ISEGORÍA. Revista de Filosofía moral y política, N.º 66
enero-junio,  2022, e23
ISSN-L: 1130-2097 | eISSN: 1988-8376
https://doi.org/10.3989/isegoria.2022.66.23

ARTÍCULOS

Latour, Deleuze y Harman hacia una nueva concepción de la teoría del actor red

Latour, Deleuze and Harman towards a new conception of the actor network theory

Eduardo Alberto León

FLACSO-Ecuador

https://orcid.org/0000-0002-0137-6291

Resumen

Este artículo tiene como objetivo, en primer lugar, describir algunas de las principales características de la teoría del actor red de Latour. En segundo lugar, muestra de qué manera la práctica de escribir la naturaleza podría considerarse como un precursor de la teoría del actor red. En tercer lugar, se esboza algunos conceptos deleuzianos y de Harman, que podrían ser útiles para futuras teorías del actor red. Y finalmente, este trabajo sostiene que hacer una teoría del actor red implica una serie de cambios fundamentales en la práctica de los estudios literarios y culturales, así como como en la práctica de las humanidades y las ciencias sociales en general.

Palabras clave:  
Teoría del actor-red; ontología; naturaleza; realidad; inmanencia; ensamblaje.
Abstract

This article aims, first, to describe some of the main features of Latour’s actor network theory. Second, it shows how the practice of writing nature could be seen as a precursor to the actor network theory. Third, some Deleuzian and Harman concepts are outlined, which could be useful for future actor network theories. And finally, this work argues that making an actor network theory implies a series of fundamental changes in the practice of literary and cultural studies, as well as in the practice of the humanities and social sciences in general.

Keywords:  
Actor-network theory; ontology; nature; reality; immanence; assemblage.

Recibido: 15  febrero  2021. Aceptado: 24  enero  2022.

Cómo citar este artículo/Citation: León, Eduardo Alberto (2022) "Latour, Deleuze y Harman hacia una nueva concepción de la teoría del actor red". Isegoría, 66: e23. https://doi.org/10.3989/isegoria.2022.66.23

CONTENIDO

INTRODUCCIÓN

 

Actualmente el terreno conceptual de los constructivismos culturales y lingüísticos se está erosionando lentamente, las teorías basadas en redes están adquiriendo una posición más prominente, es decir, como paradigmas teóricos alternativos para la filosofía, las ciencias sociales, la poética y la política del futuro. No obstante, en el entusiasmo por lo nuevo, uno no debe olvidar que las teorías del actor red tienen una larga historia y que los académicos que centran sus estudios en la teoría del actor red en la actualidad tienen una serie de precursores, incluso si no se autodenominan investigadores de la teoría del actor red. Desde el atomismo epicúreo y la chora o khôra de Platón hasta las celosías curiosamente metaestables de los cristales líquidos, el paisaje del pensamiento está impregnado de conexiones y redes. La teoría del actor red1TAR en español (si bien, en inglés, se utiliza sobre todo el acrónimo actor-network theory ANT) (Larrión, 2019). bien podría ser una de las figuras del pensamiento más fundamentales y conceptualmente poderosas de la actualidad que están ganando vigencia discursiva y operativa. Por lo tanto, es fundamental revisar algunas teorías precursoras que nos podrían ayudar a entender la TAR en una perspectiva tanto histórica como conceptual. Quizás el futuro de la teoría de redes se encuentra tanto en el trabajo de Gilles Deleuze y Michel Serres como en el trabajo de Bruno Latour, Roy Baskhar, Timothy Norton o Graham Harman, cuyo libro Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics (2009Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.) tiene como objetivo introducir el trabajo de Latour en el campo de la filosofía. En este aspecto, se necesitará una arqueología del futuro,2Si podemos utilizar este término para referirnos al proyecto arqueológico de Michel Foucault en nuestro caso orientado a utilizar conceptos y teorías olvidadas que pueden ser importantes a la hora de buscar el origen de ciertos conceptos. ya que ni Latour ni Harman hacen referencia a importantes precursores de la teoría de redes, como Deleuze o Serres, de manera seria. En este sentido, para el propósito de este trabajo, la primera parte de este artículo es de carácter revisionista, su segunda parte está dirigida al futuro. Su objetivo es mostrar que hacer teoría de redes implica una serie de cambios importantes no solo en la práctica de los estudios literarios y culturales, sino además en la práctica de las humanidades y ciencias sociales en general.

Por consiguiente, podemos preguntarnos con respecto a Latour: ¿si el trabajo de Latour va, conceptualmente, más allá de Serres, Harman o Deleuze? Hay tres pasos en mi argumento. En primer lugar, se esboza la teoría del actor-red a la luz y en contra del argumento de Harman en algunos de sus trabajos. En segundo lugar, se propone el termino escribir la naturaleza3«Al norte se ha definido el Nature Writing como una prosa ajena a la ficción y nutrida tanto por información científica y descripciones del mundo natural como por reflexiones personales e incluso autobiográficas, que aspira a vincular emocionalmente al lector con los paisajes y ecosistemas que trata, incidiendo además en la necesidad de su conservación» (Sandoval, 2017). como un precursor de la teoría de redes y argumentaré que es un modo de escritura que permite comprender mejor la teoría de redes. Y, por último, se señala algunos conceptos deleuzianos que podrían ser útiles para futuras teorías de redes.

UNA ONTOLOGÍA ORIENTADA A LOS OBJETOS

 

Hoy en día cuando hacemos referencia a la teoría de redes a menudo la conectamos a la teoría del actor-red de Latour. Desde la publicación de Nunca fuimos modernos (2007Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ), el trabajo de Latour ha sido una importante intervención, primero en el campo de los estudios científicos, luego en la sociología y ahora en las humanidades en general.

Graham Harman, uno de los referentes más prominentes del llamado realismo especulativo,4«El realismo especulativo Una corriente filosófica comprometida con la existencia de una realidad independiente del ser humano (realismo) que puede conocerse a través de un medio especial (especulativo). Las principales escisiones dentro de la corriente han versado precisamente sobre la definición de ese medio a través del cual conocemos la realidad: según Meillassoux, son las matemáticas; según Harman, las artes; según Brassier, las ciencias. Así pues, el realismo especulativo ha roto con el giro lingüístico de la filosofía del siglo XX, que creía que la única forma de conocer la realidad consistía en analizar el lenguaje humano» (Castro, 2017). analiza la “ontología plana de la sociología orientada a objetos” (Latour, 2008, p. 87Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.), de Latour a la luz de lo que él llama “filosofía orientada a los objetos” o, últimamente, “ontología orientada a los objetos” (Harman, 2009, p. 154Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.), a menudo abreviada como OOO. A estas alturas, la OOO, se ha convertido en una complicada red de alianzas académicas y conceptuales. Es importante resaltar el trabajo de Graham Harman, y sus propuestas acerca de la OOO que están de hecho mucho más cerca de la teoría del actor red, como es el caso de Serres y Deleuze, de igual modo que la escritura de la naturaleza, puesto que la obra de Harman sobre Latour permite, en su mayoría, ex negativo, bordear el trabajo de Latour.

La afinidad entre Latour y Harman radica en su interés por los objetos reales y materiales. De hecho, para Harman el valor de teoría del actor red radica principalmente en que tiene en cuenta la diversidad total del mundo y sus objetos tanto antes como más allá del choque de este mundo de objetos en los asuntos y preocupaciones humanas. Como señala Harman, al rastrear las redes de actores humanos y no humanos, Latour es mucho más inclusivo y completo que el posestructuralismo.5«Asista a cualquier conferencia de Bruno Latour y pregúntese sí sus precursores posmodernos podrían decir honestamente algo interesante sobre los mismos temas: Derrida sobre el precio de los albaricoques en París, Foucault sobre muestras de suelo en el Amazonas o Lyotard sobre fallas de frenos en un nuevo prototipo de automovil» (Harman, 2009, p. 65). En su estilo característico, que tiende a combinar lo hábilmente polémico con lo duramente desdeñoso, Harman identifica abiertamente a sus enemigos. Latour es su arma de elección, en términos más filosóficos, la «tediosa lucha entre la materia física objetiva y la fuerza social subjetiva» (Harman, 2009, p. 158Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.). En Latour, esta lucha da paso a un tema más fascinante: los objetos, que Latour generalmente llama actores o actantes (Pozas, 2018Pozas, María (2018): «En busca del actor en la teoría del actor red». In Zabludovsky, G. (Author) y Tonkonoff, S. (Ed.), Pensar lo social: Pluralismo teórico en América Latina. CLACSO, pp. 399-416. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/j.ctvn96fvk.27 [Consultado 24-02-2021].). Latour es útil para el pensamiento orientado a objetos, ya que los actores son, como señala Harman, tanto concretos como reales, es decir, «no existe nada más que los actantes, y todos ellos son absolutamente concretos» (Harman, 2009, p. 16Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.) Desafortunadamente, esto es hasta donde llega la analogía entre Latour y Harman, porque, al mismo tiempo, cada actor es un elemento singular de lugar y de tiempo dentro de una red más grande, igualmente específica del sitio y del tiempo, en cuya dinámica tiene posiciones y agencias específicas del lugar y del tiempo. Como señala Latour, con una referencia velada a Gregory Bateson, «cualquier cosa que modifica con su incidencia un estado de cosas es un actor o, si no tiene figuración aun, un actante» (Latour, 2008, p. 106Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.).

Por consiguiente, podemos ver que Latour es útil para la OOO en el sentido de que devuelve los objetos al enfoque conceptual. Por otro lado, no es un buen aliado de la OOO, puesto que no está interesado en la afirmación ontológica de Harman sobre la existencia de un mundo de “objetos reales” (Harman, 2009 p. 215Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.), un término que Harman usa para diferenciarlos de los objetos intencionales y los que él llama datos sensuales o sensorial tomando la idea de Edmund Husserl,6«“Lo sentido” (Empfunden) indicaría, pues, un concepto de relación que por sí solo nada diría de si lo sentido es sensual (sensuell), siquiera acerca de si es inmanente en el sentido en el que lo sensual lo es. Quedaría abierto en otras palabras, si lo sentido mismo está ya constituido, y quizá de modo muy distinto del de lo sensual. Pero toda esta diferenciación es mejor dejarla al margen. No toda constitución responde al esquema “contenido de aprehensión-aprehensión” (Auffassunginhalt-Auffassung)» (Husserl, 2002, §1, p. 29). que existen independientemente del acceso tanto humano como no humano. Todo el trabajo de Latour es de hecho un argumento sostenido contra los intentos de aislar campos distintos, como la naturaleza, la cultura humana y no humana, pero también la ontología y la epistemología, y, en este contexto, los objetos sensuales y reales (Latour, 2001Latour, Bruno (2001): La Esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Barcelona: Editorial Gedisa. ).

En Nunca fuimos modernos (2007Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ), la abreviatura de Latour para tales intentos es ser moderno. Tanto en espíritu como en interés, el proyecto de Latour es, por tanto, indiscutiblemente opuesto al de Harman. Los actores no son objetos reales; son «los cuasi-objetos cuasi-sujetos -de los que no han podido dar cuenta el dualismo aún dialéctico de la teoría social, la autonomización del lenguaje o del significado ni la deconstrucción de la metafísica occidental-, que han hecho estallar la temporalidad moderna» (Glavich, 1995, p. 210Glavich, E. (1995): Reseña de «Nunca hemos sido modernos. Ensayo de antropología simétrica» de Bruno Latour. En: Redes, 2, 3, abril, pp. 208-212. ), y lo podemos definir como híbridos que pueblan el espacio intermedio de lo que Latour, siguiendo a Serres, conceptualiza como el espacio intermedio de las redes. Latour propone trazar los modos de funcionamiento de un mundo existente, así como la posición de los seres humanos y lo social desde dentro de este espacio fundamental e ineludiblemente híbrido. Su definición de redes muestra que operan en todos estos niveles de realidad simultáneamente como la naturaleza, narradas, como el discurso, y colectivas, como la sociedad.

Harman en uno de sus trabajos titulado The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism (2012Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.), explica que, aunque el realismo especulativo, del cual la OOO es una rama, va más allá del «realismo anticuado, el problema central en juego no es otro que el realismo: ¿existe un mundo real independientemente del acceso humano, o no?» (Harman, 2012, p. 185Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.). No obstante, acabamos de ver que, desde la posición de Latour, la afirmación de Harman de que un mundo objetivo e independiente allá fuera, es decir, fuera de la red, sí existe. Hay redes reales. Para la teoría de redes, sin embargo, la cuestión no es cómo aislar el nivel de las redes reales, sino «desarrollar el espacio híbrido en el que estas redes reales son también, y al mismo tiempo, discursivas y sociales» (Harman, 2015, p. 43Harman, Graham (2015): Hacia el realismo especulativo. Ensayos y conferencias. Buenos Aires: Editorial Caja Negra). Como nivel aislado, el paralelismo de las redes reales es tanto operativa como conceptualmente irrelevante. En términos de si hay un mundo real con objetos existentes en él, Latour estaría feliz de estar de acuerdo en que sí, por supuesto, el mundo está hecho de objetos en el sentido de que hay materia grumosa o diferenciada. Junto con Latour, ni siquiera el constructivista lingüístico más militante, cuando sea presionado, negará la existencia del mundo como un campo de objetos dados. Si bien podría ser filosóficamente difícil de conceptualizar y probar un mundo dado, y aunque muchos de los estudios culturales se habían olvidado de incluirlo en su lógica, para Latour este mundo tiene una clara evidencia (Latour, 2007Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ).

La segunda parte de la pregunta de Harman analiza si este mundo de objetos existe independientemente del acceso directo humano o no humano. De nuevo, desde la perspectiva ontológica de Harman, Latour estaría de acuerdo: «los actores mismos hacen todo, incluso sus propios marcos, sus propias teorías, sus propios contextos, su propia metafísica, hasta sus propias ontologías» (Latour, 2008, p. 212Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.). Para Latour, la verdadera problemática no radica en cómo se responde a las preguntas de Harman, sino en el hecho de que las preguntas en sí mismas son sintomáticas de la lógica moderna que Latour critica. Irónicamente, al apuntar a una clara separación de un mundo de objetos reales y un mundo de sujetos sensuales, la pregunta de Harman es completamente moderna y reabre en lugar de criticar la tediosa lucha entre la materia física objetiva y la fuerza social subjetiva. Incluso mientras lo social se amplía para incluir cosas como los cultivos bacterianos, y aunque se problematiza la noción de materialidad, en Harman la escisión fundamentalmente moderna permanece operativa. Esto se puede ver en la forma en que presenta la autonomía de los objetos reales frente a su relacional, es decir:

… después de todo, los avances más recientes en las humanidades se enorgullecen de haber abandonado la noción de sustancias autónomas obsoletas o sujetos humanos individuales en favor de redes, negociaciones, relaciones, interacciones y fluctuaciones dinámicas. Este ha sido el tema rector de nuestro tiempo (Harman, 2012, p. 187Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.).

Entonces, tenemos una situación muy curiosa en la que la ingeniería inversa que utiliza Harman hacia Latour ocurre dentro de parámetros muy modernos, es decir, los mismos parámetros de los que Latour intenta escapar conceptualmente. Como se señaló, para Harman, la fuerza de la teoría de Latour radica en que ya no trata con los objetos como objetos inevitables dentro de la lengua y la cultura humana, sino como parte de un mundo que está ensamblado por actores humanos y no humanos. Desde muy temprano, Harman se topa con lo que se convertirá en uno de sus malentendidos más fundamentales: su identificación de los actores de Latour, que tienen su origen en la obra de Algirdas Julien Greimas, con su propia noción de objetos, es decir, «el mundo está formado por actores o actantes (que también llamaré “objetos”)» (Harman, 2009, p. 15Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.). Un actor, sin embargo, no es exactamente lo mismo que un objeto, o, en realidad, como una cosa, aunque el propio Latour no siempre es estricto en su terminología.

En la conceptualización de Latour de una nueva terminología que le permite formular una crítica del pensamiento moderno, su introducción del término actor es plenamente operativa. Los actores actúan en conjunto con otros actores con los que deben mantener relaciones. Mientras que los objetos, que pertenecen a la lógica moderna, pueden por ejemplo considerarse inactivos, los actores son por definición activos (Harman, 2015Harman, Graham (2015): Hacia el realismo especulativo. Ensayos y conferencias. Buenos Aires: Editorial Caja Negra). El término actor le permite a uno abrirse y navegar tanto en un espacio conceptual como operativo entre tales dualismos. Es decir, «según Latour, una ‘explicación’ de cómo este mundo se construye mediante la interacción de humanos y no-humanos requiere una disolución de la dicotomía sociedad/naturaleza« (García, 2017, p. 312García, Miguel A. (2017): «Encuentro en el laboratorio: la teoría del actor-red y la escena musical pilagá: Meeting at the laboratory: The actor-network theory and the Pilaga music scene». Indiana, 34, 1, pp. 309-329.).

Como señala Latour frente a la ruptura moderna entre sujetos y objetos, todo sucede en el medio, todo pasa entre los dos, todo ocurre por medio de la mediación, la traducción y las redes, pero este espacio no existe, no tiene lugar, no tiene un «desplazamiento, deriva, invención o mediación: la creación de un lazo que no existía con anterioridad y que en cierta medida modifica a las dos iniciales» (Latour, 2001, p. 214Latour, Bruno (2001): La Esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Barcelona: Editorial Gedisa. ). Es lo impensable, el inconsciente de los modernos. El proyecto de Latour tiene como objetivo trazar o rastrear esta terra incognita y sus habitantes «cuasi-objetos, cuasi-sujetos, proliferan en ella, que se convierte en el terreno de todos los estudios empíricos realizados en las redes» (Latour, 2007, p. 97Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ). De igual manera, el proyecto de Harman, se desarrollan en el marco de los elementos básicos de una red, es decir, las líneas y los nodos donde se encuentran estas líneas; la teoría de redes funciona, en lo que sigue, como un tertium comparationis y como una prueba de fuego para una teoría de redes fuerte. Mientras que en Nunca fuimos modernos (2007) Latour sostiene que las redes son tanto reales como discursivas, en Reensamblar lo social (2008) destaca que en la (TAR) una red es «un concepto, no una cosa que existe allí afuera. Es una herramienta para ayudar a describir algo, no algo que se está describiendo (…) Del mismo modo, una red no es lo que está representado en el texto, sino lo que prepara al texto para tomar la posta de los actores como mediadores» (Latour, 2008, pp. 190-191Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.).

La relación de tal red conceptual con el territorio real de los actores no está dada por ningún tipo de correspondencia directa, sino más bien en que una red conceptual bien construida es la huella dejada por un agente en movimiento (Pozas, 2018Pozas, María (2018): «En busca del actor en la teoría del actor red». In Zabludovsky, G. (Author) y Tonkonoff, S. (Ed.), Pensar lo social: Pluralismo teórico en América Latina. CLACSO, pp. 399-416. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/j.ctvn96fvk.27 [Consultado 24-02-2021].). Este aspecto dinámico es la razón por la que Latour no está completamente satisfecho con el término red «en realidad deberíamos decir «red de trabajo» (work-net) en vez de «red» (network)» (Latour, 2007, p. 143Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ). Para complicar aún más las cosas, estos agentes son en sí mismos sistemas de caja negra, cada uno de los cuales consta a su vez de nodos y conexiones. El nexo cerebro-mente es un buen ejemplo de una red compleja y intrincada de redes en caja negra7«Al descomponer una caja negra, nos encontramos con una serie irreconocible de actantes, cada uno de éstos es un actor red que estaba allí silenciado por el proceso de simplificación» (Correa, 2012, p. 70). en las que los nodos y las relaciones se conceptualizan como categóricamente distintos, pero al mismo tiempo como adicionales. La importancia de Latour, entonces, radica precisamente en su crítica fundamental a una red lógica que aún descansaría en dicotomías absolutas (Latour, 2007Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ). Como señala Latour, el error de los modernos nunca fue mantener una distinción pragmática entre términos, sino conceptualizar esta distinción como absoluta. Los modernos, por ejemplo, «no se equivocaron al buscar humanos y sociedades libres. Se equivocaron solo en su certeza de que esa doble producción requería una distinción absoluta entre los dos términos y la represión continua del trabajo de mediación» (Latour, 2007, p. 150Latour, Bruno (2007): Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica, traducción de Víctor Goldstein, Buenos Aires: Siglo XXI. ).

GILLES DELEUZE Y LA TEORÍA DEL ACTOR RED

 

La noción de complementariedad, que es fundamental en el trabajo de Gilles Deleuze, ayuda a conceptualizar una lógica de red generalizada. En términos de teoría de redes, Deleuze distingue entre series de puntos y series de líneas refundidas como la diferencia entre ser y devenir mientras mantiene la complementariedad inherentemente paradójica de las dos series. Según esta complementariedad, ninguna relación es completamente inmaterial. Incluso en el caso sumamente abstracto e ideal de una red formada por conceptos puros, los conceptos participan del reino extenso porque se actualizan en los seres vivos según los parámetros proporcionados, por la teoría de la “cognición incorporada”. Al mismo tiempo, ningún nodo es completamente real. Como señala Deleuze, de la misma manera en que no existe un objeto puramente virtual, «no hay objeto puramente Actual» (Deleuze y Parnet, 2013, p. 174Deleuze, Gilles y Parnet, Claire (2013): Diálogos. Barcelona: Pre-Textos. ). Todo objeto real participa de relaciones virtuales y viceversa. Si bien pensar que esta complementariedad implica que las dos series están conceptualmente separadas, en realidad no existe un objeto real sin relaciones internas o externas. Para Deleuze, tanto lo actual como lo virtual son completamente reales: el primero tiene existencia concreta, mientras que el segundo no, pero no por eso es menos real. La importancia de esta distinción se puede ver fácilmente al pensar en el estado del ser de una idea: puede que solo exista en nuestra cabeza o en el papel, pero sus efectos son completamente reales y también pueden ser completamente actuales.

Ahora bien, la lógica de Harman describe las redes modernas que constan de distintos reinos de nodos y relaciones. La diferencia de Harman radica en que, en lugar de rastrear la complicación de Latour de esta lógica, se le ocurre un ingenioso juego de manos conceptual para salvar el objeto real de Latour, Harman afirma dos cosas: la primera, es que Latour combina actores en relaciones; la segunda es que esta fusión es la tesis central de Latour «a diferencia de una sustancia, los actantes no son diferentes de sus relaciones. De hecho, la tesis central de Latour es que un actor es su relación» (Harman, 2009, p. 17Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.). Con aún más descaro conceptual, luego afirma que «Latour llega a identificar la realidad con las relaciones» (ibíd., p. 17). Además, afirma que, dado que las relaciones difieren en cualquier momento, Latour siempre será celebrado como el presagio de un «nuevo ocasionalismo» (Harman, 2009, p. 79Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.).

Ambas afirmaciones se basan en un malentendido fundamental de la lógica dentro de la cual operan los actores de Latour. Como se dijo anteriormente, los actores son agentes en caja negra, ensamblajes autónomos, que forman agenciamientos específicos para el lugar y el tiempo o alianzas con otros actores. Es importante resaltar a estos nodos autónomos dentro de una red, es decir, cosas en caso de que estén muertos y cuerpos en caso de que estén vivos. No hay nada en los escritos de Latour que sugiera que el mundo no está lleno de todo tipo de cosas y cuerpos que forman alianzas; y que se relacionan con otras cosas de muchas maneras. Si disolviera a los actores en relaciones, esto significaría quitar la alfombra conceptual de su propia teoría.

Como se señala de manera bastante lacónica, es debido a que las cosas están más allá de las relaciones que tienen vínculos. En cada punto Latour mantiene la diferenciación entre nodos y relaciones. Su pregunta nunca se trata de dudar de la materialidad o la agencia de las cosas y «la irreductibilidad de una singularidad» (Latour, 2001, p. 50Latour, Bruno (2001): La Esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Barcelona: Editorial Gedisa. ) de los cuerpos. La pregunta es cómo definir su sustancia, que es un producto de sus alianzas específicas de tiempo y lugar más que una esencia determinada. Como señala, Latour es una cuestión de subsistencia más que de sustancia o esencia (Latour, 2001Latour, Bruno (2001): La Esperanza de Pandora. Ensayos sobre la realidad de los estudios de la ciencia. Barcelona: Editorial Gedisa. ). En este cambio de sustancia a subsistencia, Latour puede confiar en las ciencias duras, que, durante bastante tiempo, han trabajado con tales definiciones de sustancia. Dejando a un lado esta potencial controversia, Latour es bastante claro sobre la evidencia de cosas materiales y cuerpos en su mundo. Es decir, el funcionamiento de estas entidades se define tanto por sus alianzas internas como externas y, efectivamente, por su relación con otras entidades que dan como resultado estas relaciones que incluso son reducibles a ellas.

Uno podría seguir enumerando las discrepancias fundamentales entre Harman y Latour y rastrear más errores de lectura de Harman. Sin embargo, como la ontología de Harman ofrece una teoría de redes muy débil, no me preocuparé por preguntar si existen redes reales o patrones reales. Más bien, abordaré una cuestión especulativa menos epistemológicamente, aunque nunca la teoría del actor red, está implícita en su funcionamiento, es decir: ¿cómo sería una red real en el sentido de la red dada que pueda estructurarse para que el trabajo de la teoría del actor red sea posible y exitosa? ¿Qué tipo de mundo habría que asumir, en lugar de probar, para hacer de la teoría de redes un esfuerzo valioso que pueda replantear la posición de los estudios culturales en el estado de cosas en general? Para abordar estas preguntas, una vez más es útil volver a visitar los trabajos de Deleuze. La idea de que cada cosa y cada persona en el mundo es un actor / actante dentro de una red formada por redes que es desarrollada en l la década de 1970 por el maquinismo generalizado que Deleuze y Guattari desarrollan en los dos volúmenes de Capitalismo y esquizofrenia, El anti-Edipo (1985Deleuze Gilles y Guattari, Felix (1985): El anti-Edipo. Barcelona: Paidos.) y Mil mesetas (2002Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2002): Mil mesetas. Barcelona: Pre-Textos.). En este mecanismo, la complementariedad entre nodos y relaciones se aborda en correlación con la noción de multiplicidad. Como señala Deleuze de manera bastante programática, la filosofía «es la teoría de las multiplicidades. Cada multiplicidad implica elementos actuales y elementos virtuales. No hay objeto puramente Actual. Todo actual participa en una bruma de imágenes virtuales» (Deleuze y Parnet, 2013, p. 174Deleuze, Gilles y Parnet, Claire (2013): Diálogos. Barcelona: Pre-Textos. ). Lo virtual en Deleuze es lo que libera la interpenetración del pasado y el futuro en el presente de la experiencia. En este sentido, Deleuze critica la suposición de que los eventos reales surgen secuencialmente (León, 2011León, E. A. L. (2011): «Gilles Deleuze y el psicoanálisis». A Parte Rei: revista de filosofía (75), 7. http://serbal.pntic.mec.es/AParteRei/leon75.pdf , 2019León, E. A. L. (2019): Gilles Deleuze y el afecto a propósito del cine. Tesis de maestría, Flacso Ecuador.).

Tanto para Deleuze como para la teoría de redes, la noción de multiplicidad es un punto de presión importante, puesto que se refiere al poder de una red específica. Demos un ejemplo: en el juego de dibujar por números, las relaciones y los nodos están predefinidos y dados. Este es el tipo de red más trivial, ya que el resultado de su rastreo siempre conducirá a la misma figura. Con redes tan triviales, la teoría del actor red sería superflua, es decir, se puede hacer que este juego no sea trivial y, por lo tanto, más interesante omitiendo los números. En este caso, las relaciones deben ser creadas por el observador, lo que significa que el resultado del rastreo no está predeterminado y, por lo tanto, está abierto. En el caso de los nodos en una hoja de papel, las relaciones se pueden inventar libremente; sin embargo, dentro de las limitaciones espaciales proporcionadas por la topología del papel. En una red no trivial del mundo real, las relaciones reales deben extraerse del conjunto de actores. Las historias que Latour cuenta en sus primeros trabajos son precisamente sobre las aventuras de tales extracciones o esquemas.

El científico observa, mide y describe operaciones inicialmente desconcertantes dentro y fuera del mundo. Gran parte de la belleza de estos relatos radica en el cuidadoso seguimiento de Latour a los complicados procesos de extracción (García, 2017García, Miguel A. (2017): «Encuentro en el laboratorio: la teoría del actor-red y la escena musical pilagá: Meeting at the laboratory: The actor-network theory and the Pilaga music scene». Indiana, 34, 1, pp. 309-329.). En términos de observación, por ejemplo, una dificultad es que muchos actantes que operan dentro del campo respectivo son inicialmente imperceptibles para los sentidos humanos. Para comprender las operaciones de un paisaje de trenes de juguete, es necesario mirar la parte inferior invisible de la mesa, que es donde las relaciones de cuyo funcionamiento se ve al observar la superficie, se actualizan por y dentro del circuito material que solo es visible en la superficie del otro lado de la mesa. De la misma manera, para comprender una ciudad como Londres, es necesario mirar su subterráneo; el espacio no visible donde se actualizan las relaciones de superficie.

En el año 2005, Latour introduce el término plasma8El Plasma denota esa parte del mundo dinámico de los actores que aún no está diferenciada y, como tal, aún no existe como objeto o actor sensual o cognitivo. En otras palabras, es epistemológica más que ontológicamente sin forma. Si uno pudiera acercarse perceptiva y cognitivamente al plasma, encontraría que está formado por muchos actores singulares. Aunque parece continuo, se compone de puntos y relaciones. Sin embargo, mientras uno no se haya acercado a él, es epistemológicamente prudente imaginarlo como «suave» en lugar de estar compuesto por actores. en su red de trabajo conceptual. Una forma de leer el plasma es que denota el exceso de la complejidad de una red real en relación con los trazados realizados por cualquier práctica de la teoría del actor red específica. El plasma se compone de actantes como «aquello a lo que aún no se ha dado formato, que no ha sido medido, socializado, incorporado a cadenas metrológicas y que aún no se ha cubierto, inspeccionado, movilizado o subjetivado» (Latour, 2008, p. 341Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.).

Como trasfondo de cualquier práctica de la teoría del actor red, denota una reserva de actantes reales que pueden «adquirir diferentes figuraciones, una de ellas (antropomórfica o no) puede convertirlo en un actor-red» (García, 2017, p. 312García, Miguel A. (2017): «Encuentro en el laboratorio: la teoría del actor-red y la escena musical pilagá: Meeting at the laboratory: The actor-network theory and the Pilaga music scene». Indiana, 34, 1, pp. 309-329.). Las agencias de estos actantes aún no se han percibido claramente y aún no se han convertido en parte de una red sensorial y cognitiva a pesar de que la impulsan. Como siempre habrá plasma, de modo que un exceso de complejidad real cognitiva, nunca puede haber un resultado final tanto en la teoría como en la práctica de la teoría de redes. Plasma, entonces, es el nombre que Latour da a todos los actantes no percibidos y, por lo tanto, no integrados que aún no forman parte de una red sensual o cognitiva; cosas que son simplemente desconocidas. Todavía no son actores. Sin embargo, al igual que los actores, los actantes actúan y tienen relaciones. El Plasma, se podría decir, es el inconsciente a la teoría del actor red.

Es necesario reconocer que, dado que ninguna red sensorial o cognitiva puede ser infinitamente compleja y que no hay una percepción infinitamente fina, ninguna red construida por un ser sensible que se ocupa del mundo real podrá incluir todos los elementos-actores que operan en ese mundo real. Es imposible actualizar todos los nodos y relaciones porque todo sistema, como sistema, debe reducir una complejidad infinita a una complejidad finita. Si bien un trazado ideal de una red tendría en cuenta todos los actantes plasmáticos infinitamente sutiles, en el mundo real esto debe seguir siendo un ideal. Algunas influencias sutiles siempre permanecerán fuera de la red cognitiva, ya sean estas redes científicas o sociales: «no es posible lograr una comprensión de lo social si no se atiende otra gama de fenómenos estandarizados (…) Llamo a este trasfondo plasma, es decir, aquello a lo que aún no se ha dado formato, que no ha sido medido, socializado, incorporado a cadenas metrológicas y que aún no se ha cubierto, inspeccionado, movilizado o subjetivado» (Latour, 2008, p. 341Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.).

Lo que Latour propone, por lo tanto, es que cualquier red social es un subconjunto de una red real mucho más grande que llamamos mundo. Para Latour, el plasma no solo denota el exterior de lo social o lo científico, para el caso, sino también su exterior interior. De la misma manera en que Freud vio el inconsciente como un país extranjero interior, Latour piensa en el plasma como el exterior y simultáneamente interior de una red. No solo se encuentra fuera de cualquier red considerada, sino también como una reserva «en la dirección de los movimientos de ida y vuelta, así como en la naturaleza, como veremos, de lo que es transportado: información, rastros, bienes, planes, formatos, plantillas, vínculos y así sucesivamente» (Latour, 2008, p. 291Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.).

Con la idea de plasma, Latour conceptualiza un mundo infinitamente complejo frente a la imposibilidad de una percepción y cognición infinitamente fina. En términos de la lógica de las redes, esto significa que conceptualiza el tipo de red más poderoso, una red que consiste en una multiplicidad infinita de líneas y puntos en constante cambio; un espacio en el que las líneas se contraen continuamente en puntos y los puntos se alargan en líneas. Deleuze ha llamado a esta red dinámica un diagrama o un rizoma. Con su noción de plasma, Latour implica que la teoría del actor red necesita una red tan infinitamente múltiple y no trivial como base.

Las redes infinitamente densas, que significarían que no hay más plasma, deberían imaginarse con una extensión infinita, una recursividad perene y una conectividad perpetua. En otras palabras, todo lo que existe, cada entidad, es parte de la red. Latour había considerado llamar rizomática a su teoría porque los modelos de rizoma de Deleuze y Guattari son precisamente una red de ese tipo. Como señala Deleuze y Guattari sobre su arquitectura, «cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo» (Deleuze y Guattari, 2002, p. 13Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2002): Mil mesetas. Barcelona: Pre-Textos.). Es en este contexto que todo está conectado con lo demás. En su texto sobre el rizoma, Deleuze y Guattari señalan que América es un medio particularmente interconectado: «La literatura americana, y anteriormente la inglesa, han puesto aún más de manifiesto ese sentido rizomático, han sabido moverse entre las cosas, instaurar una lógica del Y, derribar la ontología, destituir el fundamento, anular fin y comienzo. Han sabido hacer una pragmática» (Deleuze y Guattari, 2002, p. 29Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2002): Mil mesetas. Barcelona: Pre-Textos.). El trasfondo filosófico de esta declaración es de hecho el pragmatismo que impregna la historia y la cultura estadounidense. Su desinterés tanto conceptual como concreto por la estabilidad, los orígenes, la ontología y la metafísica hace que Estados Unidos sea eminentemente rizomático y, por tanto, inminentemente latouriano, de hecho, el pragmatismo tiene que ver con las circunstancias. La pragmática y la inmanencia estadounidenses se oponen a la trascendencia, que es una enfermedad específicamente europea. En su celebración de una multiplicidad estadounidense, Deleuze pinta una imagen del mundo que debe sorprender a todo latouriano como un déjà vu: «Todos los individuos están en la Naturaleza como en un plano de consistencia del que forman la figura completa, variable en cada momento. Y se afectan unos a otros, puesto que la relación que constituye cada uno supone un grado de fuerza, un poder de ser afectado» (Deleuze y Parnet, 2013, p. 69Deleuze, Gilles y Parnet, Claire (2013): Diálogos. Barcelona: Pre-Textos. ).

La nueva ciencia que concibe Deleuze es profundamente latouriana, es decir, la ciencia se está volviendo cada vez más centrada en los acontecimientos en lugar de lo estructural. Sigue líneas y circuitos, da saltos, en lugar de construir axiomas. La ciencia, dice Deleuze, «se parecerá más a la hierba, estará en el medio, entre unas cosas y otra» (Deleuze y Parnet, 2013, p. 78Deleuze, Gilles y Parnet, Claire (2013): Diálogos. Barcelona: Pre-Textos. ). Definiciones como la de agenciamiento como «multiplicidades de elementos heterogéneos, históricamente determinables» (Deleuze y Guattari, 2002, p. 14Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2002): Mil mesetas. Barcelona: Pre-Textos.), y que establece enlaces, relaciones entre ellos, podríamos decir que es una prefigura en la teoría del actor red. Lo importante nunca son las filiaciones, sino las alianzas, las aleaciones, ya que todo se configura en una ecología extraña. Quizás no haya una definición de subsistencia más corta que la de Deleuze en su definición del rizoma: «Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas, in- ter-ser, intermezzo. El árbol es filiación, pero el rizoma tiene como tejido la con- junción “y... y... y...”» (Deleuze y Guattari, 2002, p. 29Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2002): Mil mesetas. Barcelona: Pre-Textos.). La fuerza conceptual de la teoría del actor red radica precisamente en que postula, como Deleuze, una multiplicidad infinita de nodos y relaciones siempre cambiantes y así establece una conectividad o multiplicidad infinita como su base conceptual, mientras que su fuerza pragmática radica en cuántos de estos puede capturar o actualizar en sus redes cognitivas inevitablemente finitas, específicas del lugar y del tiempo. En otras palabras, es precisamente porque todo ya está conectado por lo que la traducción es un tema tan urgente. Todo está vinculado provisionalmente y nunca permanecerá vinculado de una manera específica.

HARMAN Y LA TEORÍA DEL ACTOR RED

 

Habiéndome dirigido a Latour y Deleuze, vuelvo una vez más a Harman para mostrar cómo y por qué la OOO es perjudicial para la teoría de redes. A diferencia de Latour, que está obsesionado con la precisión, Harman tiene una actitud muy arrogante hacia las pequeñas diferencias. Una de las intervenciones más importantes de la teoría del actor red es que pide a la filosofía, el arte y la ciencia volverse sensibles (Harman, 2007Harman, Graham (2007): «On Vicarious Causation». Collapse: Speculative Realism, 2, pp. 171-205. ); para agudizar sus sentidos a lo que Harman considera diferencias triviales, porque conceptualmente estas discrepancias marcan una diferencia, aunque sea en un nivel infinitamente diminuto. Si bien los observadores nunca podrán actualizar todos los actantes y aunque algunos actores pueden ser insignificantes en la operación y rastreo de ciertas redes, no deben dejar de preocuparse por rastrear las minucias de redes específicas.

La diferencia fundamental con respecto a las divergencias que existen entre Harman y la teoría del actor-red se puede dilucidar por medio de los estudios literarios orientados a objetos imaginados por Harman, que se basa en un desafortunado mapeo de parámetros filosóficos sobre literatura:

… aunque es posible que ya existan muchos de los métodos literarios recomendados por la crítica orientada a objetos, aquí me gustaría proponer uno que probablemente nunca haya sido probado en una escala tan amplia como yo recomendaría. Es decir, el crítico podría tratar de mostrar cómo cada El texto resiste el holismo interno al intentar varias modificaciones de estos textos y ver qué sucede (Harman, 2012, pp. 201-202Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.).

Si bien en cualquier tipo de texto cada palabra está conectada con cualquier otra palabra, una pequeña diferencia, como un signo de puntuación que falta en una edición específica de Cien años de soledad (2017), a menudo no cambiará el conjunto de manera significativa. Dos personas que hayan leído Cien años de soledad en ediciones en las que parte de la puntuación sea diferente, seguirán teniendo una imagen mental similar del texto. Desde el punto de vista pragmático, esto es cierto para la mayoría, aunque de ninguna manera para todos, los cambios pequeños. Conceptualmente, a pesar de, decir que los pequeños cambios finalmente no importan significa negar la singularidad no solo del objeto de arte, sino de los objetos en general. Mantener que podemos «añadir grafías alternativas o incluso errores ortográficos a palabras dispersas al principio del texto, sin cambiar la sensación del clímax» (Harman, 2012, p. 202Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.), niega tanto la singularidad del objeto como la singularidad de un sentimiento sensual y, por ende, tanto la multiplicidad como la singularidad.

Aunque esto tal vez no sea lo que Harman quiere, es decir, trazar la diferenciación filosófica entre las cualidades esenciales y no esenciales de los objetos en la literatura. Si se pueden separar estos dos para llegar al objeto real por medio de la purificación, entonces también se puede llegar al Cien años de soledad esencial que se encuentra bajo sus variantes. Cambiar partes del texto es la prueba de estrés de este procedimiento: aislar las cualidades esenciales de Cien años de soledad deshaciéndose de las no esenciales.

La ontología de Harman no le permite preocuparse por cómo la percepción y la discriminación afinadas pueden llegar a ser, porque cambiar solo esas cualidades accidentales que componen el ruido oscuro que rodea al objeto elementos como palabras o puntuación no cambian el objeto esencial. En última instancia, lo que Harman tiene que pagar por la existencia de objetos reales, es mantener que dos textos diferentes son el mismo objeto real. Esto es mucho más radical que afirmar que un objeto se ve diferente desde un número infinito de perspectivas diferentes. Sin embargo, que Harman sostenga que es posible cambiar un texto sin cambiar sus cualidades reales, es como decir que uno puede cambiar los significantes de un texto sin cambiar su significado. De hecho, Harman modela la autonomía e integridad de una obra de arte sobre la autonomía e integridad de objetos reales como una roca: «La roca tiene propiedades que no se encuentran en sus diminutos componentes internos, y también tiene propiedades de roca que sus usos no agotan (…) nunca se despliega exhaustivamente en su uso actual o en todos los usos posibles» (Harman, 2012, p. 200Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.).

Mientras que los estudios literarios de Harman intentarán incesantemente purificar los textos para alcanzar su esencia o sustancia real, los estudios literarios en red trazan sus protocolos y sus relaciones con otros textos y con el mundo para hacer emerger un texto crítico dentro de estos protocolos y relaciones. Y si el primer enfoque suena extremadamente anticuado, es porque está extremadamente anticuado. En su obsesión por la purificación, observaba Latour, los estudios literarios eminentemente modernos de Harman y su ontología se desvían del trabajo verdaderamente interesante: rastrear, con toda precisión posible, las propiedades de redes específicas, como un poema o una roca. Hay dos niveles en los que la OOO que implica cualquier forma de teoría de redes. El primero se refiere a la cuestión de si la teoría de redes debe preocuparse conceptualmente por la noción de objetos reales. En otras palabras, ¿ofrece la ontología orientada a los objetos un desafío conceptual a la teoría de redes? Especialmente a la luz del cambio de Latour de “cuestiones de hecho” (Latour, 2008Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.) a “asuntos de interés” (Harman, 2009Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.), este no parece ser el caso. La teoría de redes no necesita de la OOO. El segundo se refiere a la cuestión no de si la OOO es útil desde el punto de vista operativo para la teoría de redes, sino de si de hecho la perjudica.

Ahora bien, podemos describir esta oposición yuxtaponiendo dos listas. El primero proviene de Gregory Bateson, el segundo de Harman, quien, irónicamente, ha tomado el hábito de cotizar de Latour. Al mismo tiempo de Deleuze y Serres, Bateson, que hace la ecología como teoría de redes y viceversa, es otro pensador de la teoría del actor-red importante cuyo trabajo sería útil volver a visitar. Mucho antes de Latour, Bateson conceptualizó redes compuestas por actores humanos y no humanos. Como señala en Espíritu y naturaleza: una unidad necesaria (1990), «en el pronombre nosotros, por supuesto, incluí la estrella de mar y el bosque de secuoyas, el huevo segmentado y el Senado de los Estados Unidos» (Bateson, 1990, p. 4Bateson, Gregory (1990): Espíritu y naturaleza: una unidad necesaria. Barcelona: Amorrortu.). A primera vista, esta lista parece tan aleatoria como la famosa lista que Foucault cita de Jorge Luis Borges en el prefacio de Las palabras y las cosas (2002Foucault, Michel (2002): Las palabras y las cosas. Buenos Aires: Siglo XXI). Si bien parece evocar meramente la diversidad infinita de la red ecológica general, también resalta las relaciones a menudo débiles, más o menos estrechas dentro de un entorno complejo, invariablemente específico del lugar y del tiempo, lleno de asuntos de interés, como la muerte ecológica de la laguna de Yahuarcocha9Lago de Sangre, que se deriva de las raíces quichuas Yaguar=sangre y Cocha=lago. en Ecuador, que está relacionada con la política, las decisiones legales y el efecto de esa muerte en actores humanos y no humanos.

Decide que quiere deshacerse de los subproductos de la vida humana y que (…) el sistema eco-mental llamado lago (…) es parte de tu sistema eco-mental más amplio, y que, si el lago (…) se vuelve loco, su locura se incorpora al sistema más amplio de tu pensamiento y experiencia (Bateson, 1987, p. 7Bateson, Gregory (1987): Steps to an Ecology of Mind: Collected Essays in Anthropology, Psychiatry, Evolution, and Epistemology. Northvale, NJ: Aronson.).

En este sentido, Bateson no solo proporciona una noción de comunidad de cosas, de asuntos de interés y de actores no humanos. Mucho antes que Latour, traza un conjunto de actores humanos y no humanos dentro de una red dinámica más grande. De hecho, está haciendo lo que hace Latour antes que Latour. Aunque Latour, al igual que Bateson, cree firmemente que todo está conectado, esto lleva a una profunda preocupación por la especificidad y singularidad de las relaciones dentro de un lugar dado, específico de lugar y tiempo. Es por esto que no hay solo una pluralidad de descripciones posibles, sino descripciones más o menos adecuadas. El hecho de que todo esté conectado no conduce a un enfoque de todo vale. Más bien, conduce a descripciones cada vez más precisas.

Pasemos de Harman a los aportes que son más útiles para la teoría de redes, como la ecología, que tiene una afinidad electiva con la teoría de redes, porque trata con el mundo como la red más completa que existe. La ecología es muy consciente de que, para las redes compuestas por organismos vivos, no solo se necesita una ontología plana, sino también una teoría de agenciamientos y des-agenciamientos. En términos deleuzianos, se necesita una teoría de la desterritorialización y la reterritorialización. La dinámica no lineal, que es la ciencia principal detrás de Michel Serres, ha proporcionado una terminología útil dentro de la cual negociar estos procesos. Según Latour, es importante comenzar por el medio, porque de lo contrario crearás esencias. Además, es necesario trabajar de forma transdisciplinar porque a los actores no les importan los límites académicos. Necesita abrir su teoría a toda la complejidad de los asuntos que le preocupan. Nuevamente, en términos deleuzianos, es necesario incluir lo pre y no filosófico en lo filosófico de la misma manera en que, en Serres, es necesario incluir lo prehistórico y lo no histórico en la historia.

ESCRIBIR LA NATURALEZA

 

¿Cuáles serían las implicaciones operativas de la teoría de redes para la práctica de los estudios literarios, culturales y de las humanidades en general? La primera es que, en oposición a la creencia de Harman, no hay posición fuera de la red. En términos de ciencia, no existe un laboratorio cerrado. Lo que me lleva a mi afirmación de que quizás podamos pensar en la escritura de la naturaleza como una mejor teoría de redes para la teoría del actor red (Silva, 2011Silva Ríos, C. (2011): «La ANT tal como yo la imagino. Breve ensayo sobre el cosmos semafórico». Athenea Digital. Revista de Pensamiento e Investigación Social, 11 (1), pp. 203-215, doi: https://doi.org/10.5565/rev/athenead/v11n1.822 ). Lo que quiero decir con esto es que la escritura sobre la naturaleza ha proporcionado algunos de los esquemas de redes más fascinantes y elegantes que conozco. Es un modo y un método de escritura en el que la teoría de redes está casi completamente “naturalizada” en el sentido de que impregna la escritura hasta tal punto que ya no necesita ser explicada por el texto. Está totalmente implícito en él. De hecho, para aprender a hacer la teoría de redes con gracia, recomendaría leer la escritura de la naturaleza, cuya poética es literalmente una poética de redes, antes de leer a Latour.

Indudablemente, la naturaleza no es natural. Es una máquina intrincada e infinitamente compleja. Lo que llamamos naturaleza es un complicado ensamblaje de actores y culturas humanas y no humanas. La naturaleza tiene hábitos muy específicos del lugar, que tendemos a abstraer en leyes (Farías, 2011Farías, I. (2011): «Ensamblajes urbanos: la TAR y el examen de la ciudad». Athenea Digital. Revista de Pensamiento e Investigación Social, 11 (1), pp. 15-40, doi: https://doi.org/10.5565/rev/athenead/v11n1.826 ). Evidentemente, estos hábitos solo pueden reconocerse como patrones mediante una observación intensa y prolongada, lo que implica una inmersión en el paisaje en el que el vivir se realiza. Ciertamente, el pensamiento virtual emerge en complementariedad con la totalidad de lo dado. De hecho, en el campo de los seres vivos, la función del pensamiento es crear una resonancia entre los dos. Indiscutiblemente, tanto los lenguajes humanos como los no humanos son el resultado de la coevolución y, sin duda, la evolución humana está ligada a la evolución de agentes no humanos. El significado se construye dentro del ser vivo único y, por lo tanto, el conocimiento nunca puede aspirar a la objetividad. Todas estas son lecciones que implican que la naturaleza es lo que Gilles Deleuze llamaría el plano de inmanencia.

Hacer teoría de redes implica escribir in medias res y hacer un extenso trabajo de campo (Latour, 2008Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.). Escribir la naturaleza no tiene lugar solo en el campo si se quiere decir con eso el entorno natural o, en un sentido extendido, el lugar donde los actores operan, observan y son rastreados. Lo importante es darse cuenta de que todos los lugares donde ocurren la producción y revisión textual, tanto en el campo de la ciencia como de la literatura, pertenecen a la red general que se está investigando. El único peligro siempre presente reside en creer que los dos pueden separarse categóricamente. Por lo tanto, trazar una red no es producir un mapa desde una posición fuera del campo. Es algo mucho más concreto y específico. La ciencia, sostienen Latour, es, en todos sus aspectos, parte del campo. Desde su modo de recopilar datos hasta la política de financiación, la ciencia es inmanente a las redes determinadas del mundo. Para crear conocimiento viable, debe considerarse a sí mismo como intrincado en el campo.

Operar en el campo o en la red implica, por tanto, dejar que el escritorio o el laboratorio resuenen con el campo y así verlo como parte del entorno natural. Muchos datos científicos se recopilan fuera del campo de observación, como volar un avión sobre un paisaje. Una ciencia que está aislada del paisaje y su medio solo permite que surja un conocimiento abstracto en lugar de concreto y, por lo tanto, viable. Nuevamente, esto es precisamente lo que Latour señala acerca de que los actores son completamente concretos, es decir, «alejarse del contexto y volver a los sitios de la practica local» (Latour, 2008, p. 241Latour, Bruno (2008): Reensamblar lo social: una introducci6n a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial.) De hecho, para recopilar conocimiento viable sobre los seres vivos, así como sobre un texto literario, una roca o la historia, no es necesario imaginar cómo este terreno y sus redes podrían ser diferentes sin convertirse en otra cosa, como lo indica Harman, sino para considerarse a uno mismo y al trabajo de uno como inmersos en el terreno concreto de sus redes concretas. El peligro radica en generalizaciones y abstracciones indebidas. En términos de Deleuze y Guattari, es necesario llegar a lo ahistórico (Deleuze y Guattari, 2013Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2013): ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama.); en términos de Latour, es necesario trazar asociaciones concretas con cuidado y precisión. Como señala Latour, un buen relato rastrea una red. Sintomáticamente, es en este contexto que el propio Latour utiliza el término ecología. La teoría de redes no produce visiones generales abstractas, produce un reconocimiento que es independiente de «cualquier dimensión suplementaria» (Deleuze y Guattari, 2013, p. 190Deleuze Gilles y Guattari, Felix (2013): ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama.).

Una lección aprendida de la física cuántica es que una parte necesaria de la recopilación de datos es monitorear y tener en cuenta en la observación la propia presencia material y conceptual dentro del terreno, lo que hace que la observación y la recopilación de datos sean invariablemente autobiográficas. Además, es necesario trabajar en diferentes mesetas narrativas y conceptuales; un término que Deleuze y Guattari toman de Bateson. En consecuencia, al rastrear una red, Latour propone utilizar al menos cuatro cuadernos simultáneos.10Los cuadernos están relacionados con el trabajo de campo, en la recolección de datos para realizar una investigación. El medio y el proceso de la composición textual en sí se vuelven centrales. El conocimiento, por tanto, debe resultar de una inmersión en el medio o en el campo, por lo que para recuperar el conocimiento se necesita participar del mundo natural, no tenerlo ante mí como objeto de indagación. Uno necesita escuchar incluso a los guardianes de vidas no humanas, sino a las vidas mismas, a las expresiones de vidas no humanas en sus escritos y expresiones materiales e inmateriales.

CONCLUSIÓN

 

Para terminar, creo que hay al menos tres niveles en los que las nuevas teorías de redes, incluida la teoría del actor red, no pueden compararse con las anteriores. El primero se refiere a la conceptualización de una topología de red fuerte, el segundo se refiere a la conceptualización de la multiplicidad y el tercero se refiere a la conceptualización de una inmanencia en la red. Volvamos a la pregunta básica, que aún no tiene respuesta: ¿están todas las cosas conectadas en el fondo de una autoidentidad y autonomía especuladas?, ¿existe, en el fondo y más allá de sus conexiones y relaciones con el medioambiente, una laguna de Yahuarcocha idéntica a sí mismo? En lugar de intentar responder a esta pregunta, permítanme delinear dos formas de plantearlo y dos topologías en las que proponer. Si uno cambia de un nivel de argumento al nivel de la topología dentro del cual se piensa este argumento, la verdadera fuerza de las teorías de Deleuze y Latour son el desarrollo de una nueva lógica plana, mientras que Harman, a pesar de su defensa de una ontología plana, queda completamente atrapada en una topología que diferencia categóricamente entre superficie y profundidad.

Esta topología se vuelve muy clara en la repetida afirmación de Harman de que el espacio de los objetos reales es la profundidad del mundo no percibido. Mientras que «Latour no tiene interés en el patetismo de la profundidad» (Harman, 2009, p. 100Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.) y de hecho propone hacer de la planitud la posición predeterminada de observación, Harman sí lo hace. Los objetos tienen una realidad subterránea que se encuentra más profunda que las interacciones de la cosa. Tienen «realidades genuinas más profundas que cualquiera de las relaciones en las que podrían verse envueltos» (Harman, 2012, p. 196Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.). Viven en oscuros submundos cavernosos, privados de vínculos causales. Invariablemente, Harman piensa desde adentro la diferencia entre las relaciones sensuales superficiales y la profundidad de los objetos reales. Las cosas tienen »una realidad auto-identificada resguardada en profundidades cósmicas bajo toda relación« (Harman, 2012, p. 196Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.). Su realidad se encuentra en abismos atronadores. Esta retirada a la profundidad se mantiene en todos los ámbitos de la ontología plana de Harman: «Las entidades parpadean vagamente desde el fondo del océano: incapaces de hacer contacto, pero de alguna manera logran hacerlo de todos modos» (Harman, 2012, p. 193Harman, Graham (2012): «The Well-Wrought Broken Hammer: Object-Oriented Literary Criticism» New Literary History, 43, pp. 183-203.). Como indica el término erupción, «la forma autónoma y discreta se encuentra solo en las profundidades, mientras que el poder y la interacción dramáticos flotan a lo largo de la superficie» (Harman, 2015, p. 83Harman, Graham (2015): Hacia el realismo especulativo. Ensayos y conferencias. Buenos Aires: Editorial Caja Negra).

En contra de esta topología moderna, Deleuze, Latour y la escritura de la naturaleza han desarrollado un espacio plano de pensamiento. En Deleuze, por ejemplo, la lógica de la relación entre objetos virtuales11En Lógica del sentido, Deleuze argumenta que lo virtual y lo real corresponden a sus propios órdenes causales respectivos; sugiere que hay un orden de causas reales y un orden de “cuasi-causa [s] virtuales” (Deleuze, 2005, p. 77). Sin embargo, ninguno de los dos órdenes de realidad real y virtual, cuerpo y sentido contiene relaciones de Causa eficiente. «En otras palabras, Deleuze no rechaza la noción de causalidad ni la reemplaza por una de asociación; más bien, rechaza la idea de causalidad eficiente entre entidades discretas y desarrolla una nueva lógica de causalidad que lo ve como un sistema mucho más complejo de síntesis y correspondencias. Lo real se produce como un presente vivo eterno caracterizado como una serie de síntesis pasivas; es decir, contracciones de partes extensas en cuerpos caracterizados por grados intensivos: los grados de poder que subsisten en las relaciones entre los cuerpos» (León, 2019, p. 68). y reales se extiende sobre la topología de un plano proyectivo, que es un concepto matemático que define un espacio en el que se encuentran objetos virtuales y reales, así como objetos extensivos e intensivos posicionándose en el mismo lado de una superficie que tiene solo un lado globalmente, aunque también es local, la diferencia entre el interior y el exterior sigue siendo operativa. En el plano fractal de inmanencia propuesto por Deleuze, toda noción de profundidad tridimensional es una profundidad dentro de una superficie bidimensional en la que, a nivel local, los opuestos se mantienen como opuestos, mientras que, a nivel global, los opuestos se mezclan entre sí en el punto en el infinito del plano.

El segundo punto se refiere a la noción de multiplicidad. Aunque Harman reconoce que todos los objetos están compuestos por «subcomponentes enjambres» (Harman, 2009, p. 135Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.), niega que los objetos sean a su vez subcomponentes de objetos más grandes. Asumiría que se ve forzado a esta convulsión conceptual porque admitirlo conduciría al concepto de un objeto más grande, un objeto infinitamente grande, y por lo tanto a un monismo que se parece mucho al monismo de Deleuze. Con respecto a la escritura de la naturaleza Deleuze y Latour no tienen ningún problema en argumentar que los objetos consisten en otros objetos desde lo infinitamente pequeño hasta lo infinitamente grande. En el campo de los vivos, los modos de sentir tanto humanos como no humanos se definen por esa lógica de ensamblaje. Cada ser vivo está ensamblado a partir de una multiplicidad de seres o elementos más pequeños y es parte de agenciamientos más grandes, el más complejo de los cuales llamamos el universo. Sin embargo, la verdadera radicalidad de Deleuze no radica en la conceptualización de los objetos materiales como agregados. De hecho, esto se ha convertido en un lugar científico común. Una conceptualización mucho más radical consiste en pensar en los pensamientos virtuales como conjuntos igualmente complicados de pensamientos más pequeños, más elementales y, en última instancia, no humanos. Después del desarrollo de un espacio plano de pensamiento, esta es la segunda fortaleza de la teoría de redes de Deleuze. Con esta presunción, Deleuze va más allá que Latour en el sentido de que es aquí donde el antropomorfismo, que tanto Latour como Harman lamentan y acusan al posmodernismo de defender, es realmente desafiado. Si el mundo material está formado por una infinidad de elementos materiales imperceptibles e impensablemente pequeños que, cuando se miran desde un umbral perceptivo específico, parecen objetos sólidos y coherentes, el mundo del pensamiento está, igualmente, formado por una infinidad de cosas impensables pensamientos pequeños e inconscientes que forman conjuntos que, una vez que han cruzado un umbral específico, se ven y se sienten como percepciones y pensamientos individuales, conscientes y sólidos. No conozco ninguna teoría de redes reciente que haya conceptualizado algo tan radical como la complementariedad de estas dos teorías de agenciamiento; una teoría que piensa la vida como dos ensamblajes complementarios de diminutos cuerpos elementales (lo real) y pequeños pensamientos elementales (lo virtual).12«La cua-si-causalidad complementa la causación mecanicista de los cuerpos que se ve en lo real y funciona como el mecanismo de diferenciación que conecta lo real con lo virtual. Por lo tanto, para comprender completamente los dos conceptos de diferencia ofrecidos por ambos pensadores, uno debe investi-gar la naturaleza de la cuasi-causalidad en Deleuze» (León, 2020, p. 16). El desafío de esta teoría radica en pensar que la filosofía emerge de un campo pre filosófico del pensamiento no humano.

La tercera noción se refiere a la inmanencia. Latour se acerca a tal inmanencia cuando define el plasma como el interior y el exterior de una red, pero la inmanencia también debe pensarse en términos de la topología del plano proyectivo. Todo sistema está separado y sumergido en su medio. Es un objeto autónomo tanto espacial extensivamente como operacional intensivamente que todavía es parte de un conjunto más grande. El ser humano no solo se enfrenta a actores no humanos en su exterior; es en sí mismo, tanto real como virtualmente, una asamblea y una ecología formada por actores no humanos. Solo cuando los estudios culturales y literarios acepten, con total rigor, estas implicaciones, hacer teoría de redes cambiará verdaderamente la forma en que operan. De lo contrario, hacer teoría de redes se convertirá en otro término de moda que nos permitirá hacer, bajo un nuevo título, las mismas cosas que hicimos antes.

NOTAS

 
1

TAR en español (si bien, en inglés, se utiliza sobre todo el acrónimo actor-network theory ANT) (Larrión, 2019Larrión, J. (2019): «Teoría del actor-red. Síntesis y evaluación de la deriva postsocial de Bruno Latour». Revista Española de Sociología, 28, 2, pp. 323-341.).

2

Si podemos utilizar este término para referirnos al proyecto arqueológico de Michel Foucault en nuestro caso orientado a utilizar conceptos y teorías olvidadas que pueden ser importantes a la hora de buscar el origen de ciertos conceptos.

3

«Al norte se ha definido el Nature Writing como una prosa ajena a la ficción y nutrida tanto por información científica y descripciones del mundo natural como por reflexiones personales e incluso autobiográficas, que aspira a vincular emocionalmente al lector con los paisajes y ecosistemas que trata, incidiendo además en la necesidad de su conservación» (Sandoval, 2017Sandoval, Antonio (2017): «Escribir la naturaleza». Revista Leer (279). http://revistaleer.com/2017/02/escribir-la-naturaleza/ Consultado 14-01-2021. ).

4

«El realismo especulativo Una corriente filosófica comprometida con la existencia de una realidad independiente del ser humano (realismo) que puede conocerse a través de un medio especial (especulativo). Las principales escisiones dentro de la corriente han versado precisamente sobre la definición de ese medio a través del cual conocemos la realidad: según Meillassoux, son las matemáticas; según Harman, las artes; según Brassier, las ciencias. Así pues, el realismo especulativo ha roto con el giro lingüístico de la filosofía del siglo XX, que creía que la única forma de conocer la realidad consistía en analizar el lenguaje humano» (Castro, 2017Castro, Ernesto. (2017):¿«Qué es el realismo especulativo? La filosofía que cautivó al mundo y España ignoró». El confidencial: https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-11-06/ray-brassier-realismo-especulativo-escuela-filosofica_1471848/ [Consultado 14-01-2021].).

5

«Asista a cualquier conferencia de Bruno Latour y pregúntese sí sus precursores posmodernos podrían decir honestamente algo interesante sobre los mismos temas: Derrida sobre el precio de los albaricoques en París, Foucault sobre muestras de suelo en el Amazonas o Lyotard sobre fallas de frenos en un nuevo prototipo de automovil» (Harman, 2009, p. 65Harman, Graham (2009): Prince of Networks: Bruno Latour and Metaphysics. Melbourne.).

6

«“Lo sentido” (Empfunden) indicaría, pues, un concepto de relación que por sí solo nada diría de si lo sentido es sensual (sensuell), siquiera acerca de si es inmanente en el sentido en el que lo sensual lo es. Quedaría abierto en otras palabras, si lo sentido mismo está ya constituido, y quizá de modo muy distinto del de lo sensual. Pero toda esta diferenciación es mejor dejarla al margen. No toda constitución responde al esquema “contenido de aprehensión-aprehensión” (Auffassunginhalt-Auffassung)» (Husserl, 2002, §1, p. 29Husserl, Edmund (2002): Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo. Traducción, introducción y notas de Agustín Serrano de Haro. Madrid: Editorial Trotta.).

7

«Al descomponer una caja negra, nos encontramos con una serie irreconocible de actantes, cada uno de éstos es un actor red que estaba allí silenciado por el proceso de simplificación» (Correa, 2012, p. 70Correa Moreira, G. (2012): «El concepto de mediación técnica en Bruno Latour Una aproximación a la teoría del actor-red». Psicología, Conocimiento y Sociedad, 2 (1), pp. 56-81. [Fecha de Consulta 24 de febrero de 2021] Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=4758/475847407004 ).

8

El Plasma denota esa parte del mundo dinámico de los actores que aún no está diferenciada y, como tal, aún no existe como objeto o actor sensual o cognitivo. En otras palabras, es epistemológica más que ontológicamente sin forma. Si uno pudiera acercarse perceptiva y cognitivamente al plasma, encontraría que está formado por muchos actores singulares. Aunque parece continuo, se compone de puntos y relaciones. Sin embargo, mientras uno no se haya acercado a él, es epistemológicamente prudente imaginarlo como «suave» en lugar de estar compuesto por actores.

9

Lago de Sangre, que se deriva de las raíces quichuas Yaguar=sangre y Cocha=lago.

10

Los cuadernos están relacionados con el trabajo de campo, en la recolección de datos para realizar una investigación.

11

En Lógica del sentido, Deleuze argumenta que lo virtual y lo real corresponden a sus propios órdenes causales respectivos; sugiere que hay un orden de causas reales y un orden de “cuasi-causa [s] virtuales” (Deleuze, 2005, p. 77Deleuze, Gilles (2005): Lógica del sentido. Barcelona: Paidos). Sin embargo, ninguno de los dos órdenes de realidad real y virtual, cuerpo y sentido contiene relaciones de Causa eficiente. «En otras palabras, Deleuze no rechaza la noción de causalidad ni la reemplaza por una de asociación; más bien, rechaza la idea de causalidad eficiente entre entidades discretas y desarrolla una nueva lógica de causalidad que lo ve como un sistema mucho más complejo de síntesis y correspondencias. Lo real se produce como un presente vivo eterno caracterizado como una serie de síntesis pasivas; es decir, contracciones de partes extensas en cuerpos caracterizados por grados intensivos: los grados de poder que subsisten en las relaciones entre los cuerpos» (León, 2019, p. 68León, E. A. L. (2019): Gilles Deleuze y el afecto a propósito del cine. Tesis de maestría, Flacso Ecuador.).

12

«La cua-si-causalidad complementa la causación mecanicista de los cuerpos que se ve en lo real y funciona como el mecanismo de diferenciación que conecta lo real con lo virtual. Por lo tanto, para comprender completamente los dos conceptos de diferencia ofrecidos por ambos pensadores, uno debe investi-gar la naturaleza de la cuasi-causalidad en Deleuze» (León, 2020, p. 16León, E. A. L. (2020): «Deleuze y Žižek, Una visión de paralaje». THÉMATA. Revista de Filosofía, 61, pp. 12-26, doi: https://doi.org/10.12795/themata.2020.i61.01 ).

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