ISEGORÍA. Revista de Filosofía moral y política  (70)
ISSN-L: 1130-2097, eISSN: 1988-8376
https://doi.org/10.3989/isegoria.2024.70.1556

El pensamiento político de Hannah Arendt sobre la guerra civil española y el primer franquismo. Reseña de: Agustín Serrano de Haro, Arendt y España, Madrid, Editorial Trotta, 2023

Hannah Arendt’s political thought on the Spanish Civil War and the early Franco regime. Review of: Agustín Serrano de Haro, Arendt y España, Madrid, Editorial Trotta, 2023

 

La primera noticia que tuve de este libro fue el artículo que el propio autor publicó en El País (“Cuando Hannah Arendt cruzó España”, 22 de marzo de 2023). Pero este texto, que funcionó bien para darlo a conocer, anunciar su publicación y despertar interés, da una idea algo incompleta de lo que es realmente el libro: mucho más que la narración de un viaje. El viaje, un viaje fantasma, es solo la excusa para volver a los textos de Arendt y rescatar sus comentarios, a veces escuetos, y sus reflexiones sobre la política española durante la guerra civil y los primeros años del franquismo.

Cuando tuve el libro en mis manos y me detuve en el índice mi primera impresión fue que podía responder a textos o artículos previos reunidos para conformar el volumen. Pero cuando comencé su lectura cambié de opinión. Aunque si bien es cierto que cada uno de los capítulos pueden ser leídos de forma independiente y sin seguir necesariamente el orden asignado, también lo es que funciona mejor la lectura del libro de principio a fin.

El libro habla de dos tiempos bien diferenciados. Los primeros capítulos, del 1 al 4, relatan episodios localizados en los años treinta y cuarenta; y, a partir del capítulo 6 se centra en los años sesenta. Engarza ambos tiempos un capítulo dedicado al pensamiento de Ortega en la obra de Arendt que incorpora interesantes consideraciones sobre la lectura que hizo la pensadora sobre La rebelión de las masas.

El libro, como decía, es mucho más que la historia de un viaje, y no solo me estoy refiriendo al desplazamiento geográfico que como indica el autor poco sabemos de cómo fue en realidad. Este recorrido que realizó Hannah Arendt por España camino de Portugal en 1941, formó parte de un viaje más largo que se había iniciado en 1933 cuando se vio obligada a abandonar Alemania, pasar por Checoslovaquia, Italia y Suiza hasta llegar a Francia donde, como refugiada judía, fue recluida en el campo de internamiento de Gurs del que logró escapar y llegar a Montauban. A este episodio se referiría Arendt años después en su artículo Nosotros, los refugiados, publicado inicialmente en la revista Menorah y recogido en Escritos judíos (2009, Paidós), cuando decía: “La historia contemporánea ha creado una nueva clase de seres humanos: la de los que son confinados en campos de concentración por sus enemigos y en campos de internamiento por sus amigos”. Se refería, claro está, a su huida del gobierno de Vichy.

El apoyo de Varian Fry, un periodista norteamericano que creó una amplia red para ayudar a los muchos refugiados que llegaban a Marsella, y dotó de pasaportes y visados a tantos refugiados, muchos de ellos intelectuales y artistas, le permitió viajar a Lisboa junto a su segundo marido.

Si bien el viaje es una potente herramienta retórica para iniciar la narración, este breve paso de Arendt por España en 1941 le sirve a Agustín Serrano de Haro para hacer lo que realmente le interesa: rastrear los textos de la pensadora para investigar y reflexionar sobre lo que ella pensaba, en términos políticos, sobre la guerra (in)civil española y la España del primer franquismo. Esta es una de las aportaciones originales y singulares de este libro, pero no la única.

Las referencias a Franco y a las políticas del primer franquismo que encuentra Agustín Serrano en Los orígenes del totalitarismo (1951), el texto en el que la pensadora reflexiona sobre la mecánica y la génesis del nazismo y el estalinismo, así como en otros textos previos, le sirven para mostrar la distinción esencial que Arendt estableció entre regímenes dictatoriales como los de Franco y Mussolini, y los totalitarios como el nazismo y el comunismo soviético. Esta cuestión, tan presente también en la historiografía contemporánea reciente, muestra un debate todavía no resuelto, en el que Serrano de Haro apenas entra. Pero sí le sirve para expresar que Arendt tipifica estos primeros años de la dictadura de Franco como un régimen no totalitario.

Totalitarismo, dictadura, comunismo, censura, conceptos que sin duda nos retrotraen al franquismo, son los que enlazan y cosen los distintos episodios que se recogen en el libro.

Otra cuestión que me gustaría destacar, tiene que ver con cómo se ha construido la narrativa del texto. El autor menciona que Arendt, para conseguir una mejor transmisión y comprensión de sus ideas, utilizó a menudo distintas fuentes literarias porque consideraba que este tipo de narraciones captaban mejor la atención de la sociedad y no precisaban, para defender un argumento, de “mamotretos llenos de notas” (pp. 47 y 48).

En este libro Agustín Serrano de Haro sigue esta misma práctica con alguna salvedad. Aunque no prescinde de referencias y notas, resultado de sus lecturas y diálogo con los principales estudios biográficos sobre la pensadora y demás bibliografía secundaria, los combina con material de archivo hasta ahora inédito y también con textos literarios por los que la pensadora se interesó.

Este es el caso del libro de Georges Bernanos sobre la guerra civil y la represión fascista en Mallorca titulado Los grandes cementerios bajo la luna. Este texto, que fue utilizado por Arendt como fuente para pensar sobre la guerra civil española, sugiere no solo su conocimiento profundo de la cultura francesa, también muestra esa voluntad de incorporar relatos literarios con capacidad para revelar matices que otros textos ocultan. Este episodio trae a un primer plano a un autor que fue, al igual que Arendt, censurado en España (el capítulo noveno lo dedica el autor a este episodio), y que hoy tiene todavía una lectura interesante. Es significativo que este libro, Los grandes cementerios bajo la luna, no fuera traducido en España hasta el 2009. Georges Bernanos, a pesar de ser católico y tener a su hijo mayor enrolado en la Falange, escribió este alegato contra el fascismo y la guerra civil española al ser testigo en Mallorca de las atrocidades cometidas por las fuerzas vencedoras; unas atrocidades que denuncia fueron consentidas por las autoridades eclesiásticas de la isla y que se cebaron con la población campesina. La lectura de este episodio lleva a pensar en el escritor español Max Aub, que también dedicó mucho de su tiempo a escribir sobre la guerra y sus consecuencias. Campo cerrado, su primera novela sobre la guerra civil española, la escribió exiliado en París donde había tenido que huir en 1939; luego vinieron los otros campos —Campo de sangre, Campo abierto…—.

Otra cuestión que no quiero dejar de comentar es que Arendt y España es un libro donde además de Hannah Arendt aparecen nombradas muchas otras mujeres. Una de ellas es Nancy Macdonald, fundadora de una organización americana de ayuda a refugiados españoles, la Spanish Refugee Aid, a la que Arendt se incorporó como directora ejecutiva en 1960 y estuvo al cargo hasta 1967 (capítulo 8). Según contó Nancy Macdonald, en el origen de esta organización estuvo el hecho de que solo los exiliados españoles de filiación comunista contaban con redes de apoyo en suelo francés; pero no ocurría lo mismo con los antiguos militantes socialistas y con los anarquistas. Por ello, esta organización, a la que se vinculó Arendt, tenía entre sus cometidos ayudar a refugiados españoles, republicanos no comunistas.

Aunque en el libro se dice que Nancy Mcdonald y su marido habían estado vinculados a un partido trotskista norteamericano y conocían el trágico destino del POUM (Partido Unificado Obrero Marxista) y de su líder Andreu Nin, a nadie se le oculta que tras esta condición estaba también la política anticomunista iniciada por McCarthy, que fue también utilizada cuando se produjo el acercamiento al gobierno franquista a comienzo de los años cincuenta: empezaba la guerra de Corea y los norteamericanos necesitaban del suelo español para sus bases. Esto estuvo también detrás de la vuelta de España a la ONU y de la firma de los Pactos de Madrid en 1952, a cambio de las bases de Rota, Morón y Torrejón.

Pero volviendo al libro, Agustín Serrano de Haro muestra que Arendt nunca entendió que la oposición a Franco solo se asociase con comunistas y con ultraizquierdistas. Sabemos que la filósofa nunca compartió la división entre izquierdas y derechas y nunca se sintió ni vinculada ni reconocida en ninguno de estos espacios políticos. Siempre expresó que para la izquierda era demasiado conservadora y para la derecha demasiado progresista.

Este difícil encasillamiento político de Arendt que ella explicaba porque “en el centro de la política está siempre el cuidado del mundo y no el cuidado de los seres humanos” (p. 157) —aunque quizá hoy y también entonces podríamos decir que en el centro de la política está siempre el cuidado de la misma parte del mundo—, sirve para terminar con un par de comentarios al epilogo del libro y ese ejercicio que hace Serrano de Haro de volver a Arendt desde hoy, para ver qué hay en sus textos que nos ayude a comprender las políticas del presente.

El primero de ellos tiene que ver con la parte dedicada a Arendt como pensadora de la promesa política; esa idea de la política como promesa sugiere que casi siempre la política es entendida en tiempos cortos: a las políticas siempre se les pide transformaciones inmediatas. Pero quizá sería interesante pensar la política en tiempos más largos, para que esas promesas puedan llegar a ser cumplidas.

La segunda cuestión tiene que ver con una afirmación donde el autor menciona que el republicanismo cívico de la tradición occidental, y en particular del pensamiento arendtiano, es compatible con la forma de monarquía de un Estado democrático, y expone ejemplos en el espacio político europeo (p.149). Pero también menciona que la vocación republicana de Hannah Arendt hallaba su acomodo en el modelo constitucional republicano de Estados Unidos (p. 151), lo que cuestionaría y deja en el aire cómo sería esa compatibilidad con una monarquía de un Estado democrático.

Arendt y España ofrece la singularísima lectura que hizo esta pensadora sobre la guerra civil española y el primer franquismo y la también singular reflexión sobre el pensamiento hispano-arendtiano que Serrano de Haro construye a través de fragmentos de vida y fragmentos de textos de esta mujer que nos legó análisis libres, lúcidos y controvertidos de los desgarradores acontecimientos políticos y sociales del pasado siglo XX.