Isegoría. Revista de Filosofía moral y política
N.º 70, enero-junio, 2024, 1527
ISSN-L: 1130-2097 | eISSN: 1988-8376
https://doi.org/10.3989/isegoria.2024.70.1527

EJEMPLARIDAD Y MORALIDAD. SOBRE EL ESPÍRITU Y LA LETRA DE LA IMITACIÓN: EJEMPLOS Y EJEMPLARIDAD PÚBLICA / EXEMPLARITY AND MORALITY. ON THE SPIRIT AND LETTER OF IMITATION: EXAMPLES AND PUBLIC EXEMPLARITY

PRESENTACIÓN

Érase una vez una breve historia invertebrada de la imitación

Once upon a time an invertebrate brief history of imitation

Ricardo Gutiérrez Aguilar

Universidad de Alcalá

https://orcid.org/0000-0002-0291-8419

CONTENIDO

I watched you change/ Into a fly/ I looked away/ You were on fire.

I watched a change in you/ It’s like you never had wings/ Now you feel so alive

(Deftones, Change, 2000)

Quizás con el andar del tiempo se vaya haciendo necesario dedicarle un capítulo entero de la historia de nuestra disciplina a una posible entomología filosófica. Desde que los insectos y la Filosofía forjaron esta inusitada alianza ha pasado ya mucha agua bajo el puente. Si de pagar a tiempo esta deuda se trata, la Antigüedad nos tendrá reservada para entonces y solo para abrir boca una rica lista de fábulas habitadas por animales fantásticos que se comportan a la manera de seres humanos -eso sería lo fantástico, poca sorpresa-, de entre los cuales estos insectos no tienen asignado en absoluto un papel pequeño a juego con su tamaño. Remedan a sus primos lejanos los sapiens a la perfección. Ahí tendremos entonces sin duda ya prestas a la cigarra y la hormiga del viejo Esopo, pero también entre otros muchos al escarabajo, la langosta, el escorpión y la mariposa psicopompa de los mitos arcaicos… Cada insecto, como si de un símbolo único se tratase sobre el que cargar las tintas para sentirnos reflejados en él. Cada uno más y más parecido con lo que somos y queremos ser los seres humanos. La sociedad humana imita a la ciudad animal mirándose en el reflejo de su espejo y viceversa. Pero claro, ciudades y ciudadanos hay de muchos tipos en muchas épocas, y así van mutando unos y otros ejemplos elegidos con el andar del tiempo.

Las virtudes del invertebrado primitivo mostraban graciosamente y en abreviatura a las del héroe clásico en un papel individual que solo era posible dentro de la comunidad de los iguales, la pólis. Es no obstante a partir de la Modernidad cuando nos es dado hallar una mayor población narrativa de invertebrados con ínfulas filosóficas que nos adelantan parte de aquel trabajo futuro que tenemos pendiente. Sin desear ser exhaustivo en modo alguno pueden venírsenos a la cabeza aventuras una y otra vez mentadas respecto al tema que rescatan a aquellos primeros protagonistas originarios, como la ya legendaria Fábula de las abejas de Bernard de Mandeville (1982 [1714])Mandeville, B. (1982 [1714]). La fábula de las abejas. O los vicios privados hacen virtudes públicas. FCE.. O, dando un salto temporal de importancia para no entretenernos demasiado, recordar al Paolo Rossi que apuraba la metáfora explicando una historia de la Ciencia y su revolución en clave de las arañas y las hormigas redivivas, artrópodos pensativos o laboriosos que desde el racionalismo y el empirismo habrían impulsado una institución tan humana como la sabiduría técnica y su reflexión (Rossi, 1990Rossi, P. (1990). Las arañas y las hormigas. Una apología de la historia de la Ciencia. Crítica.). La vida moderna llama a la imitación del arte de estos invertebrados. Llama de nuevo a un proyecto bien individual bien comunitarista de vida y empresa intelectual, ora autónomo ora colectivo, en que el orden se crea acentuando el protagonismo de uno mismo para producir efectos compartidos por todos. Para nuestro pasado siglo XX una de nuestras paradas de rigor debería ser entonces la solitaria mariposa y su efecto exponencial. Por medio de la acumulación del cambio apenas iniciado con un batir de sus diminutas alas, como si se tratase de una reasignación bajo forma de maestra de ceremonias del devenir humano en su nueva forma de entropía, se ilusionaría la mariposa pensando en que sus acciones y pasiones particulares tienen como efecto exclusivamente sus circunstancias más locales. Pero convertida trágicamente así en su anterior función de acompañante de las ánimas a su retiro dorado, la mariposa produce ahora un equilibrio caótico expansivo e irreversible que se inició con ella como agente meramente individual (Escohotado, 2000Escohotado, A. (2000). Caos y Orden. Espasa Libros.). En sintonía con esto, hace más de siglo y medio que los esfuerzos conjuntos de las que una vez fueron ciencias nuevas de la Psicología y la Sociología, han basculado entre esos dos polos -lo individual y lo colectivo- del proceso identitario e imitativo de la física grupal: Durkheim habría intentado apuntalar la versión estructural y macroscópica de los movimientos y cambios sociales ya desde su tesis doctoral en torno a La división del trabajo social (Durkheim, 1987 [1893]Durkheim, É. (1987 [1893]). La división del trabajo social. Akal.), llegando a querer capturar incluso las corrientes más espirituales que corren dispersas entre los individuos de una misma comunidad en una de sus últimas obras, Las formas elementales de la vida religiosa (Durkheim, 1982 [1912]Durkheim, É. (1982 [1912]). Las formas elementales de la vida religiosa. Akal.). Lo global superviene sobre lo local. En el arco que comprehende su carrera literaria, la realidad de las interacciones individuales entre particulares se difumina, y esta realidad es explicada como consecuencia sumatoria de las acciones insignificantes por sí solas. El alma de la colmena hace a la abeja en definitiva.

Pero se olvida a menudo que Durkheim inauguraba el sentido de su labor contestando a Gabriel Tarde. De hecho, a pesar de Gabriel Tarde, quien en 1890 había dado a conocer su Las leyes de la imitación y la Sociología. En este libro se sostenía que la explicación de la estructura pedía a gritos una aclaración antes bien de las interacciones microfísicas entre los individuos, unos individuos que solo crean un ambiente en lo social porque influyen y son influidos por los proyectos, los deseos y la forma de vida que representa su prójimo, al que imitan (Tarde, 2011 [1890]Tarde, G. (2011 [1890]). Las leyes de la imitación y la Sociología. Centro de Investigaciones Sociológicas.). Es el alma de la abeja que conoce a otra abeja la que imagina la estructura del panal en que convivirán. La ley que recoge la dinámica descriptiva de la organización de la colmena debería complementarse por una aproximación normativa al artrópodo, que se entiende responde como agente a otros agentes. Y si de agentes y su influenca hablamos, es obligado decir que antes de un Durkheim hubo desde luego un Tarde, pero que antes del influjo de la autoridad carismática de un Weber (2020 [1922])Weber, M. (2020 [1922]). Economía y Sociedad. Editorial Verbum. hubo una Psicología de las masas de Gustave Le Bon (2014 [1895])Le Bon, G. (2014 [1895]). Psicología de las masas. Morata., que un tiempo antes Tarde -por cierto- había bautizado en su obra como imitación por prestigio.

La admiración, la influencia del líder carismático, del insecto destacado, como emoción estética resultaba de por sí sospechosa por falta de justificación. Por un dirigismo electivo con base en efusiones emocionales. El líder, el caudillo, sirve de ejemplo discrecionalmente, quia absurdum -que diría Tertuliano-. Y, sin embargo, el ejemplo, la ejemplaridad de las figuras de la colonia, de la colmena, nos ha pretendido ofrecer intencionadamente desde siempre el retrato minimalista de lo que una determinada sociedad y tiempo valoraron -no menos que temieron- en su día. El exemplum, lo que se toma y a quién se toma como ejemplo, nos dan un perfil histórico de lo que un grupo organizado de individuos ha admirado y despreciado, ha considerado digno de alabanza o de oprobio, y, sin duda, de los criterios que emplearon para ello. Porque a fin de cuentas las emociones también son reactivas, los hábitos interpretativos se aprenden, se guían, pueden ser corregidos en el seno de la comunidad. Esto debe ser admirado, y aquello, no (Kvadsheim, 1992Kvadsheim, R. (1992). The Intelligent Imitator. Towards an Exemplar Theory of Behavioral Choice. North-Holland.; Zagzebski, 2010Zagzebski, L. T. (2010). Exemplarist Virtue Theory. Metaphilosophy, 41 (1-2), 41-57., 2017Zagzebski, L. T. (2017). Exemplarist Moral Theory. Oxford University Press.). Es un juego de espejos estético y moral en el que los distintos pueblos han querido responder a la cuestión fundamental acerca de su identidad. Justificar el ejemplo para justificar una agencia que solo puede ser tomada personalmente, como decisión vital a posteriori. Este ideal quizás nos ha hecho parecer agrandados -se dicen-, aquel otro, más bien diminutos, insignificantes en tamaño tal que un insecto. Así los ejemplos, así los anhelos y temores de un determinado grupo. Un ejemplo siempre es una apuesta moral acerca de lo que consideramos y rehuimos, o de lo que identificamos como vicios y virtudes públicos. Vicios y virtudes con sus correspondientes repercusiones sociales y políticas pues. El modelo que es esta clase de ejemplo funciona a la manera de pretensión para los demás, de norma de vida por medio de la cual juzgarlos y juzgarnos. Una pretensión es una decidida intervención en el dominio del Derecho. Preguntarnos por aquello que tomamos como ejemplo es cuestionar la manera en que elegimos vincularnos juntos al tiempo que vivimos. Un pacto de vida sobre confianzas. El ejemplo sería una forma de administrar en tiempos el equilibrio entre el orden colectivo y la excepción particular, entre la asimilación del cambio y la integración en el mismo -el ejemplo se toma, una sociedad se compromete vitalmente con él-, y la generación de novedad por parte de algunos individuos -la introducción del cambio original, del modelo creativo, que evita la abulia y el anquilosamiento-.

MacIntyre nos hablaba por ello hace unas décadas de que, tras la virtud clásica, las figuras de la conciencia de nuestro tiempo que son canon son eminentemente figuras por y para la satisfacción de papeles sociales: el esteta dadivoso que persigue placeres y experiencias que consumir para colmar su existencia; el terapeuta que pone a punto los engranajes secretos de aquellos yoes incapaces para que se vuelvan eficientes -¿eficientes para qué?- y el burócrata -un terapeuta de lo social- que reajustaría la estructura de lo social para que al menos desde el sistema no haya impedimentos a la hora de alcanzar semejantes dos objetivos personales (MacIntyre, 2013 [1981]MacIntyre, A. (2013 [1981]). Tras la virtud. Planeta.). La justificación de una vida depende de ello. Poder dar razones de la vida buena sobre la que pontificaba el lejano Aristóteles consistiría hoy en día en un buen desempeño de las tareas que estas tres versiones del ciudadano, el individuo y el agente moral representarían. A tenor de lo visto, es posible que fuera plausible agregar una cuarta figura por nuestra parte, la del teórico de la moral, función que tomada como modelo de vida es practicada no solo en la Academia, sino que diariamente la vemos convertida en profesión de fe por una ingente cantidad de personas en las Redes Sociales (Ronson, 2015Ronson, J. (2015). So you’ve been publicly shamed. Riverhead.). Tras la virtud, es decir, si es que la virtud y las virtudes que nos sirven de ejemplo son tan solo esto, puede que en ese caso sea interesante pensar si, acaso siguiendo la lógica de los ejemplos literarios de más arriba, el símbolo de nuestro tiempo, nuestro ejemplo, pudiera ser la Drosophila melanogaster, la mosca de la fruta también llamada del vinagre. La huésped prioritaria de todo laboratorio de experimentación científica. Y es que las moscas son obstinadas, insistentes, e individualistas, pero lo son sin la agudeza del tábano. De vida breve y alta reproductibilidad técnica, cada mosca del vinagre es única, pero lo es bajo la forma de la repetición caótica de un mismo modelo inicial. Su utilidad para el experimentador estaría en que los individuos varíen, pero dentro de un ejemplar que se repite una y otra vez y traza los límites de una unicidad que no produce sorpresas ni grandes saltos. Podría decirse que su ontogenia particular no produce novedades, sino que actualiza las posibilidades del arquetipo primigenio. Dicho más claramente: cada mosca repite en sí misma la historia evolutiva múltiple del arquetipo primero solo de manera aparentemente única. Varían libremente sin necesidad de referirse los unos a los otros. Es un caos despojado de la belleza de la mariposa. Un caos que se presume generador de orden a tenor de lo que nos dice el que sea el espécimen de laboratorio predilecto por parte de bioquímicos, genetistas, farmacéuticos y neurobiólogos: las posibilidades peculiares del ejemplar que se caracteriza por tener un sistema nervioso central muy semejante al humano y, además, por producir una generación tras otra con suma celeridad, lo hacen ideal como animal de laboratorio para pruebas. Benjamin y Han, tan dispares uno respecto al otro, tienen mucho que aportar aquí al análisis de MacIntyre respecto de la visión que este espejo en concreto nos devolvería de la sociedad actual y sus modelos sancionados (Benjamin, 2017 [1935]Benjamin, W. (2017 [1935]). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. La Marca.; Han, 2014Han, B.-C. (2014). En el enjambre. Herder., 2021Han, B.-C. (2021). No Cosas. Quiebras del mundo de hoy. Herder.). Los más viejos en tratar los pormenores de este problema personal gustaban de pintarlo gráficamente con la diferencia terminológica entre las formas conjugadas de dos verbos latinos, ‘ducunt’ y ‘trahunt’, ser conducido o ser arrastrado. Conducirse o verse transportado… dependiendo del peso que en torno a la decisión tenga el proceso deliberativo en que uno participa, que uno imita. Tras la virtud, más que de admiración habrá que hablar de respeto, y más que de la imitación propia de la copia, de emulación en tanto homenaje recreado del original.

En lo que sigue, los autores que han tenido a bien participar en la composición de este breve dosier sobre ejemplaridad, han interpretado hasta cinco variaciones distintas sobre los temas más arriba citados. Cinco pequeñas incursiones orquestadas que intentan explorar la médula íntima de lo que nos mueve a diario a atar nuestros destinos a los de nuestros semejantes, apropiándonos sin embargo al instante de ellos como nuestros, alejando al canon ufanos de tal decisión. Vidas paralelas, responsabilidades paralelas pues. Les agradezco el esfuerzo individual en edificar esta pequeña obra colectiva.

FUENTES DE FINANCIACIÓN / FUNDING SOURCES

 

Este trabajo viene a sumarse en sus resultados científicos a los generados como parte del equipo de investigación dentro de los proyectos InConRes. Incertidumbre, confianza y responsabilidad. Claves ético-epistemológicas de las nuevas dinámicas sociales (En la era digital)(PID2020-117219GB-I00), dirigido por las Profas. Concepción Roldán Panadero y Astrid Wagner (Instituto de Filosofía-CSIC), al macroproyecto Programa Interuniversitario en Cultura de la Legalidad (OnTrust - CM. H2019-HUM5699), dirigido por el Prof. José María Sauca Cano, y, por último, al proyecto nacional de I+D+i inCOn. Institución y constitución de la individualidad: aspectos ontológicos, sociales, y jurídicos (PID2020-117413GA-I00), dirigido por Alfonso Muñoz Corcuera (Departamento de Filosofía y Sociedad - UCM).

BIBLIOGRAFÍA

 

Benjamin, W. (2017 [1935]). La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. La Marca.

Durkheim, É. (1982 [1912]). Las formas elementales de la vida religiosa. Akal.

Durkheim, É. (1987 [1893]). La división del trabajo social. Akal.

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Han, B.-C. (2014). En el enjambre. Herder.

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Kvadsheim, R. (1992). The Intelligent Imitator. Towards an Exemplar Theory of Behavioral Choice. North-Holland.

Le Bon, G. (2014 [1895]). Psicología de las masas. Morata.

MacIntyre, A. (2013 [1981]). Tras la virtud. Planeta.

Mandeville, B. (1982 [1714]). La fábula de las abejas. O los vicios privados hacen virtudes públicas. FCE.

Ronson, J. (2015). So you’ve been publicly shamed. Riverhead.

Rossi, P. (1990). Las arañas y las hormigas. Una apología de la historia de la Ciencia. Crítica.

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Zagzebski, L. T. (2010). Exemplarist Virtue Theory. Metaphilosophy, 41 (1-2), 41-57.

Zagzebski, L. T. (2017). Exemplarist Moral Theory. Oxford University Press.