montes, Jorge Luis (2022) "Ciencia moderna y capitalismo: notas en torno a un doble olvido del mundo de la vida". Isegoría, 66: e20. https://doi.org/10.3989/isegoria.2022.66.20

CONTENIDO

Como punto de partida, resulta preciso poner de relieve el sentido en que propondremos -en las líneas que siguen- un diálogo entre las reflexiones fenomenológicas de Heidegger y Husserl, y los análisis materialistas de Marx. Vale indicar que este ejercicio propuesto tiene su impulso más importante en las reflexiones desarrolladas por Herbert Marcuse (2010Marcuse, H. 2010. Marcuse y los orígenes de la teoría crítica. Madrid: Plaza y Valdés., 2011Marcuse, H. 2011. Philosophy, Psicoanalysis and Emancipation. Collected Papers of Herbert Marcuse (V). Londres: Routledge., 2014)Marcuse, H. 2014. El hombre unidimensional. Barcelona: Ariel. a lo largo de su vida académica. Desde los años veinte, cuando lee Ser y tiempo de Heidegger (1997)Heidegger, M. 1997. Ser y tiempo. Santiago: Universitaria., el teórico crítico ensaya distintos ejercicios dialógicos en los que la fenomenología y Marx son puestos en relación. Estos ejercicios atraviesan su obra, hasta la redacción de uno de sus trabajos más importantes, a saber: El hombre unidimensional, redactado en los mismos años en que ofrece un análisis de La crisis de Edmund Husserl.

Hecha esta indicación, es menester señalar que, en primer lugar, nuestro abordaje no pretende ofrecer, en sentido alguno, una exposición exegética que se ciña y restrinja conceptualmente al uso de las categorías propias de los autores. Más bien, lo que proponemos a continuación es una apropiación de sus análisis con el fin de pensar el olvido que se experiencia, por una doble vía, de lo mundano-vital, de lo cotidiano, de aquello que está ahí a la mano; i. e., un olvido del ámbito originario de relación con el mundo.

El diálogo propuesto se desarrolla en tres momentos específicos: en primer lugar, nos fijaremos en el concepto heideggeriano de matematización para vincularlo con el concepto marxiano de valor, ganando con ello un primer modo de comprensión de la matematización capitalista del ente. Hecho esto pondremos en juego el diálogo Husserl-Marx para pensar un segundo modo de matematización capitalista del ente, estableciendo un nexo entre los procesos de ideación que reconducen hacia las formas límite y sus relaciones, y la abstracción real que se reconduce hacia las relaciones entre abstracciones económico-capitalistas del ente.

En este orden de ideas, se expondrá i) el doble sentido en que la matematización puede ser comprendida como pre-visión científico-técnica y económica del ente (Marx-Heidegger); y ii) como contracara de la formalización matematizante de las ciencias exactas, la relación abstracta que se tiene con los objetos cuando devienen mercancía y, por tanto, valor (Marx-Husserl). Finalmente, haremos una breve alusión a la disolución del patrón oro y al capitalismo ficticio, ello, para pensar en clave contemporánea la naturaleza de la abstracción económico-capitalista.

1. HEIDEGGER Y MARX: MATEMATIZACIÓN COMO PRE-VISIÓN

 

Una comprensión quizás intuitiva del concepto de matematización nos puede reconducir, de manera casi que natural, a pensarla en función de los números y su uso. Ahora bien, más allá de esta comprensión inmediata fundada en el sentido común, y probablemente derivada de nuestros años de formación inicial, puede ser ampliada y reconducida hacia un modo originario de comprenderla. Aquí resulta absolutamente fundamental una vuelta a los trabajos de Heidegger posteriores al giro (Kehre). Para el Maestro de la Selva Negra la ciencia en tanto que ciencia matemática, procede en su aprehensión de la naturaleza a través del cálculo y la medición; sin embargo, su ser matemático no depende de que se sirva de los números para medir y calcular. Antes bien, el asunto radica en la pre-comprensión que se tiene del ente, en su contar de antemano con él, al pre-verlo. Se cuenta de antemano con una visión del ente como algo calculable y medible; es decir, se ha proyectado ya un conjunto de expectativas respecto de aquel (el ente). Del mismo modo, se cuenta de antemano con las ecuaciones que permiten dicho cálculo (Heidegger, 1994a, p. 50Heidegger, M. 1994a. Ciencia y meditación, pp. 36-92. En Conferencias y artículos. Barcelona: Serbal.).

Esta lectura de la matematización que hallamos en “Ciencia y meditación” se encuentra anunciada en las reflexiones ontohistóricas desarrolladas por Heidegger en los años treinta. En “La época de la imagen del mundo” lo matemático se encuentra vinculado con lo que se anticipa respecto del ente. Aquello que de antemano es conocido y, por tanto, determina el modo en que tiene lugar la relación con lo anticipado. Matemático es en un sentido amplio lo previsto en el conocimiento de la región del ente «para los griegos [matemático es] aquello que el hombre ya conoce por adelantado cuando contempla lo ente o entra en trato con las cosas: el carácter de cuerpo de los cuerpos, lo que las plantas tienen de planta, lo animal de los animales, lo humano de los seres humanos1La cursiva es nuestra.» (Heidegger, 2012, p. 65Heidegger, M. 2012. La época de la imagen del mundo, pp. 63-90. En Caminos de bosque. Madrid: Alianza. ). Así las cosas, lo que sea la naturaleza es pre-visto antes de la aprehensión formalizante «todos los procesos que quieran llegar a la representación como fenómenos de la naturaleza han de ser determinados de antemano como magnitudes espacio-temporales de movimiento. Esta determinación se lleva a cabo en la medición realizada con ayuda del número y del cálculo» (Heidegger, 2012, p. 66Heidegger, M. 2012. La época de la imagen del mundo, pp. 63-90. En Caminos de bosque. Madrid: Alianza. ). Este carácter propio de las matemáticas como anticipación, lo encontramos a su vez en los análisis fenomenológicos de la economía que son desarrollados por Düppe (2009)Düppe, T. 2009. The Phenomenology of Economics Life-World, Formalism and the Invisible Hand. Alblasserdam: Haveka BV.: «El problema de la matematización no es que sea una abstracción de las cualidades (…) sino que anticipa todo lo que posiblemente podría contar como un caso válido para ser razonado» (p. 57).

En Marx, naturalmente, no encontraremos una comprensión ontohistórica de la anticipación de sentido de la totalidad del ente; no obstante, es posible hallar un ámbito de pre-comprensión que, en cuanto tal, proyecta el modo en que estos (los entes) son asumidos y, en consecuencia, determina más allá del ámbito específico de la anticipación nuestro trato ordinario con ellos. Para poner entonces en diálogo estos dos modos de pre-visión del ente, entendida desde Heidegger como matematización, debemos ejecutar un torcimiento, una suerte de suspensión del sentido ontológico de la reflexión heideggeriana para fijarnos entonces en el ámbito de la reproducción material-capitalista de la vida. Al hacerlo, hay que indicar que la materia determina la conciencia. En virtud de esto, la experiencia histórica deviene en el germen que impulsa una pre-comprensión del ente, que deriva en una relación calculante con él.

De acuerdo a lo que expone Marx en su Contribución a la crítica de la economía política, el capital industrial y su circulación tiene como germen histórico el intercambio mercantil simple. Así, la relación M-D-M prepara el camino para el intercambio que busca la valorización del valor: D-M-D’. En la forma mercantil simple (M-D-M) el ente aparece siempre asumido desde su utilidad; esto es, es pensado siempre dentro del horizonte de la satisfacción de necesidades. El dinero, en este caso, funciona simplemente como un medio de circulación: el ente producido o cosechado es pre-comprendido desde su cualidad; esto es, es anticipado -antes de sembrar la semilla- siempre como un valor de uso.

Con el tránsito de la forma mercantil simple hacia la capitalista esta pre-visión del ente sufre una mutación, en el sentido en que ya el valor de uso pierde primacía respecto del valor de cambio, esto, en el proceso mismo de su producción. El capitalista que crea mercancías introduce de entrada un nuevo modo de «contar de antemano» con el ente. Acontece una transformación en la pre-visión, pues se transita desde una pre-visión cualitativa hacia una pre-visión cuantitativa. Yace aquí, a nuestro juicio, una transformación en lo pre-sabido del ente en tanto que se pre-comprende como valor/valor de cambio. Dicho de otro modo: acontece una matematización del ente en clave cuantitativa -si se nos permite utilizar estratégicamente el sentido fenomenológico heideggeriano de la expresión-. En palabras de Marx:

La agricultura misma comenzó en determinados puntos a estar puramente determinada por la circulación, a transformarse en producción que exclusivamente ponía valores de cambio. Con ello no sólo se transformó el modo de producción sino que [se] disolvieron todas las viejas relaciones consuetudinarias de población y producción, todas las relaciones económicas que correspondían a aquél. Así, a la circulación le estaba presupuesta aquí una producción que sólo conocía el valor de cambio bajo la forma de lo superfluo, del excedente por encima del valor de uso; pero retrocedió a una producción que únicamente tenía lugar con respecto a la circulación, a una producción que ponía el valor de cambio en calidad de objeto inmediato. Es éste un ejemplo de la regresión histórica que de la circulación simple lleva al capital, al valor de cambio en cuanto forma dominante de la producción (Marx, 2008, pp. 249-250Marx, K. 2008. Contribución a la crítica de la economía política. CDMX: Siglo XXI.).

Esta cita es fundamental, pues pone sobre la mesa la transformación de sentido que acontece en la pre-comprensión del ente, desde una perspectiva económico-capitalista. Manteniendo a salvo las distancias -absolutamente naturales entre el ámbito científico y el económico-, nos permitimos afirmar lo que a nuestro juicio constituye un claro paralelo en la forma primaria de entender la matematización -con Heidegger- como el sentido en que se pre-comprende el ente, aquí desde una perspectiva económico-cuantitativa. Antes de sembrar la semilla y recoger la cosecha, quien cultiva cuenta de antemano con ella como una suerte de medio que permitirá ampliar el dinero invertido en primera instancia (D-M-D’), i. e., valorizar el valor.

2. HUSSERL Y MARX: MATEMATIZACIÓN COMO IDEACIÓN/ABSTRACCIÓN REAL

 

Aunque el enfoque ontológico heideggeriano no coincida a plenitud con el análisis husserliano de la ciencia desarrollado en La crisis, pues el Maestro de la Selva Negra piensa en clave histórico-destinal el acontecer en que impera la esencia de la técnica moderna, algunos rasgos son absolutamente coincidentes; por ejemplo, el modo en que se concibe la comprensión de la totalidad de lo ente desde una perspectiva causal. Asimismo, la caracterización del operar científico moderno como un modo de abstracción es un rasgo presente en los análisis de ambos. De hecho, la exposición husserliana aporta una gran claridad a este respecto, razón por la cual nos serviremos estratégicamente de ella, en lo que sigue, pues presenta con mayor detalle que Heidegger la forma en que los contenidos concretos devienen superfluos con la formalización desarraigante de la ciencia. Fijemos allí nuestra mirada.

A juicio de Husserl, la experiencia de la ideación y formalización geométrica tiene su primer germen histórico en la tradición griega. Luego de ella, la tendencia al interior de la tradición moderna (Galileo) fue radicalizar ese germen que ya había brotado en la Antigüedad y establecer un campo de formas-límite, absolutamente puras, en las que se deja de lado los aspectos materiales concretos de una forma sensible; por ejemplo, la parcial redondez de la naranja deviene en una figura perfectamente redonda. En este orden de ideas, tiene lugar un tránsito que conduce de i) la experiencia mundana intersubjetiva de formas atadas a lo material y a la imperfección, a ii) una región de formas puras de las que se ocupa un pensamiento también puro, capaz de ofrecer un conocimiento exacto de su objeto temático (Husserl, 2008, p. 69Husserl, E. 2008. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Buenos Aires: Prometeo.).

Los procesos de i) ideación recién destacados constituyen el primer momento de matematización de las ciencias. Aquí, los contenidos concretos son suspendidos y el énfasis se concentra en la forma de los entes; i. e., en su condición extensa, medible y proyectable de manera pura. A la ideación se suman otros dos rasgos constitutivos de la matematización: ii) la proyección pura del estilo invariante del mundo de la vida y iii) el desarrollo de fórmulas algebraicas. Hagamos una breve alusión a ambas.

El mundo subjetivo relativo tiene como rasgo propio la variabilidad, la contingencia e inconstancia de los fenómenos; no obstante, como contracara de esto aparece también una típica constante, una suerte de causalidad mundana; i. e., un conjunto de nexos que reconducen de forma no totalmente precisa de un hecho a otro. Desde aquí es posible extrapolar y hacer una proyección imprecisa, no certera, de lo que podría acontecer en lo inmediato. La ciencia hace de esta típica constante uno de sus objetos de análisis, pero radicalizando la naturaleza de la causalidad mundana. Busca un conocimiento absoluto de las conexiones causales, o mejor dicho, busca una comprensión pura de esta causalidad, para acertar en las proyecciones realizadas. Las matemáticas son claves aquí para Husserl. En primer lugar, porque elaboraron un ámbito de objetualidades como formas-límite en las que es posible un conocimiento certero de dichas objetualidades y de sus múltiples y posibles relaciones. En segundo lugar, porque la aprehensión formal y abstracta del mundo subjetivo-relativo implica la posibilidad de captar los nexos causales meramente intuidos y, en una vuelta desde la abstracción hacia el mundo de las materialidades, desarrollar proyecciones anticipatorias de la típica y el estilo de lo mundano-vital. La causalidad universal pura se torna entonces en el pre-ver que ordena, anticipa y determina el mundo circundante concreto. Desde aquí son posibles las inducciones y anticipaciones cada vez más precisas de la naturaleza matematizada.

La ideación de las formas puras a partir de las formas sensibles, así como el establecimiento de una causalidad universal a partir de la causalidad mundana, se pone en diálogo con un tercer elemento clave para comprender la matematización de la ciencia y la naturaleza, a saber: la matematización indirecta de los contenidos materiales de la experiencia mundano-vital, ejecutada a través del desarrollo de las fórmulas numéricas que son aplicadas a los casos concretos, para vincularlos con las leyes generales. Las fórmulas permiten un tránsito desde las ideaciones y sus relaciones, así como de la red causal pura, hacia el ámbito mundano-vital:

El método total tiene de antemano un sentido general, por mucho que en cada caso haya siempre que ocuparse de lo individual-fáctico. Por ejemplo, de antemano no se tiene a la vista la caída libre de este cuerpo, sino que lo fáctico individual es ejemplo en el tipo conjunto concreto de la naturaleza intuida, en que la invariante empíricamente familiar está incluida de antemano; y eso se transfiere naturalmente a la actitud matematizante-idealizante galileana. La matematización indirecta del mundo que tiene lugar como objetivación metódica del mundo intuido, produce fórmulas numerales generales que, una vez encontradas, pueden servir, aplicándolas, para realizar la objetivación fáctica de los casos particulares que se han de subsumir bajo ella. Manifiestamente, las fórmulas expresan nexos causales generales, “leyes de la naturaleza”, leyes de dependencia real en forma de dependencias “funcionales” de números. Su sentido propio no se halla, entonces, en los nexos puros de los números (como si las fórmulas lo fueran en sentido puramente aritmético) (Husserl, 2008, p. 84Husserl, E. 2008. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Buenos Aires: Prometeo.).

Las fórmulas son fundamentales porque son ellas quienes permiten ejecutar la anticipación de los fenómenos en el mundo de la vida. La legalidad y causalidad universal únicamente puede ser retrotraída hasta la efectividad del análisis de la naturaleza, cuando se expresan como fórmulas de carácter numérico

una vez que se está en las fórmulas, con eso se posee ya de antemano la previsión de la certeza empírica, prácticamente deseada, que se ha de esperar en el mundo intuido de la vida concretamente real-efectiva, en el que lo matemático sólo es una práctica especial. La operación decisiva para la vida es, pues, la matematización con las fórmulas obtenidas (Husserl, 2008, p. 86Husserl, E. 2008. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Buenos Aires: Prometeo.).

Ahora bien, este descenso desde el ámbito de las abstracciones puras hacia el mundo subjetivo relativo, para aprenderlo y anticiparlo, implica necesariamente una expresión numérica como resumen, como rostro final de los procesos de ideación-formalización. A este primado de lo algebraico lo piensa Husserl como una aritmetización de la geometría.

Vale indicar que, a nuestro juicio, el punto de partida o, más bien, la raíz de los ejercicios de ideación que se reconducen paulatinamente hacia la aritmetización de la geometría y, concomitantemente, a la vuelta numérica sobre el ente, tienen su raíz en la pre-visión que hemos destacado desde Heidegger. En este sentido, podríamos hablar de una matematización en primer grado, propia de la pre-comprensión de la totalidad del ente, sea desde i) una perspectiva científica o bien desde ii) la reducción de este a simple valor. Desde esta primera matematización tiene lugar, a nuestro juicio, una matematización en segundo grado, expresada de manera precisa en los procesos de ideación de las formas sensibles y en la formalización de la típica constante del mundo de la vida, que tienen lugar con la ciencia moderna. Solo porque se pre-ve la naturaleza como formalizable, mensurable y cuantificable (matematización en primer grado), entonces puede procederse a su ideación, medición y cuantificación (matematización en segundo grado). Lo mismo tiene lugar en la reproducción material-capitalista de la vida. Solo porque se pre-comprende el ente como valor, puede entonces desplegarse el ejercicio de abstracción propio de este modo de producción.

Indicamos que en Husserl el concepto de matematización se encuentra asociado con los procesos de ideación, entendidos como la disolución de todo aspecto concreto del ente, proceso este que conduce al establecimiento de una objetividad expresada en la idealidad de las formas-límite. El famoso argumento cartesiano de la cera, que transita desde las cualidades secundarias como el olor o la textura, hasta la extensión, tiene su raíz histórico-científica en el empoderamiento de la Física galileana analizada por el fenomenólogo moravo. De lo más o menos redondo y de la medición de la tierra, poco a poco se transita hacia la creación de un mundo de idealidades y relaciones entre idealidades. Un mundo alcanzado a través de la disolución de la especificidad de lo empíricamente intuido.

En la obra de Marx se pone de relieve, con absoluta puntualidad, el correlato de esta disolución de lo mundano-vital de un ente, cuando se reduce a mercancía. Para Marx, el capitalista anticipa y pre-ve el ente, antes de su producción concreta, ya como valor (matematización en primer grado). Luego, durante el proceso mismo de producción tienen lugar un conjunto de procesos de abstracción subsecuentes que constituyen -a nuestro juicio- el correlato material de la ideación a que se someten los entes en el ámbito científico.

Alfred Sohn-Rethel (2001)Sohn-Rethel, A. 2001. Trabajo intelectual y trabajo manual. Crítica de la epistemología. Barcelona: El viejo topo., desde una crítica epistemológica de raíz marxista a la obra de Kant, pone sobre la mesa un elemento clave de la reflexión marxiana, a saber: la abstracción real. Con esta categoría hace alusión a todos los elementos cualitativos que son suspendidos en el modo de producción capitalista, cuando se inserta la mercancía en la circulación del capital. El valor de cambio es la relación equivalente-cuantitativa que se establece entre dos entes dados, y que permite la expresión del valor de un ente en el cuerpo del otro. Si el énfasis en el capitalismo se concentra en la relación cuantitativa, necesariamente opera una exclusión-suspensión de todos los elementos cualitativos y materiales de los entes; i. e., se deja de lado su cuerpo y, por tanto, su valor de uso (Marx, 2013, p. 46Marx, K. 2013. El capital. México: Siglo XXI.).

En este orden de ideas, y como señala Viera (2020)Viera, M. 2020. On Real Objects That Are Not Sensuous: Marx and Abstraction in actus, pp. 191-203. En Oliva, A.; Oliva, Á. y Novara, I. (Eds.). Marx and Contemporary Critical Theory. The Philosophy of Real Abstraction. Cham: Palgrave., la sociedad capitalista es una sociedad abstracta, en tanto en cuanto el modo de producción se mueve alrededor de un eje que disuelve las cualidades específicas del ente al reducirlo a mercancía (Martins, 2020, p. 193). Encontramos, en este sentido, un doble modo de comprensión del concepto de abstracción en Marx. En primera instancia, aparece un nivel puramente teórico y científico de la abstracción, que, en un nivel conceptual intenta expresar los rasgos distintivos de una sociedad determinada de la forma más simple y abarcante posible. De la mano de la abstracción nominal-teórica se encuentra, además, una abstracción in actu: el trabajo debe ser entendido a partir del tiempo abstracto asumido como unidad de medida-sustancia del valor (Ruiz, 2019Ruiz, C. 2019. Historia y sistema en Marx. Hacia una teoría crítica del capitalismo. Madrid: Siglo XXI.). Esta abstracción es propia del hacer del hombre: tiene su lugar de acontecimiento en las prácticas sociales propias del modo de producción capitalista (Leyva, 2021Leyva, G. 2021. Karl Marx y sus desdoblamientos: de la crítica de la abstracción y del fetichismo a la crítica de la razón, pp. 259-358. En Leyva, G.; Pérez, S. y Rendón, J. (Eds.), Karl Marx: el hombre, el revolucionario y el teórico (II). Barcelona: Anthropos.).

Y valga anotar aquí en contra de la lectura de Elbe (2020)Elbe, I. 2020. Reification and Real Abstraction in Marx’s Critique of Political Economy, pp. 249-264. En Oliva, A.; Oliva, Á. y Novara, I. (Eds.). Marx and Contemporary Critical Theory. The Philosophy of Real Abstraction. Cham: Palgrave., que la abstracción no acontece únicamente en el ámbito de la circulación. Antes bien, solo porque hay una abstracción como matematización previa que pre-comprende y reduce el ente a valor, puede tener lugar lo que él y Sohn-Rethel denominan abstracción real. De hecho, resulta bastante interesante que, así como la comprensión teórica del ente implica la disolución de sus aspectos concretos -piénsese una vez más en la cera cartesiana o en los procesos de ideación que pasan de formas sensibles a formas límite-, asimismo la reproducción material-capitalista de la vida ejecuta una disolución de lo cualitativo, dejando primar lo cuantitativo; i. e., si en la abstracción científica pervive lo cuantificable y medible, en la abstracción de la producción sobrevive -a la disolución del valor de uso- también aquello cuantificable y medible.

La ciencia reduce al ente a aquello que de él puede ser calculado; es decir, que el ente es pensado desde un enfoque matemático, y añadimos nosotros, en un primer (Heidegger) y segundo (Husserl) orden interpretativo «lo ente ha de poder ser expuesto exhaustivamente en términos de operaciones matemáticas» (Martínez, 1983, p. 134Martínez, F. 1983. La filosofía de «El capital» de Marx. Madrid: Taurus.). Esto supone, a juicio de Martínez Marzoa, una ontología del ente que tiene un correlato ontológico en lo que llamamos, siguiendo a Marx, la reproducción material-capitalista de la vida. Para Martínez Marzoa, la ley del valor debe ser comprendida también como una suerte de ontología del ente:

Y, dado que se trata del concepto específicamente moderno del conocimiento o de la verdad, debe esperarse que el mismo suministre una ilustración del modo de operar de eso que en Marx hemos interpretado como una ontología que; a la vez, es la constitución histórica de la Edad Moderna, ontología cuyo contenido desarrollado resulta ser la construcción de lo que hemos llamado «la estructura económica» o «ley económica» o «la ley del valor» (Martínez, 1983, p. 134Martínez, F. 1983. La filosofía de «El capital» de Marx. Madrid: Taurus.).

El ser de las cosas no es algo distinto a la cantidad de trabajo abstracto que contiene, el cual se mide, a su vez, desde la cantidad de tiempo abstracto que supone: «Así, pues, por una parte, será reconocido como el ser verdadero de las cosas aquel que conceda sentido a la posibilidad de su reducción a cantidades de una única magnitud» (Martínez, 1983, p. 135Martínez, F. 1983. La filosofía de «El capital» de Marx. Madrid: Taurus.).

Ahora bien, y del mismo modo en que las ideaciones de la ciencia no son ideaciones aisladas, sino que se encuentran en relación, asimismo es pensable un ámbito de relación entre las abstracciones propias del modo de producción capitalista. Con la introducción del problema de la circulación del capital, Marx pone sobre la mesa el tipo de relación que tiene lugar entre las abstracciones del capitalismo: equivalencia en cuanto al contenido de valor. El abordaje del fetichismo de la mercancía es una profundización del problema de la circulación del capital y las consecuencias que tiene, a saber: que la relación entre abstracciones no hace más que ocultar la vida misma, las relaciones humanas y su historicidad (Carver, 1975Carver, T. 1975. Marx’s commodity fetishism. Inquiry 18 (1): pp. 39-63.). ¿En qué consiste este fetichismo? En el hecho de que, mientras el capital circula, las relaciones se tejen -ilusoriamente- entre las mercancías. Son ellas quienes expresan en su lenguaje cambiario el valor correspondiente. Se diluye con esto el carácter propiamente humano de la interacción, cuando se piensa que el mercado es un ámbito exclusivo de relación entre los productos del trabajo privado. Cuando Marx nos habla en los Manuscritos del carácter enajenado que adquieren dichos productos respecto del trabajador, anticipa los rasgos generales de lo que en El capital aparecerá como la expresión más acabada de la independencia que adquieren las mercancías. Dicha independencia parece ser tal que no precisan de sus creadores para establecer vínculos entre ellas (Marx, 2013, p. 89Marx, K. 2013. El capital. México: Siglo XXI.).

Finalmente, la matematización económica del ente encuentra un ámbito final de expresión -hasta donde alcanzan históricamente los análisis de Marx-, a saber: la forma dineraria del valor. El capital -hemos indicado- no es otra cosa que un proceso paulatino de abstracción que se reconduce del trabajo vivo y el valor de uso, hasta el fetichismo de la mercancía. El intercambio, en un sentido estricto, no se da en el capitalismo sino a través del dinero. Este es concebido como la mercancía que hace las veces de equivalente general; es decir, que la forma del valor encuentra su resumen en una expresión numérico-dineraria (para el caso de Marx dinero-oro). Así, cuando llegamos a un supermercado, no nos ponemos de entrada en relación con los entes en tanto que valores de uso. Si quiero comprar un celular, este antes de entrar en circulación ya es anticipado por la empresa que lo crea como una mercancía-valor a través de la cual lograrán una reproducción de la riqueza. Es por esto que mi relación inmediata con él está condicionada por la forma dineraria del valor; i. e., que el ente se me dona en el marco de las relaciones de producción bajo una cifra. Así las cosas, del mismo modo en que el primado de lo numérico en la matematización de la ciencia se expresa como resumen en la aritmetización de la ciencia y la naturaleza, del mismo modo la matematización de la reproducción material-capitalista de la vida encuentra su resumen numérico en la aritmetización dineraria del ente.

Con Husserl, la ciencia al matematizarse incurre en un olvido de lo mundano; i. e., de nuestra relación inmediata y viva con nuestro entorno, con lo subjetivo-relativo. Vale indicar aquí que asumimos el mundo de la vida en su sentido amplio, apoyándonos en Nam-In Lee (2020)Lee, N.-I. 2020. The Pluralistic Concept of the Life World and the Various Fields of the Phenomenology of the Life World in Husserl. Husserl Studies 36: pp. 47-68. https://doi.org/10.1007/s10743-019-09254-6 , como el horizonte propio de la vida natural en que nos relacionamos de forma pragmática con las cosas (el en dónde en que comemos, bebemos, jugamos, etc.), no como el correlato horizóntico-estructural de una (inter)subjetividad constituyente. En este orden de ideas, no pensamos aquí el concepto de mundo de vida respetando quizás su sentido más técnico, aludiendo con ello a una exégesis que nos lo revele como un horizonte de horizontes. Pensamos la experiencia viva, histórica, de nuestra relación con la totalidad del ente. La ciencia hace de este, objeto de mero cálculo, o como indica Heidegger en “La pregunta por la técnica” (1994bHeidegger, M. 1994b. La pregunta por la técnica, pp. 9-38. En Conferencias y artículos. Barcelona: Serbal.) y Serenidad (2002Heidegger, M. 2002. Serenidad. Barcelona: Serbal.), reduce la naturaleza a un conjunto de energías que devienen disponibles para su uso. Esta ciencia formalizadora, como indica bien Husserl, poco o nada parece tener por decirnos acerca de nuestras inquietudes más existenciales.

Del mismo modo, a nuestro juicio, la abstracción propia del modo de producción capitalista descrito por Marx incurre en un olvido de lo mundano vital: lo esencial no es el modo en que los entes nos aparecen como valores de uso para la satisfacción de nuestras necesidades, ni lo es nuestra relación con la naturaleza comprendida como nuestro cuerpo inorgánico. Así como una naranja se reduce a su circunferencia, del mismo modo se reduce a valor. En este sentido, la indicación de Düppe respecto del modo de acontecer lo económico en la Antigüedad resulta esclarecedora: en los griegos, la oikonomia debía comprenderse como la relación más inmediata del hombre con su mundo de vida, no como un simple hacer enfocado en la reproducción de una riqueza abstracta, encarnada en un equivalente general:

Ciertamente [oikonomía] no era el título de un objeto de estudio distinto. En cambio, fue la manifestación primordial de un orden abarcador que debía lograrse. Los escritos oikonómicos se ocuparon de la vida económica como una tarea para todos (…) son, por esta razón, las fuentes históricas más adecuadas del mundo de la vida de la Europa premoderna. La oikonomía, se puede decir, es el mundo de la vida en la medida en que es el lugar donde se logra una correlación entre la vida y el mundo (Düppe, 2009, pp. 68-144Düppe, T. 2009. The Phenomenology of Economics Life-World, Formalism and the Invisible Hand. Alblasserdam: Haveka BV.).

Concentrada en una sed irrefrenable de reproducción de riqueza abstracta, o en palabras de Briales: definida nuestra economía desde «el carácter imparable de la acumulación por la acumulación» (Briales, 2016-2017, p. 383Briales, A. 2016-2017. Entre el ejército de reserva y el tiempo superfluo: actualizaciones para una interpretación del desempleo desde la teoría crítica de Marx. Constelaciones 8/9: pp. 367-388.), lo que tiene lugar es un olvido del horizonte histórico, de nuestro hacer en relación con el mundo de vida. En los griegos, insiste Düppe, la vida económica era fundante: no versaba respecto de la abstracción, sino en torno a nuestra inmediata y atemática relación con el mundo: «La vida económica era preliminar a la vida “real”» (Düppe, 2009, p. 149Düppe, T. 2009. The Phenomenology of Economics Life-World, Formalism and the Invisible Hand. Alblasserdam: Haveka BV.). En una comprensión otra de la temporalidad, el tiempo era asumido para el cultivo y la cosecha. Era un ámbito de justicia, pago y retribución en el cambio de una estación a otra. En contraste con esta experiencia mundano-vital de la temporalidad y del ente, en la reproducción material-capitalista de la vida el tiempo es simplemente tiempo-ahora, medible en tanto que substancia del valor. No es asumible, desde dicho prisma, como el instante propicio para el advenir de los muertos en el transitar de octubre a noviembre.

3. DISOLUCIÓN DEL PATRÓN ORO Y CAPITAL FICTICIO

 

Hasta aquí hemos intentado poner en diálogo a Marx, Husserl y Heidegger para destacar el modo en que la pre-visión, abstracción y formalización del ente tiene lugar no solo en el ámbito científico, sino que corre de forma paralela en la reproducción-material capitalista de la vida, como bien lo indican Peter McLaughlin y Oliver Schlaudt (2020)McLaughlin, P. y Schlaudt, O. 2020. Real Abstraction in the History of Natural Sciencies, pp. 307-318. En Oliva, A.; Oliva, Á. y Novara, I. (Eds.). Marx and Contemporary Critical Theory. The Philosophy of Real Abstraction. Cham: Palgrave. al ampliar la categoría de Sohn-Rethel de abstracción real, refiriéndose con ella no solo a la disolución de lo concreto que impera en la ciencia, sino también en la economía contemporánea. Esta disolución de lo concreto ha sido el modo en que hemos pensado de una forma no técnica un olvido, desde una doble perspectiva, del mundo de vida. La ciencia formalizada, al igual que el capitalismo abstracto, se desliga del horizonte inmediato e histórico del que surge.

En estas últimas líneas, intentaremos pensar de forma específica el modo en que aquello que fue analizado por Marx como un modo de abstracción propio del modo de producción capitalista, encuentra su expresión contemporánea en dos fenómenos específicos: el primero de ellos es la disolución del patrón oro. El segundo, entre tanto, el fortalecimiento de la tendencia ficticia del capitalismo contemporáneo.

3.1. La disolución del patrón oro

 

Con «patrón oro» hacemos alusión al modo en que se comprendía la relación entre el oro, asumido como equivalente general de la circulación del capital, y el dinero -piénsese en el papel moneda o en las letras de pago-. En el periodo de redacción de El capital, Marx analizó un modo histórico del capitalismo vinculado a dicho patrón. Para el caso, toda forma dineraria debía tener un respaldo total en oro. Si la oferta monetaria de una sociedad dada era, por ejemplo, un millón de dólares, debía existir en las reservas de dicha sociedad esa misma suma en oro. ¿Por qué las monedas debían estar respaldadas por el oro? Porque este era asumido como el equivalente general de la forma del valor. Sin embargo, no hay que olvidar el hecho de que el oro es, por su propia cuenta y además de equivalente general, una mercancía más con un valor de uso no monetario. Deviene equivalente general, en la medida en que se reduce su condición a ser el ente en que las otras mercancías expresan su valor. Si es una mercancía, la proporción de su existencia se encuentra limitada a la posibilidad de su producción. Lo que esto supone, en último término, es que el deseo ilimitado de riqueza abstracta; i. e. la reproducción infinita del capital, se encontraba limitado por un ente. Dicho de otro modo, la abstracción del modo de producción tenía un ancla material: el cuerpo en que se expresaba el valor acumulado. Ningún país podía extender su riqueza más allá de la cantidad de dinero-oro que poseía (Chapoy, 2001, p. 11Chapoy, A. 2001. El sistema monetario internacional. CDMX: UNAM.).

El patrón oro evoluciona históricamente para limitar poco a poco -y en razón de situaciones históricas como la Primera Guerra Mundial (Federal Reserve, 1989, p. 423Federal Reserve. 1989. The International Gold Standard and U.S. Monetary Policy from World War I to the New Deal. Federal Reserve Bulletin (June): pp. 423-440.)- el papel jugado por el metal en la economía. La relación entre las divisas de los países dejó de suponer un respaldo pleno en oro, y posteriormente una única moneda (el dólar estadounidense) se convirtió en el equivalente general, al tener el equilibrio idóneo entre oro y divisas. El dólar gozaba del derecho exclusivo de tener vinculado el dinero en circulación a la reserva áurea. Esto último tuvo lugar en el marco de los acuerdos de Bretton Woods (1-22 julio 1944).

En los años setenta, en razón de una crisis económica y por decisión del entonces presidente Richard Nixon, se puso fin al patrón oro: «Ese régimen [Bretton Woods] terminó con el cierre por parte del presidente Richard Nixon de la ventana de oro el 15 de agosto de 1971» (Bordo, 1993, p. 3Bordo, M. 1993. The Bretton Woods International Monetary System: A Historical Overview, pp. 3-108. En Bordo, M. y Eichengreen, B. A Retrospective on the Bretton Woods System: Lessons for International Monetary Reform. Chicago: University of Chicago Press.). El oro dejó de ser la base del dólar y, paulatinamente, de las divisas internacionales (Chapoy, 2001, p. 39Chapoy, A. 2001. El sistema monetario internacional. CDMX: UNAM.).

Con la caída de Bretton Woods y del patrón oro, el afán de acumulación de riqueza abstracta dejó de tener su cara áurea: ya no era sed y hambre de oro lo que motivaba al capitalista. La reproducción ilimitada de la riqueza abstracta tenía como límite concreto un metal que, a pesar de ser reducido a su condición de equivalente general, goza de un ámbito cualitativo que supera los límites de la reducción cuantitativa a que se somete en virtud del modo de producción. En el marco del patrón oro -en todas sus modificaciones- la crisálida áurea del valor se encontraba siempre en constante disputa consigo misma, o, mejor dicho, con su utilidad no monetaria. Esta faz no capitalista del metal era un susurro que amenazaba el fundamento mismo del sistema económico, a la par que ponía un límite estricto y material al deseo. El valor no podía valorizarse de manera ilimitada si el cuerpo en que se expresaba tenía un límite propio. Dicho de otro modo: el capital no podía reproducirse en su abstracción más allá de lo que le permitía un ente específico. Cortar el vínculo «dinero-oro» era quitar una traba a la pretensión de multiplicar ilimitadamente la riqueza abstracta.

Con la decisión de Nixon, ya no hay un ente que tenga un valor de uso no monetario y que sirva, a la vez, como i) medio de circulación, ii) expresión material de la riqueza abstracta, iii) medio de pago y iv) depositario de valor. La anulación de Bretton Woods es el empoderamiento de la abstracción en la reproducción material-capitalista de la vida. El nuevo dinero, el que reemplaza al “dinero mercancía”, a saber: el “dinero fiat”, no tiene un uso no monetario; i. e., es inútil si no es medio de circulación y depositario de valor (Wallace, 2008Wallace, N. 2008. Fiat Money. En The New Palgrave Dictionary of Economics. London: Palgrave Macmillan.).

El tránsito del dinero mercancía al dinero fiat constituye una disolución de lo que llama Rosignolo (2017)Rosignolo, L. 2017. Principios de economía monetaria. Oferta y demanda monetaria, banca central y política monetaria. Revista de Investigación en Modelos Financieros 2 (6): pp. 1-38. el patrón monetario -es decir, de aquello que sustenta el valor de las distintas monedas- en la medida en que el oro, aunque sigue siendo pensado como una reserva privilegiada de valor y como elemento constituyente de la riqueza, no es por sí mismo la riqueza capitalista en cuanto tal. El dinero es riqueza sin depender del sustrato áureo. De hecho, y como bien lo ilustra González (2011)González, J. 2011. Ontología y funciones del dinero. Una aproximación fenomenológica. Investigaciones fenomenológicas: Anuario de la Sociedad Española de Fenomenología, 3 (extra), pp. 223-236., la capacidad de cambio propia del dinero fiat, no depende en absoluto de la forma material que asuma: papel moneda, cheques, tarjetas plásticas o aplicaciones bancarias para transferencias. En cada caso, sin importar la manera en que se manifiesta, el dinero sigue sirviendo para que el valor circule, se paguen las deudas y se acumule la riqueza. Esta lógica de abstracción de la riqueza en el capitalismo contemporáneo hace que la forma predominante del dinero sea, justamente, aquella que está en presencia de forma no física en el papel moneda:

La cantidad de dinero que tengo en mis manos o en mi cartera acostumbra a ser una parte pequeñísima del dinero que tengo. El dinero en efectivo (es decir, el dinero en la forma de los billetes y monedas en circulación, tal y como lo hemos analizado hasta aquí) supone tan solo 550,3 mil millones sobre un total de 6918,7 mil millones de euros (González, 2011, pp. 230-231González, J. 2011. Ontología y funciones del dinero. Una aproximación fenomenológica. Investigaciones fenomenológicas: Anuario de la Sociedad Española de Fenomenología, 3 (extra), pp. 223-236.).

Todo valor de uso sucumbe ante la abstracción de la reproducción material-capitalista de la vida, pues se nos aparece en el mercado bajo una expresión dineraria, un número, una cifra; y así como se sepulta el valor de uso, asimismo el mundo de la vida queda sepultado. No es la relación entre los hombres, ni el tener que satisfacer nuestras necesidades más inmediatas lo fundamental. Lo que prima y gobierna es el dinero.

Lo concreto -y con él la riqueza material- es dejado atrás en los distintos procesos de valorización del valor. Lo económico es ya una esfera ajena al hombre de a pie. Las abstracciones lo han dejado atrás y lo han sometido. El mundo de la vida se mueve ahora en función no de una suerte de causalidad en tanto que típica constante, sino a la luz de la valorización del valor, del dinero que puede multiplicarse -en teoría- de manera ilimitada. Billones de billones acrecentándose en las nubes, desgajados completamente de la defensa de la riqueza material a la cual nos invitan Pseudo-PlatónPseudo-Platón. 1872. Erixias, pp. 247-271. Obras completas de Platón (XI). Madrid: Media y Navarro. en Erixias, Aristóteles en PolíticaAristóteles. 1988. Política. Madrid: Gredos. y Marx en El capital. La abstracción en la reproducción material de la vida supone un olvido de nuestro ámbito histórico, cotidiano, fáctico de la vida, y más bien se mueve en un claro desinterés respecto él.

3.2. El capital ficticio

 

Una de las contradicciones más fuertes del modo de producción capitalista es la relación que establece con el valor. La reproducción de la riqueza abstracta depende de la cantidad de valor que es capaz de acumular para valorizar. Al implementar de forma sistemática el uso de la técnica en razón de los intereses monopolistas que impulsan la innovación (Harvey, 2014Harvey, D. 2014. Diecisiete contradicciones y el fin del capitalismo. Madrid: Traficantes de sueños.), la cantidad de valor valorizado tiende a decrecer. ¿Por qué? Porque el tiempo social de trabajo (sustancia del valor) es cada vez menor, ya que las máquinas hacen el trabajo de los hombres.

¿Cuál es la consecuencia última de esta contradicción? Pues no es algo distinto que una fuga del capital (Pérez, 2005Pérez, C. 2005. Revoluciones tecnológicas y capital financiero: La dinámica de las grandes burbujas financieras y las épocas de bonanza. Buenos Aires: Siglo XXI.; Zapata, 2003Zapata, D. 2003. La especulación financiera y la crisis de acumulación. Ensayos de economía 13 (23): pp. 94-118.). Como bien señala Macías (2017)Macías, A. 2017. El colapso del capitalismo tecnológico. Salamanca: Escolar y Mayo., la meta última del modo de producción capitalista es la reproducción de la riqueza abstracta, no la creación de mercancías. Estas no son más que un mal necesario que permite valorizar un valor cada vez menos valorizado. Al encontrar un espacio en el ámbito financiero que le permite reproducir la riqueza dejando de lado el mal necesario (la mercancía), escapa sin pensarlo dos veces, incurriendo entonces en un fetichismo del dinero, entendido como la capacidad que tiene la riqueza de reproducirse a sí misma, sin un intermediario: D-D’:

En el capitalismo financiarizado que ha surgido, la capacidad de la mayoría para ir mucho más allá de las “necesidades” materiales básicas y consumir por el simple hecho de consumir está disminuyendo nuevamente. El capital se acumula cada vez menos a través del trabajo y la producción, la compra de mercancías, el consumo y la circulación de signos. En cambio, el valor económico se deriva cada vez más a través del comercio de deuda, la actividad del mercado financiero y el comportamiento de los rentistas; gran parte de ella totalmente desvinculada del mundo de la producción y el consumo al que inicialmente se refiere. El dinero está siendo extraído de la economía material hacia los sectores financieros que hacen dinero con dinero con poca conexión con el valor de “uso” (…) Aproximadamente el 97% del “dinero” de la economía del Reino Unido simplemente circula por el sector financiero. Solo el 3% es dinero fiduciario (papel) o capital prestado a empresas e individuos que operan en la economía materializada y actualizada (ver Kay, 2016). De hecho, la irrelevancia de la economía material se explicó claramente en un documento de investigación de Citigroup (2005), ahora notorio, que describe las características de la nueva “Plutonomía”. Como explica Lapavitsas (2013, p. 2), “Ha surgido una asimetría entre la esfera de la producción y la esfera inflada de la circulación”. D-D’ ha dejado a D-M-D’ muy atrás a medida que las reservas de capital excedente o especulativo se acumulan y circulan rápidamente (Davis, 2018, pp. 5-7Davis, A. 2018. Defining speculative value in the age of financialized capitalism. The Sociological Review 66 (1): pp. 3-19.).

El dinero invertido (D) se reproduce y multiplica (D’) sin tener que transitar por el proceso productivo en cuanto tal (o al menos adquiere esta forma de manifestarse), deviniendo en último término en capital ficticio. Con esta categoría se hace alusión al modo en que se anticipa y utiliza en el presente el valor futuro que se generará -a partir de créditos, pues este es el origen del capital ficticio (Davis, 2003Davis, J. 2003. Speculative Capital in the Global Age. Race & Class 44 (3): pp. 1-22.; De Brunhoff, 1998De Brunhoff, S. 1998. Money, Interest and Finance in Marx’s Capital, pp. 176-188. En Bellofiore, R. (Ed.). Marxian Economics: A Reappraisal Essays on Volume III of Capital. London/New York: McMillan/St. Martin’s Press.; Meacci, 1998Meacci, F. 1998. Fictitious Capital and Crises, pp. 189-204. En Bellofiore, R. (Ed.). Marxian Economics: A Reappraisal Essays on Volume III of Capital. London/New York: McMillan/St. Martin’s Press.)-: «La producción de valor mediante la explotación del trabajo ha sido reemplazada por la anticipación sistemática del valor futuro en forma de capital ficticio» (Trenkle, 2018, p. 101Trenkle, N. 2018. Labour in the Era of Fictitious Capital. Contradictions 2 (2): pp. 101-113.). Así, a cambio de acciones o títulos de renta fija, A hace un préstamo a B amparado en las futuras e hipotéticas ganancias que tendrá B. Con esto el capital se reproduce -en teoría- sin necesidad de vincularse con alguno de los sectores de la economía real. El capital ficticio depende de una expectativa que puede no cumplirse: se piensan las ganancias a partir de la proyección que se hace -desde el presente- de la rentabilidad futura de un producto financiero determinado. Como indica Beckert (2014Beckert, J. 2014. Capitalist Dynamics: Fictional Expectations and the Openness of the Future. MPIfG Discussion (Paper 14/7). Köln: Max-Planck-Institut für Gesellschaftsforschung., 2016)Beckert, J. 2016. Imagined Futures. Fictional Expectations and Capitalist Dynamics. Cambridge/Massachusetts/London/England: Harvard University Press., estas expectativas se fundan una narrativa fantasiosa que reconduce hacia la volatilidad del mercado y el riesgo.

El deseo ilimitado de dinero, entendido como riqueza abstracta, se mueve ahora en un nuevo nivel de la abstracción. El capital ficticio encuentra su carácter ficticio en el hecho de que las cifras con que especula y proyecta no tienen un respaldo que las ampare. Así como el dinero fiat superó en su oferta el límite dado por el oro, del mismo modo este dinero fiat -cuando se reproduce en la especulación- se supera a sí mismo. Billones sobre billones multiplicándose en el mercado financiero, pero sin un asidero en la misma riqueza abstracta. La abstracción genera un nuevo estado abstracto que engulle al anterior. La riqueza abstracta llega a ser mayor a la cantidad de papel moneda existente, y ya ni pensar en su relación con el oro. Y justamente en esto consisten las burbujas: la discrepancia existente entre la cotización y valorización ficticia-especulativa de los productos financieros, respecto del límite real de su precio.

Mirar algunos datos de la última burbuja nos ayudará a entender lo indicado: para el año 2007, en el marco de la crisis financiera más importante del nuevo siglo, la oferta monetaria estadounidense era de unos US$ 9.4 trillones; no obstante, la expresión monetaria de las deudas -que se volvieron paquetes para la compra y venta en el mercado financiero- llegaba a ser cuatro veces la oferta monetaria nacional (Davies, 2018, pp. 8-9Davis, A. 2018. Defining speculative value in the age of financialized capitalism. The Sociological Review 66 (1): pp. 3-19.). De hecho, como indican Zurita, Martínez y Rodríguez (2009, p. 23)Zurita, J.; Martínez, J.; Rodríguez, F. 2009. La crisis financiera y económica del 2008. Origen y consecuencias en los Estados Unidos y México. El cotidiano 157: pp. 17-27., la deuda hipotecaria representaba para 2007 el 105 % del PIB estadounidense. Pérez (2018)Pérez, C. 2018. Las raíces tecnológicas y las consecuencias estructurales de la «doble burbuja» en el cambio de siglo. Cuadernos del CENDES 35 (98): pp. 1-37. nos ofrece un dato clarificador respecto de los derivados financieros y su cotización en las puertas de la crisis: para 2007, rondaban un costo total de 382 billones $ EUA. Esta cifra era siete veces mayor que el producto interno bruto mundial (54 billones $ EUA).

Vale la pena que nos interroguemos en este punto lo siguiente: ¿en qué sentido podemos hablar aquí, en el ámbito de la ficción del capital, de un olvido del mundo de la vida? Retomando los análisis de Düppe podemos señalar que la economía, i) al no versar sobre la adquisición y administración de los bienes justos y necesarios para la vida familiar y comunitaria -como era pensada la oikonomia en su vínculo con la phronesis por Aristóteles (Crespo, 2011, p. 38Crespo, R. 2011. Enseñanzas aristotélicas para la economía contemporánea. Empresa y humanismo 14 (2): pp. 31-56.; Berti, 2012, p. 39Berti, E. 2012. El pensamiento político de Aristóteles. Madrid: Gredos.; Leshem, 2014, p. 3Leshem, D. 2014. The Distinction between the Economy and Politics in Aristotle’s Thought and the Rise of the Social. Constellations, 0 (0): pp. 1-11.)-, y ii) al concentrarse en la reproducción incontrolada de un capital desvalorizado -sin tener en cuenta las consecuencias de ese deseo que está fuera de control-, obvia naturalmente y de forma intencionada el ámbito cotidiano de la vida humana. Como bien indica Mark Coeckelbergh (2015)Coeckelbergh, M. 2015. Money Machines: Electronic Financial Technologies, Distancing, and Responsibility in Global Finance. Farnham: ASHGATE., el capitalismo financiero es un modo de acontecer la economía que obvia completamente las implicaciones que tiene especular y ficcionar con la riqueza abstracta:

Es plausible suponer que los comerciantes de las finanzas globales contemporáneas no saben mucho acerca de las consecuencias de sus acciones para las personas cuyas vidas dependen del precio de los productos financieros (acciones, futuros, etc.) que se negocian y, en general, de sus decisiones financieras (comerciales e inversiones). A pesar de su orientación epistémica “global”, los comerciantes carecen de información suficiente sobre las consecuencias precisas de sus acciones comerciales para las personas que viven en su propio país y en otros países del mundo (Coeckelbergh, 2015, p. 115Coeckelbergh, M. 2015. Money Machines: Electronic Financial Technologies, Distancing, and Responsibility in Global Finance. Farnham: ASHGATE.).

Para Coeckelbergh, la economía financiera nos aleja, ¿de quién? De los otros con quienes compartimos el mundo. El especialista en finanzas se sirve de la automatización para calcular y anticipar los movimientos del mercado financiero. Compra una acción, vende otra y, con ello, gana millones. Millones desanclados de cualquier sustrato mundano. No hay ya un ente con uso no monetario que respalde esos millones. Las cifras crecen y se inflan hasta que explotan. Así como la ciencia y la técnica destruyen la naturaleza al ponerse al servicio de la riqueza abstracta en la producción de bienes y servicios, del mismo modo sirven -a través de la automatización de las finanzas- para la pauperización del hombre.

La crisis de las ciencias de la que nos habla Husserl no es una crisis de cientificidad, sino una crisis axiológica, de sentido: «Para nuestra indigencia vital -oímos decir- esta ciencia no tiene nada que decirnos» (Husserl, 2008, p. 50Husserl, E. 2008. La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Buenos Aires: Prometeo.). Lo que se predica de la ciencia es predicable a su vez para la reproducción material de la vida que tiene lugar, aquí y ahora, en el capitalismo contemporáneo: ¿qué nos puede decir -acerca de nuestra existencia- una economía cuyo objeto de deseo ilimitado es reproducir una riqueza abstracta? ¿Qué nos pueden decir un software y un algoritmo financieros acerca de aquello en que se funda y que ha olvidado -a saber: el mundo de la vida y la riqueza material a él perteneciente-? Siguiendo a Husserl podríamos decir lo siguiente: la riqueza abstracta nada puede decirnos acerca de nuestra indigencia vital. Ella ha dado la espalda completamente, al anular el mal necesario de la reproducción del capital (D-M-D’), al mundo de la vida -y con él, a nosotros los que lo habitamos-. Así como el mundo de las ideaciones científicas sustituye el mundo de la vida, del mismo modo la economía abstracta sustituye la riqueza material, dejándola en la oscuridad.

4. A MODO DE CONCLUSIÓN

 

En este artículo esbozamos dos perspectivas de diálogo entre la reflexión marxiana y las propuestas fenomenológicas de Martin Heidegger y Edmund Husserl. En el diálogo con Heidegger, destacamos el modo en que la matematización puede ser comprendida como una anticipación o pre-visión de sentido de la totalidad del ente. Esta pre-visión en tanto que matematización en primer grado, es lo que auspicia la matematización en segundo grado, que alude a la específica ideación y formalización científica de la naturaleza y de los entes. Así, solo porque el ente se pre-comprende como medible, cuantificable y ordenado causalmente, puede la ciencia proceder en términos cuantificadores y formalizadores.

Esta matematización en primer grado como un contar de antemano con el ente, encuentra su expresión en la reproducción material de la vida. En este caso, el modo de producción capitalista se edifica a partir de una pre-visión de la totalidad del ente como valor. Aquí, es el tránsito de la forma mercantil simple al capitalismo lo que impulsa una metamorfosis en la forma en que asumimos y cómo se nos aparecen los entes en tanto que mercancías. Es esta pre-comprensión de los entes como valor (matematización económica de primer grado) lo que permite y auspicia la abstracción real que hace parte del proceso de circulación del capital (matematización económica de segundo grado). En este sentido, encontramos tanto en Marx como en Heidegger un sentido primario de matematización del ente (económica o científica) en tanto que pre-visión de su sentido. Es a partir de esta pre-visión que se edifica, desde la matematización en segundo grado, un soterramiento de lo mundano-vital.

Las consideraciones fenomenológicas de corte generativo desplegadas por Edmund Husserl en su obra parcialmente póstuma La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental, ponen de relieve como característica propia de la cientificidad contemporánea lo que el moravo considera una suerte de olvido del mundo de la vida. Lo propio de esta cientificidad es la disolución de los rasgos concretos de la experiencia mundano-vital. La matematización que opera en la ciencia de herencia galileana, y por vía de ella en la comprensión misma de la naturaleza, tiene su punto de partida en la ideación que se ejecuta en la geometría de las formas materiales, y que poco a poco reconduce hacia las formas límite.

Este proceso de abstracción ejecutado en la geometría, tiene como fase final su aritmetización. En ella, la formalización numérica se revela como resumen de la vuelta de una ciencia desvivificadora sobre el mundo de la vida. Anticipación, cálculo y control, constituyen los rasgos propios de una cientificidad que hace de la típica constante de la mundanidad, una causalidad pura que permite pre-calcular y re-calcular los fenómenos.

La abstracción propia de la ciencia encuentra su correlato material en los análisis críticos desplegados por Marx en torno al modo de producción capitalista. A su juicio, dicho modo de producción se encuentra caracterizado por lo que ha llamado Sohn-Rethel abstracción real. Sirviéndonos de la categoría de Sohn-Rethel, pero ampliando su radio de acción más allá del ámbito del valor de cambio, indicamos cómo opera en el capitalismo una matematización en segundo grado que se resume en lo que denominamos aritmetización dineraria del ente. Así, y sin intentar señalar -como lo hace Sohn-Rethel- que la abstracción de la ciencia se deriva de la abstracción material inherente al capitalismo, esbozamos lo que constituye para nosotros un despliegue paralelo de la abstracción de lo mundano vital, que se ejecuta en una doble vía: científica y económica.

Seguimos, en este orden de ideas, el impulso ofrecido por las reflexiones de corte fenomenológico de Düppe para pensar un olvido de lo mundano vital por parte de la economía, aunque asumida no como ciencia (caso de Düppe), sino como el específico hacer económico del hombre. Parafraseando a Marx: aquello que hacemos pero que no sabemos que hacemos.

Una vez pusimos de relieve la manera en que acontece la matematización-abstracción científico-económica del ente a partir del diálogo entre Heidegger, Husserl y Marx, en el tramo final de la exposición indicamos la forma en que el capitalismo contemporáneo supone formas más desarrolladas de la abstracción que superan las consideraciones marxianas en torno al tópico en cuestión. Una breve alusión a la disolución del patrón oro y al capital ficticio nos permitieron caracterizar la manera en que sigue operando, a través de una nueva faceta de la abstracción, un olvido del mundo de la vida.

Por un lado, el patrón oro y su disolución permitió disolver la lógica de anclaje que tenía la riqueza abstracta: al tener el oro un límite en su producción, estaba imposibilitado el afán de reproducción infinito de dinero. Existía, en el seno del capitalismo una contradicción radical: la riqueza abstracta se encontraba limitada por un ente con uso monetario y no monetario. Disuelta la relación riqueza abstracta-oro, el único límite para la reproducción de dicha riqueza se encuentra en la relación interna que acontezca entre las abstracciones, por ejemplo, piénsese en fenómenos como la inflación, la deflación y la estanflación. Por otro lado, el capital ficticio reveló justamente la tendencia irrefrenada de reproducción de una riqueza abstracta. La economía se desplazó del ámbito de la producción de bienes y servicios, hacia su faceta financiera. Se volvió un ámbito de cristalización del fetichismo del dinero. Riqueza en simples cifras, números que aumentan y aumenta, en billones sobre billones ficticios y especulativos, hasta acabar explotando en las burbujas.

Así las cosas, pensar un diálogo entre Marx, Husserl y Heidegger implica pensar una crítica de la matematización. La obra del filósofo y economista alemán debe ser leída, a nuestro juicio, en esta clave interpretativa, a saber: como un crítico de la abstracción en la reproducción material de la vida, en tanto en cuanto supone explotación, enajenación, destrucción de la naturaleza y, en último término, un olvido del mundo de la vida.

NOTA

 
1

La cursiva es nuestra.

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